La Fundación Bancaja presenta su nueva exposición ‘Impresionismo europeo y americano. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza’, un conjunto de 50 obras seleccionadas por la comisaria y directora artística del Espai Carmen Thyssen de Sant Feliu deGuíxols, Pilar Giró. También destacan las figuras de Rafael Alcón, presidente de la Fundación Bancaja, y la de Guillermo Cervera, responsable de la colección.
VALÈNCIA. La nueva exposición de la Fundación Bancaja, Impresionismo europeo y americano. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza llega a Valencia tras 15 años sin mostrar sus piezas fuera de sus propios espacios en Madrid, Barcelona y Málaga. Está dividida en tres apartados que recorren las distintas formas de plasmar la naturaleza sobre el lienzo conforme el impresionismo va dando forma al estilo pictórico de artistas como Claude Monet, Camille Pisarro o Paul Gauguin, entre otros. Sin embargo, Giró no pretende dar un protagonismo especial a estos autores. Al contrario, su criterio de selección ha ido enfocado hacia la pretensión de rescatar a otros artistas que, si bien no son tan conocidos, se alinean con ellos en cuanto a la calidad de sus obras.
Así, Giró establece constantes diálogos entre pintores tanto europeos como americanos de la etapa comprendida entre mediados del siglo XIX y del XX. Con ello, busca establecer vínculos poniendo sobre la mesa “una nueva forma de entender el paisaje”. Como dice, “el arte es internacional, no es de un lugar, sino de todos, del mundo”. Y por esa razón hace hincapié en la necesidad de “observar su selección con una mirada del siglo XXI”, de “dejar de percibir el arte como si fuera un libro de historia, dándole una importancia de presente” y de que “los museos piensen de otra manera, sin intentar emular espacios que ya existen”.
La primera parte de la exposición, El alma del paisaje, está iluminada con una luz suave con la que Giró ha buscado representar “la calma en contraste con la rapidez que caracteriza a nuestro siglo”. En las paredes se observan pinturas que plasman paisajes naturales de forma muy amplia. En ellas, el individuo aparece como un sujeto “lejano, diminuto, confundido con la propia naturaleza”, lo que le otorga su condición subjetiva. Las obras muestran el entorno como un espejismo del alma y de la voluntad de alcanzar una nueva sociedad, fruto de la irrupción del Romanticismo. Todo ello sin olvidar la búsqueda de ese “diálogo”, estableciendo contrastes entre Monet y otros artistas como Sonntag, Rigalt, Martí i Alsina, Galofre, Hugh B. Jones y Gómez Gil.
Una vez te adentras en la segunda parte de la exposición, denominada Un jardín en el mundo, la luz va tomando más fuerza, identificándose, según explica Giró, con “el despliegue del goce y el mayor protagonismo del ser en comunión con la naturaleza”. “El humano como protagonista entiende y aprehende la naturaleza”, destaca la comisaria, y precisa que “en este punto queda domesticada”. Así lo dejan entrever pinturas como las de los españoles Miralles, Bruguera, Pinós o Regoyos; que además se posicionan a la misma altura que los cuadros de Gauguin. En definitiva, en esta segunda parte de la exposición, el conjunto de obras seleccionadas combinan “las vertientes estética y científica” y buscan transmitir al espectador la sensación de ser plenamente conscientes de estar “gozando de la belleza y la plenitud que les proporciona el entorno”.
La tercera parte lleva el nombre de Paraísos encontrados. En este punto, las obras seleccionadas representan escenas mucho más cotidianas, donde el individuo llega a su máxima condición de protagonista. “Se busca hacer un paraíso del espacio en el que vives”, muestra Giró mientras señala los contrastes que surgen entre las obras del francobritánico Alfred Sisley y el español Josep Amat i Pagès. Después se acerca a otro de los cuadros seleccionados, El parasol de María Girona, en el que aparecen dos mujeres en la playa bajo una sombrilla. “En esta obra incluso se puede apreciar la reivindicación feminista”, dice. Una de las mujeres está sentada cómodamente sobre la arena, mientras la otra está de pie, en posición tensa y pendiente de alguna cosa. “Aparecen dos tipos distintos de mujer: la que tiene que cuidar de sus hijos y por eso está en una postura rígida, de cierto nerviosismo; y la que descansa tranquilamente sobre la arena”. En este sentido, Giró ha querido incluir obras de algunas mujeres que cayeron en el olvido por la sociedad del momento, como es el caso de la pintora española de origen ruso Olga Sacharoff. Por otro lado, también ha querido hacer hincapié en la presencia de esta exposición como “muestra de que debemos preservar la naturaleza para que los pintores puedan seguir plasmando la realidad, tomando conciencia de la crisis climática como algo evidente”.
Por último, la comisaria de la exposición ha puesto en relieve el hecho de que “estas obras en particular y el arte en general deben servir para hacernos pensar lo pequeños que somos”. Las obras seleccionadas plasman la evolución del impresionismo desde el punto en que “el individuo es ínfimo” hasta la exaltación evidente de “las personas como protagonistas”.