BRUSELAS. A falta de tres días para autorizar la vacuna de AstraZeneca, la Comisión Europea sigue esperando las respuestas del laboratorio aliado con la Universidad de Oxford para que explique el por qué de su retraso en la entrega de las primeras dosis de vacuna. “La seriedad y la dureza con que se expresó públicamente la comisaria, poniendo en duda las explicaciones de este laboratorio, vienen a confirmar la necesidad de transparencia que pedimos desde el Parlamento Europeo”, explica el eurodiputado Nicolás González Casares, del grupo socialista y miembro del comité de salud que tuvo acceso al contrato con el laboratorio CureVac.
Efectivamente, la comisaria de salud, Stella Kyriakides denunció el martes en rueda de prensa la falta de seriedad de AstraZeneca, que ya el 12 de enero solicitó una moratoria para darle tiempo a ir produciendo. Además, pidió que se le retrasara la autorización para comercializar en la Unión Europea (UE) por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), ya que esta aprobación activa el calendario de entregas de los millones de dosis precontratados y financiados con fondos europeos.
En este mismo sentido se expresó la presidenta Ursula von der Leyen, durante la conferencia de Davos: “Europa invirtió miles de millones para ayudar a desarrollar las primeras vacunas covid-19 del mundo. Y, ahora, las empresas deben cumplir. Deben cumplir con sus obligaciones. Es por eso que crearemos un mecanismo de transparencia en la exportación de vacunas”.
En un tweet posterior, la comisaria hizo público su malestar y “descontento, por la falta de claridad y las explicaciones insuficientes”. en el mismo tweet, recordaba las obligaciones de los laboratorios para cumplir los contratos firmados con la Comisión en nombre de todos y con los Estados de forma bilateral. “Los Estados miembros de la UE están unidos: los desarrolladores de vacunas tienen responsabilidades sociales y contractuales que deben cumplir”, decía escuetamente.
En su ‘timeline', a continuación, anunciaba la siguiente reunión y añadía que, “junto con nuestros Estados miembros, hemos solicitado a AZ -AstraZeneca- una planificación detallada de las entregas de vacunas y cuándo se llevará a cabo la distribución a los Estados miembros. El miércoles se convocará otra reunión para discutir más el asunto”. El viernes será la reunión con la EMA, que está preparada para dar la autorización a este medicamento. El siguiente paso es la aprobación de la Comisión, que normalmente suele ser inmediata, y entonces se pondrá en marcha el reloj para su distribución.
La sospecha que ha puesto sobre la mesa la comisaria Kyrikiades, y que ha insinuado en público, es que AstraZeneca ha pedido tiempo a la Comisión y le ha anunciado que sólo tendrá disponible el 40% de lo acordado para poder exportar la vacuna a otros países que la pagan más cara. Por ello, la Comisión exige saber los que está produciendo en suelo europeo, donde tiene varias fábricas, y el volumen de su exportación a terceros países.
La Comisión insistió en que “estas compañías están preparadas para producir millones de dosis, por eso fueron elegidas el pasado verano. Su capacidad está ahí. Y, por eso, es normal que la Comisión monitorice esa producción, para comprobar que se han producido las dosis y que estarán disponibles para nosotros”.
Tanto la comisaria como la Presidenta Ursula von der Leyen se reunieron con el CEO de AstraZeneca exigiendo una respuesta clara. “Pero no tenemos esa información de AstraZeneca, no sabemos si han enviado las dosis a otro lugar. Según los contratos que hicimos en agosto, octubre y enero, las dosis deberían estar disponibles. Lo que queremos saber es a dónde se están exportando nuestras vacunas”, explicó el portavoz de la Comisión.
Hay que tener en cuenta que también esta vacuna requiere dos dosis, con un intervalo de trie 19 y 42 días, pero con la recomendación de que sea de 21, lo que condiciona el calendario de entregas considerablemente para los laboratorios. Los anuncios de retrasos de los laboratorios han enojado a la Comisión, que se ha encontrado también con 300 millones de dosis menos tras el retraso de un año de Sanofi, que dijo que no la tendría lista hasta finales de 2021.
