Los socialistas no consiguen sacar rendimiento electoral en las comunidades en las que gobiernan, pero las regiones del PSPV y el PSIB otorgan un resultado por debajo de la media estatal, aunque aguantan la caída desde las autonómicas
VALENCIA. Tras las pasadas elecciones autonómicas el Partido Socialista consiguió un cambio de gobierno en cinco comunidades autónomas de las siete que actualmente preside. El cambio de color no fue mérito exclusivo del PSOE, que no logró mayoría absoluta en ninguna comunidad y necesitó del apoyo de otros partidos, principalmente de Podemos -salvo en Andalucía y en Asturias-, mediante pacto de investidura o de gobierno para poder investir a un presidente color rojo.
En la Comunitat, Ximo Puig necesitó de Compromís y Podemos para llegar al Palau; en Andalucía, Susana Díaz repitió como presidenta con la ayuda de Ciudadanos; en Asturias los socialistas también repitieron, pero cambiaron su socio de gobierno: antes UPyD, ahora Izquierda Unida. En Baleares necesitaron también de un tercero a parte de Podemos, la coalición MÉS, igual que en Aragón, donde fueron también respaldados por la Chunta Aragonesista. Mientras, en Extremadura y Castilla La Mancha, el ahora gobierno socialista se dió mediante pacto con Podemos.
Pese a haber conquistado cinco regiones y repetir en otras dos, los socialistas no han sacado rédito electoral en este 20D a ser la cara visible de los Ejecutivos autonómicos. Salvo en Andalucía, donde gobernaba el PSOE con mayoría absoluta y en Asturias, donde lo hacía gracias a un pacto con UPyD, el resto de autonomías habían sido gobernadas por el PP. Algunas, como la Comunitat y Castilla la Mancha habían sido -y continúan siendo- feudo electoral de los populares.
A pesar de que la caída de los socialistas se ha dado a nivel general, todas las comunidades, salvo las dos citadas anteriormente superan la media de voto. Es decir, que los malos resultados en las elecciones generales del pasado 20 de diciembre se acentúan en las regiones lideradas por el PSPV y el PSIB.
Tanto en la Comunitat como Baleares los resultados del PSOE se hallan por debajo de la media estatal (22,01% de los votos). En el primer caso, los socialistas obtienen el 19,84% de los votos -totales por comunidad-, mientras que en Baleares cae un punto más, al 18,31% de votos totales.
La entrada de dos nuevos rivales directos en el escenario para el PSOE, Podemos y Ciudadanos, que se lanzaron a conquistar al electorado socialista auguraba unas elecciones difíciles para la formación de Pedro Sánchez.
En el caso de la Comunitat, Ximo Puig contaba con un fuerte competidor añadido, la coalición Compromís, pese a ser socio de gobierno. En Valencia el PSOE no sólo competía por el mismo electorado con Podemos, sino que ya contaba en el pasado con la coalición nacionalista y que finalmente concurrió a las generales de la mano de la formación morada, creando un rival más fuerte para los socialistas.
En el Ejecutivo valenciano la líder de Compromís, Mónica Oltra, es una figura que cuenta con numerosos apoyos en las calles, además de haber sido mucho más visible que el President desde su entrada en les Corts. La ahora vicepresidenta del Consell entró en el Parlamento valenciano en 2007 y enseguida fue conocida por las respuestas y acusaciones que dirigía a la bancada popular, así como por llevar a les Corts las luchas sociales no sólo en forma de camiseta. La cara reivindicativa de Oltra, cuya formación ha concurrido a los comicios generales con la vertiente valenciana de Podemos bajo la coalición 'És el moment' ha logrado superar al PSOE en votos en las circunscripciones de Valencia, Alicante y Castellón.
Los sondeos ya auguraban una caída importante del PSOE en el parlamento nacional, pero esta caída también se ha hecho notar desde las elecciones autonómicas, apenas seis meses atrás. Salvo en Aragón, los socialistas han descendido en porcentaje de voto en todas las comunidades desde los comicios autonómicos. El PSOE aragonés de Javier Lambán es el único que crece, con una diferencia de casi 2 puntos porcentuales. En el resto, la caída más notable desde las autonómicas se produce en Castilla-La Mancha, con una pérdida de casi 8 puntos desde el 24M y en Extremadura, donde la diferencia es de 5,5 puntos.
Sin embargo, cabe destacar que en Baleares y la Comunitat Valenciana, las dos regiones que otorgan el peor resultado estatal al PSOE, la diferencia de votos respecto a las elecciones autonómicas es de apenas medio punto en descenso. Es decir, que las regiones que presiden Ximo Puig y Francina Armengol han logrado amortiguar la caída de los socialistas, pese al resultado.
En política se afirma que, en un gobierno surgido de un pacto, el beneficio electoral suele obtenerlo la cara visible. Algo falla en la ecuación para el PSOE.