VALÈNCIA. La Cremà es el acto central de las Fallas de València, el momento en el que los monumentos falleros cumplen por fin su cometido: arder en el fuego.
Y es que, aunque a muchas personas les cueste creerlo, esas obras de arte que cada año dejan a cientos de miles de turistas con la boca abierta y que durante cuatro días desafían a la gravedad y a la intemperie, se hacen con el único objetivo de ser quemados en la noche del 19 de marzo.
Pero, ¿por qué tanto trabajo y tanta inversión económica? ¿Cuál es el significado de esta tradición?
Te contamos todo lo que necesitas saber sobre la Cremà de las Fallas de València.
Existen muchas teorías sobre el origen de las Fallas de Valencia.
La más extendida y aceptada es que esta fecha fue instaurada por el gremio de carpinteros para honrar a su patrón: San José.
Al parecer, los carpinteros aprovechaban este día, cercano a la primavera, para quemar sus candiles, ya que, con la llegada de días más largos, no los necesitaban.
Con el paso del tiempo, los palos de estos candiles comenzaron a «animarse» y ataviarse con prendas y caretas a modo de crítica, tal y como ocurre con otras fiestas satíricas, como los Carnavales.
Posteriormente, a los palos se sumaron otros elementos, como muebles viejos, hasta llegar a configurar los monumentos falleros que son el origen de las actuales fallas.
Evidentemente, las hogueras por San José pueden tener reminiscencias paganas, tal y como ocurre con otras festividades como San Juan o San Antón.
En este caso, las fallas y su quema estarían directamente relacionadas con las celebraciones del cercano solsticio de primavera.
Por otra parte, el fuego es un elemento purificador por excelencia, y su presencia ritual supone el inicio de un nuevo ciclo.
Esto también podría asociarse con la llegada de la prosperidad a campos y cultivos, que alcanzan con la nueva estación su momento de máximo esplendor.
La Cremà es el último acto de la semana fallera, y pone el broche final a esta fiesta popular durante la noche del 19 de marzo.
Es un momento cargado de fuerza y emoción, y que muchas veces nos deja la imagen de las Falleras Mayores llorando frente a la ceniza y las llamas, pues su «reinado» concluye esa misma noche.
Sin embargo, esta tristeza de los falleros y falleras también tiene algo positivo: el final de unas Fallas supone el comienzo de las otras.
Así que, en pocos días, los artistas falleros volverán a ponerse manos a la obra para diseñar sus nuevos monumentos en un ciclo que lleva años repitiéndose de manera (casi) ininterrumpida.
«Ninot» es el nombre que recibe cada una de las figuras que componen una falla.
Los ninots se fabrican con materiales combustibles (cartón-piedra o similares) y normalmente tienen un carácter crítico o burlón, aunque muchas veces su propósito es más bien estético o realista.
Aunque todas las fallas de València se queman en la noche del 19 de marzo, hay una excepción: el llamado «Ninot Indultat», una figura que se salva del fuego y que se deposita en el Museo Fallero de la ciudad.
El origen de esta tradición se remonta a principios del siglo XX, cuando el monumento de la plaza del Molino de Na Robella de 1914, que exaltaba a Wagner, decidió no quemar un busto del compositor.
Algo similar ocurrió con una efigie de Jaime I de la Plaza del Doctor Collado y que, por petición popular, también se salvó del fuego en aquella misma década.
Aunque normalmente se salvaban del fuego representaciones de personajes famosos por una cuestión de respeto, en 1923 ocurrió algo insólito: lo que se «indultó» fue una escena de la falla de la calle Maestro Valls por su calidad artística.
Este hecho propició que el artista fallero Regino Mas propusiera en 1934 incluir el indulto de ninots dentro del programa de las fiestas municipales.
Aun así, no fue hasta 1963 cuando se convocó la I Exposición del Ninot Infantil, de la cual se eligió por votación al primer ninot indultado infantil de la historia: un grupo que representaba a Pinocho y Geppetto, obra de Josep Fabra y perteneciente a la Falla San Vicente-Periodista Azzati.
La Cremà de las Fallas de València comienza en la tarde-noche del 19 de marzo.
Primero, se queman todas las Fallas Infantiles.
Después, se procede al encendido de la Falla Infantil Ganadora del primer premio de la Sección Especial, y después se quema la Falla Infantil municipal (Plaza del Ayuntamiento) sobre las 21:00 horas.
Respecto a la Cremà de las Fallas de Valencia, comienza alrededor de las 22:00 horas.
Después se queman la Falla Ganadora del primer premio de la Sección Especial y la Falla de la Plaza del Ayuntamiento, dando por concluidas las Fallas 2023.
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