VALÈNCIA. El debate sobre la posible rebaja del listón electoral del 5% al 3% está ocupando un interesante espacio en la agenda política valenciana en las últimas semanas. Tal y como ha venido informando Valencia Plaza, la nueva líder y síndica de Ciudadanos, Mamen Peris, se ha lanzado a la carrera de conseguir reformar la Ley Electoral Valenciana (LEV) para descender la exigencia de la barrera electoral. Una reivindicación casi histórica del actual Consell -formado por PSPV, Compromís y Unides Podem- que aparece en los dos acuerdos del Botànic firmados en 2015 y 2019.
Precisamente Ciudadanos ha sido el partido que ha bloqueado esta posibilidad -son necesarios 66 diputados para la reforma- a lo largo de la legislatura, pero ahora que los sondeos ponen claramente en peligro su entrada en Les Corts, han decidido pisar el acelerador para tratar de sacar adelante esta modificación y disponer así de más posibilidades para obtener representación parlamentaria.
El Botànic no se fía y exige la firma de los 13 diputados que permanecen en el grupo de Cs y también la de alguno de los seis no adscritos que se encuentran en la cámara. Para esa tarea señalan a la propia Mamen Peris, pero son conscientes de que fiabilidad del grupo naranja es débil y, aunque hubiera un documento suscrito, eso no garantiza que alguno de esos diputados sea tentado por el PP y cambie de opinión a última hora.
Esta posibilidad está contemplada por el Botànic, aunque no por ello descartan la opción. Algunas fuentes socialistas próximas al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, opinan que si la medida fuera taponada por el cambio de postura de alguno de los citados parlamentarios, se debería a una maniobra del PP liderado por Carlos Mazón. En este sentido, opinan que se produciría una batalla por el relato que, a su juicio, no necesariamente dejaría al Botànic en mal lugar y sí en cambio a la formación popular.
En este sentido, fuentes del PSPV consultadas por este diario señalan que la rebaja del listón electoral siempre ha sido una iniciativa de la que han sido partidarios y si hay posibilidad de aprobarla, consideran "normal" llevarla a votación al pleno de Les Corts, más aún cuando a priori es beneficiosa para su estrategia puesto que aseguraría la presencia en la cámara de sus socios de Unides Podem. Si posteriormente se producen alteraciones del acuerdo debido a un cambio de idea de algún diputado deberán ser otros lo que lo expliquen, resumen las citadas fuentes. "Mazón evidenciaría que es una prolongación del estilo Zaplana", comentaba el martes un alto cargo del PSPV a este diario en referencia a cómo el expresidente de la Generalitat alcanzó la alcaldía de Benidorm a través de una moción de censura con el respaldo de una concejal tránsfuga precisamente socialista.
Esta sería la batalla por el relato. Mientras el PSPV usaría los argumentos ya expuestos, el PP atacaría el intento del Botànic de "cambiar las reglas en mitad de la partida" y, probablemente, intentaría ridiculizar la maniobra fallida. Ahora bien, otros estrategas socialistas hacen un segundo análisis que también resulta en cierta medida preocupante para el PSPV y cuestiona la conveniencia de entrar al cuerpo a cuerpo sobre el listón electoral.
Así, si la citada cuestión llegara al pleno, se produjera la votación sin que saliera adelante y el Botànic pudiera ganar al PP la batalla por el relato en la opinión pública, la realidad sería que el principal partido perjudicado del intento fallido sería Ciudadanos, puesto que el grupo naranja habría impulsado una reforma sustentada en votos de sus diputados que luego no se habría concretado. Es decir, se habrían producido fugas de parlamentarios, probablemente para ganarse el favor del PP, pese que a priori habrían firmado un acuerdo sobre la cuestión.
Una situación que empeoraría la imagen de la marca Ciudadanos y que dejaría la puerta abierta al sálvese quién pueda en la formación naranja, lo que posiblemente terminara con alguna incorporación concreta de miembros de este grupo al PP.
Con este escenario, la formación popular asestaría una estocada probablemente definitiva al partido de Mamen Peris: sin rebaja del listón electoral y evidenciando que esta fuerza política se encuentra en desbandada, lo que podría empeorar todavía más sus previsiones electorales. O lo que es lo mismo, el PP de Mazón dispondría de una oportunidad de oro para focalizar la absorción de los votantes de Ciudadanos e incorporarlos a su causa, lo cual le dejaría en una buena posición para recuperar el puesto de primera fuerza política (que ahora ostentan los socialistas) y también beneficiarse de los restos que suelen recaer en los más votados.
Es por ello que algunos estrategas socialistas rechazan meterse en el ring a intercambiar golpes con el PP sobre esta cuestión, dado que consideran que si no se producen grandes sobresaltos, Ciudadanos todavía podría 'rascar' quizá en torno a un 3% que, junto a votantes que decidieran quedarse en casa y otros que pudieran apostar por Puig, taponarían en cierta medida el crecimiento de Mazón. Sin embargo, una maniobra pública como la del listón que supusiera un ruidoso fracaso, podría terminar de hundir a los naranjas a porcentajes mínimos que podrían pasar a engrosar la candidatura del partido de la gaviota.