A preguntas del eurodiputado Nicolas González Casares sobre, se ha confirmado que Sanofi ayudará a Pfizer-BioNTech en la producción de vacunas, para que la alemana pueda cumplir con el calendario de entrega acordado. Hace diez días este laboratorio avisó a la Comisión de que no podría cumplir con las entregas. Tras varias reuniones y el anuncio de una demanda por parte del Gobierno italiano, la empresa rectificó el pasado viernes.
Desde el primer momento, el Parlamento Europeo ha pedido transparencia y poder ver los contratos entre la Comisión y los laboratorios. “Lo que está ocurriendo nos ha dado la razón a los que pedíamos transparencia, porque se trata de dinero público y de la salud de los ciudadanos”, explica González Casares.
Representantes de AstraZeneca y de la Comisión Europea se han venido reuniendo desde el lunes para aclarar los términos del contrato que fue firmado el pasado mes de junio, tras el anuncio de este laboratorio de su retraso en la producción. Un portavoz de la Comisión explicó que el laboratorio había puesto como excusa los problemas en la producción. “Pero no conocemos su capacidad de producción de la vacuna ni lo que se produce en Europa" añadió.
La comisaria de Sanidad, Stella Kyrikiades se reúne de nuevo este miércoles con la compañía farmacéutica “para garantizar que tendremos las vacunas que necesitamos en Europa”. Al parecer, hay acordadas unas fases de entrega de las vacunas en un calendario que figura detalladamente en su contrato. Los Estados miembros le exigieron el lunes a la Comisión que exigiera seriedad a los laboratorios. Suecia ha anunciado que ha dejado de pagar a la empresa hasta que garantice las dosis. Al parecer, los Estados tienen precontratos bilaterales de financiación y pago anticipado antes de cada entrega.
Las vacunas que reclama la UE no son sólo para los ciudadanos europeos. La Unión es la mayor donante del fondo solidario COVAX, para países menos favorecidos económicamente, con más de 800 millones de euros. “Si algún país debe recibir vacunas, debe ser la UE. Las fábricas existen en nuestro territorio y nosotros somos los que compartiremos las dosis, no solo entre los países de Europa, sino en otras partes del mundo”, defendió la Comisión a preguntas sobre si podía ser egoísta exigir la producción a los laboratorios.
Y, añadió el portavoz, “conocíamos las empresas y su capacidad de producción, y por eso confiamos en ellas con una prefinanciación que les permitía investigar y producir. Y esto está en el contrato, la capacidad d producir y abastecer a la Unión Europea lo contratado”.
Respecto a las reuniones con AstraZeneca y lo negativo que puede ser para la compañía su nombre en los medios, el portavoz de la Comisión insistió en rueda de prensa en el cumplimiento del contrato. “Nuestro diálogo con AstraZeneca no es para poner presión con los mercados financieros. Nuestra preocupación es la salud de los ciudadanos. Y necesitamos millones de dosis de vacunas para distribuirlas. Tenemos discusiones para estar seguros de que la información que tenemos es clara y completa, y para poder obtener esas dosis. Y no lo vamos a dejar hasta que estemos en esa posición”, defendió.
La Comisión volvió a recordar públicamente la inversión realizada para acelerar la vacuna contra la covid-19. “Lo importante es que la UE ha invertido mucho dinero para garantizar que tengamos la dosis para nuestra campaña de vacunación. Y, después de la autorización, poder garantizar que son distribuidas. Si la empresa está distribuyendo vacunas en otra partes del mundo, ¿por qué nos han dicho que no vamos a tener las que contratamos?”.
La UE le recordó al laboratorio que había prefinanciado la investigación y la producción de 400 millones de dosis, ante la sospecha de que el tiempo solicitado fuera para producir una cantidad de vacunas destinada a la exportación a países de fuera de la Unión. Las dosis acordadas en el precontrato, debían distribuirse entre los Estados miembros de forma proporcional y equitativa a su población, y de acuerdo a sus contratos bilaterales posteriores, pero siempre de acuerdo con el calendario detallado en el contrato.