Recorrido por la vida valenciana del interiorista Rifé. Cierto sello de una València que mira adelante sin perder el conocimiento
VALÈNCIA. Francesc Rifé, en apariencia, es un hombre sobrio, con el aura del que no descubre todas las cartas a la primera, tal que un conducto que requiere paso para conocerlo en todo su conjunto. Una negación de lo obvio. Más que él, habla por él su historia desde 1994, cuando desde Barcelona creó el estudio que transformaría interiores a partir de un vínculo (familiar) con la artesanía. La proporción geométrica y el orden espacial serían ley.
Su conexión valenciana comenzaría poco después. En sus últimos 18 años, con especial énfasis en la etapa más reciente, ha sido protagonista contribuyendo a transformar la ciutat por dentro, conectado hasta el tuétano con universos como el de Ricard Camarena. Restaurantes y espacios amplios, bares y oficinas; cierto sello de una València que mira adelante sin perder el conocimiento.
En marcha un trayecto por sus contribuciones principales. Rifé como anfitrión de su propia obra para una guía comentada de las aportaciones más simbólicas.
- ¿Cómo fue el primer contacto con València?
- Mi historia con València, y con el diseño en general, comienza en familia. Mis padres estaban ligados al mundo del mueble y siendo muy joven ya viajaba cada año con ellos a visitar la feria. La vida nos sorprende con giros y vueltas, y más tarde empecé a diseñar mobiliario para empresas valencianas, a lo que le seguirían stands, showrooms, viviendas, etc. Los pequeños proyectos supongo que fueron dejando huella y en 2005 llegó el encargo de Caro Hotel. Éste sí que me permitió redescubrir Valencia, pero también el significado de la palabra lentitud (bromea). Fue un complejo ejercicio de interiorismo que hizo que su ejecución se dilatara mucho en el tiempo. Algunas de las obras que llegarían después están arraigadas a esta intervención.
- ¿Hay algo que singularice los trabajos para València?
- Aunque cuestiones como la armonía y el orden son el centro de nuestra filosofía de trabajo nos las arreglamos para contar la historia de cada lugar, así que hay muchos patrones, detalles y texturas de València en nuestros proyectos. La cerámica, por ejemplo. Trabajo con este material más aquí que en ninguna otra ciudad o país. También paisajes, o incluso sabores locales, me han llevado hasta grandes ideas y conceptos.
- ¿Cómo ha cambiado la ciudad en estos años?
- Hablando en términos de diseño hay muy buenas razones para afirmar que los tiempos han cambiado. Supongo que había mucha gente que no estaba satisfecha con los métodos establecidos, y se siente más que nunca la alegría de la experimentación. Te pongo el ejemplo del centro de arte Bombas Gens, o Convent Carmen; son propuestas culturales cuyo diseño y arquitectura llama la atención, despierta curiosidad, aunque también piden ser comprendidas a través de la experimentación y la reflexión. Por otro lado, el crecimiento de algunas empresas de mobiliario como Point, JMM, Capdell, Arkoslight, Expormim, Gandía Blasco o Andreu World son un buen ejemplo de este cambio. Ojalá que los riesgos que están tomando estas compañías retorne con resultados relevantes y extensibles a muchos otros campos.
- Y luego está la relación con los restaurantes...
- Todos saben lo mucho y bien que me gusta comer. Así que los mejores momentos, y más reseñables, los asocio a la gastronomía. Y no sólo por haber trabajado con uno de los mejores chefs (Ricard Camarena), te diré que donde más disfruto comiendo, por delante de cualquier otra ciudad del mundo, es en València.
1. Caro Hotel:
¿Por qué? “Sus paredes narran siglos de historia de València. Están configuradas por elementos históricos que se han ido desvelando a través del tiempo. Restos de una muralla almohade datada en el siglo XII o un mosaico del siglo II a.C. Es posiblemente donde pudimos dejar mayor constancia de nuestras ideas.
