VALÈNCIA. Acaba junio y los últimos días antes de las vacaciones suelen ser para desear un feliz verano, o para despedirse. Más aún si se trabaja en los medios de comunicación, cuando en algunas parrillas se hace prácticamente un borrón y cuenta nueva. En el caso de À Punt, la cancelación del programa de actualidad de producción propia A La Ventura, un magazín de actualidad con tertulia e información política, ha supuesto todo un efecto dominó en los timones de los informativos a partir de septiembre.
En primer lugar, A La Ventura desaparece definitivamente de la parrilla tras fallar en su reinvención. Si los viernes por la noche el contenido no conseguía llegar al listón del resto del prime time de la cadena, su audiencia en las mañanas ha sido una montaña rusa, con datos erráticos y casi nunca especialmente buenos. El formato, que pasó de ser semanal a diario y fue una de las grandes apuestas de la radiotelevisión en la temporada pasada, se agota. Por ahora no ha trascendido qué le reemplazará, si bien la falta de personal sería uno de los factores que han provocado su desaparición.
Cabe recordar que A La Ventura es uno de los pocos programas que no son directamente un noticiario y no dependen de una productora externa. Sin embargo, un episodio sucedido en los ensayos del formato ha podido acabar siendo el puntal de su desaparición. El Comité de Empresa denunció ante la Inspección de Trabajo una supuesta cesión ilegal de trabajadores, ya que se utilizaron operadores de cámara contratados por una empresa externa para —según relata la denuncia— manejar equipo propio en dos noticiarios y en los ensayos del programa. Cabe recordar que los servicios informativos de À Punt están blindados ante cualquier tipo de externalización.
Los detalles del caso, del que aún no se han cerrado las diligencias, afloraron en la pasada comisión de radiotelevisión valenciana en Les Corts. Alfred Costa admitió que la falta de equipo técnico humano es el gran hándicap de la cadena y que “aprovecharían el caso para reflexionar” sobre las posibles consecuencias de esto y las posibilidades reales de À Punt para asumir su propia programación. El hecho es que han prescindido de un programa que utilizaba recursos humanos y técnicos de la casa y tenía muy poca rentabilidad en cifras de audiencia.
Con todo esto, A La Ventura desaparece pero À Punt no prescinde de su presentadora, Marta Ventura, que volverá a los informativos. En este caso, NTC Migdia. Este reemplazo es el que provoca la cascada de sustituciones: Victoria Maso, hasta ahora frente a los informativos de mediodía, se reubica editando y presentado la edición del fin de semana; de esta manera, Vanessa Gregori salta de la televisión a la radio para ocupar el puesto de Clara Castelló en Les NTC del Matí (en el bloque informativo, que se emite desde el estudio híbrido de televisión y radio). Óscar Martínez seguirá como segunda espada de ese tramo del programa.
Clara Castelló ya tiene destino nuevo, y será precisamente el bloque de magazín de Les NTC del Matí de 10 a 12:30. Fuentes oficiales también han confirmado que Patricia Pardo se pondrá frente al informativo de mediodía de la radio pública, completando así el cambio de caras. Cambio de cromos en los servicios informativos de la cadena, que apartan por segunda vez a Castelló, sin duda una de las caras más valoradas por el público, de las primeras horas de la mañana.
Fuera de los informativos, habrá más cambios: María Juan ya adelantó el pasado domingo que se apeaba de la presentación de Podríem fer-ho millor, el magazín de los fines de semana. Por otra parte, Joan Espinosa vuelve a la radio este mes de julio para sustituir a Susanna Lliberós en Pròxima Parada, coincidiendo con la desaparición de la actualidad política en Bona Vesprada, de la que Espinosa se encargó en un primer momento.