¿El mayor reto? “Fue fundamental una rigurosa neutralidad en nuestra arquitectura interior para conseguir una buena convivencia entre lo histórico y lo contemporáneo. Aunque puede parecer difícil de entender si lo que se pretende es crear algo extraordinario, es un proyecto construido en términos de substracción y simplificación”.
¿Lo más especial? “En Caro Hotel trabajamos por hacer palpables energías invisibles. Perseguíamos un diseño que habitara entre lo concreto y lo conceptual, el realismo y el simbolismo”.
2. Convent Carmen
¿Por qué? “Se trata de un espacio cultural y de restauración nada convencional en su género. Le hemos dado una nueva vida a una antigua iglesia para convertirla un lugar privilegiado para músicos, conferenciantes y multitud de actores que ya están haciendo de éste uno de los principales focos participativos de la ciudad”.
¿El mayor reto? “Con un gran respeto por el edificio original tratamos de crear muy poco ruido a través del diseño de una estructura, estrictamente minimalista, que ocultara las soluciones técnicas: instalaciones eléctricas, audiovisuales e iluminación. Del mismo modo buscábamos que este elemento funcionara como una escultura contemporánea que proporcionara la suficiente personalidad al espacio”.
¿Lo más especial? “A través de la luz hemos trabajado para resaltar los principales elementos de la iglesia. Un sistema de iluminación de color RGB te permite experimentar el espacio de una manera mucho más mística y especial. En el diálogo constante entre la luz y la materialidad es donde reside la poética del espacio”.
3. Arkoslight
¿Por qué? “Es uno de los diseño más recientes y maduros del estudio. El proyecto pretendía integrar las zonas de trabajo con el showroom de la compañía de iluminación. De nuevo, la relación entre luz, espacio y materia se convierten en el mejor vehículo de expresión para el estudio”.
¿El mayor reto? “La buena convivencia entre la luz natural y la técnica fue el principal desafío. Queríamos que la natural inundara al cien por cien las nuevas zonas de trabajo, pero debía ser la técnica la que explicara el proyecto”.
¿Lo más especial? “El patio central, que atrapa la luz y permite visualmente extender el vínculo entre los departamentos. Se trata de un auténtico “pulmón” para el edificio al albergar una imponente estructura metálica suspendida en la que se integra vegetación. Este muro verde pasa a ser el centro de atención del proyecto, haciéndose visible desde la gran mayoría de los espacios”.
4. Ricard Camarena Restaurant
¿Por qué? “Nuestro aproximación a la naturaleza de Ricard Camarena, después de algunas colaboraciones previas, ayudó a darle al trabajo una consistencia obvia. Se trata de un proyecto maduro basado en la calidad, el empleo de materiales naturales, la sencillez y la sobriedad. Aquí el verdadero lujo no es otro que la sensación de amplitud, los silencios espaciales, la calidez e intimidad”.
¿El mayor reto? “Teníamos que crear un espacio a partir del no-espacio. Sería una antigua zona residual la que se convertiría en el nuevo restaurante”.
¿Lo más especial? “Por muy simple que parezca, creo profundamente en la simbiosis entre gastronomía y espacio. En el diseño de restaurantes es importante trabajar para crear experiencias a través de la materialidad, la luz, la comida, etc. Con este proyecto tuvimos la suerte de que Ricard es un chef que entiende estos principios. Gracias a ello pudimos articular un diseño que quiere ir más allá de lo meramente visual, proporcionar una experiencia única a los visitantes”.
5. Central Bar
¿Por qué? “Situado en un entorno emblemático, como es el Mercat Central de València, el proyecto cumple con las funciones de los locales tradicionales situados en las plazas de abastos con el valor añadido del diseño”.
¿El mayor reto? “El gran reto fue afrontar la complejidad histórica que conlleva desarrollar un proyecto en el Mercado Central de Valencia. De alguna forma había que reescribir la historia de un puesto de mercado, construyendo una versión idealizada del mismo.
¿Lo más especial? “La esencia del proyecto es la reinterpretación del uso de la cerámica, colocada "al revés", y utilizada para vestir las paredes y la barra del bar. Es un material que a la vez nos recuerda a los orígenes del mercado. Su sencillez es un paralelismo con la cocina de Ricard Camarena, que destaca por su humildad y por el uso de materias primas de alta calidad”.
6. CaixaBank València
¿Por qué? “Después del gran reto que supuso para el estudio diseñar las primeras oficinas insignia de CaixaBank, este proyecto sigue el mismo lenguaje innovador de las mismas, además de estar situado en un edificio simbólico de la ciudad de Valencia”.
¿El mayor reto? “Había que seguir el denominador común del actual concepto de oficinas, y plasmar una evidente continuidad visual en cuanto a color, fondo y forma. Lo que no siempre es fácil de conseguir cuando te estás enfrentando a edificios históricos”.
¿Lo más especial? “El innovador planteamiento de oficina donde no hay límites en cuanto a cerramientos y lo más importante no es el diseño en sí, sino el software creado para el funcionamiento de la misma: imaginada para el constante movimiento del personal”.
7. Merkato
¿Por qué? “El proyecto aprovecha el espacio industrial de un antiguo hangar de avionetas, una caja muy particular de grandes dimensiones. También por la tipología que es, un mercado de degustación cuya cocina está basada en las sensibilidades culinarias de la ciudad”.
¿El mayor reto? “Resolver la grandiosidad del espacio y pasarlo a una escala humana, para que su habitabilidad fuera más íntima y cálida”.
¿Lo más especial? “De manera lógica, se ha procurado mantener la naturaleza industrial del espacio sin caer en tópicos, ni de tematización, ni de tradiciones”.
8. Clínica Peydro Herrero
¿Por qué? “Es un diseño atípico para una clínica odontológica donde prima más proximidad e íntima para el paciente”.
¿El mayor reto? “Es un proyecto marcado por la virtud de nuevos materiales y sometido a las barreras arquitectónicas del edificio en el que se sitúa, con desniveles y elementos estructurales difíciles de adaptar a la pura racionalidad de la propuesta. Para silenciar los defectos y convertirlos en virtudes, de los desniveles nace un elemento suspendido y volado que aporta espectacularidad al proyecto”.
¿Lo más especial? “Se reduce el uso de la materialidad a lo esencial, y en este sentido, la riqueza de una sutil ondulación, junto con el vidrio, proporciona a cada uno de los rincones de la clínica una mayor sensación de amplitud o “lujo espacial”.
9. Rice Club
¿Por qué? “Se trata de un proyecto gastronómico para el restaurante Brassa de Mar, en la Playa de la Patacona. En él conseguimos provocar una transición del restaurante hacia un proyecto mucho más racional y simple, tan desnudo como la propia materia o el ingrediente principal de su recetario que es el arroz”.
¿El mayor reto? “Por un lado, la naturaleza que lo envuelve y en contrapartida la gran cristalera que delimita el local que producía mucha irrupción de luz y calor. Y por el otro, la voluntad de subdividir el espacio para albergar pequeños eventos o reuniones”.
¿Lo más especial? “El diseño es un acto de equilibrio entre dos grandes protagonistas: el color castaño, y un sistema de celosías, tanto fijas como móviles, que ha permitido conducir el proyecto de una forma inteligente y dinámica hacia un espacio totalmente simple y racional”.
10. Sucede
¿Por qué? “El restaurante toma una nueva narrativa para explicar la cocina del chef Miguel Ángel Mayor. Con la nueva imagen y distribución los comensales se convierten en actores activos en un escenario que rastrea la historia de la ciudad”.
¿El mayor reto? “Sin poder dejar de lado los elementos históricos que lo caracterizan, teníamos que conseguir crear una nueva experiencia espacial”.
¿Lo más especial? “La nueva intervención se hace eco de la memoria del espacio con un nuevo sistema de iluminación puesto al servicio de los elementos históricos, mientras que un color verde sobrio envuelve al visitante en una atmósfera lenta y profunda”.
Masquespacio (Ana Milena Hernández y Christophe Penasse) y Sinmas (Mateo Climent y Sigfrido Serra), a pachas para dilucidar lo suyo con los interiores de la ciutat