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grand place / OPINIÓN

La culpa fue del chachachá

24/09/2019 - 

Asisto atónita al advenimiento de la tercera guerra mundial, perdón, de la segunda crisis financiera mundial del segundo milenio, cuando leo en los periódicos que la culpa fue del chachachá -link retro para escuchar-. Nos guste más o nos guste menos, así acabaremos, echándole las culpas al maestro armero, como ocurrió con la primera crisis del siglo XXI, que nadie vio venir, pero que avanzó implacable y silenciosa durante la segunda mitad de la primera década, hasta que cayó de golpe como un chaparrón, como el diluvio universal de la Vega Baja. “El meu país no sap ploure”, decía el poeta valenciano más importante de las letras catalanas del siglo XX, Vicent Andrès Estellés. Aprovecho para recordar el homenaje que se le rindió en Bruselas, organizado por el Casal Català, con una lectura de poemas sincronizada con Barcelona, Mallorca y València, aquí bajo la coordinación de Acció Cultural del País Valencià.

Emotivo, leer los versos del poeta de Burjassot, los recuerdos de una época gris, de pequeña miserias y de minúsculos triunfos, pero de grandes verdades. Aquella época con el enemigo al descubierto pasó y llegó la era de Termidor, con un cambio de siglo y de ciclo que nos llevaría a la miseria global. Es el Gran Hermano escudriñando cada rincón de nuestra alma, como la Rumba que va limpiando por la casa de rincón en rincón, tropezando hasta con el gato mientras va guardando, en su corazoncito hecho de chips, toda nuestra vida hecha a pedazos…. Su objetivo: ponerla en venta. 

FOTO: Acció cultural. Sopar Estellés 

Porque todo está en venta hoy. Y no somos conscientes de que el producto somos nosotros cuando entramos a leer en periódico en la red o compramos un billete de avión por internet, reservamos un hotel o chateamos con nuestros amigos. El próximo anuncio que aparecerá en nuestra pantalla será el de los zapatos amarillos que acabo de decirle a mi amiga que me hacen falta. Sí, nos leen, nos escuchan, nos ven por la cámara instalada en la parte superior de la pantalla de nuestro ordenador. Y no sabemos cuándo ni para qué. Tal vez alguien esté haciendo negocio al otro lado con nuestras miserias. 

Tal vez alguien aproveche para preparar el próximo escenario bélico de la segunda guerra, perdón, crisis financiera. Y eso que estamos avisados. Porque la presidenta del Fondo Monetario Internacional y próxima presidenta del Banco Central Europeo -no sé qué me asusta más-, Christine Lagarde, acaba de entonar su mea culpa, “again and again”. “Nos pasamos con las medidas de austeridad”, austericidas las llaman. Ahora que han destrozado media Europa y vendido media Grecia, isla a isla… China compró el puerto del Pireo, el más importante del Mediterráneo. Y ni con esas han/hemos salido de la crisis.

Descubiertas las erróneas políticas económico-financieras de la era Juncker, en los últimos diez años, ¿qué nos espera con la nueva Comisión liderada por Úrsula von der Leyen? A parte de las vicepresidencias con nombres bucólicos como Pacto Verde Europeo, Era Digital, Protegiendo la European Way of Life, Valores y Transparencia o incluso un comisario  de Medio Ambiente y Océanos, el Eurogrupo sigue su camino, a tropezones. “Mirando adelante, ante un deterioro, necesitamos encontrar un nuevo equilibrio y la política fiscal sin duda tendrá un papel”, comentó el también ministro de Finanzas portugués y nuevo presidente del Eurogrupo -grupo de países de la zona euro-, Mario Centeno. 

 

Ahora a por la política fiscal, es decir, la armonización de los impuestos y la lucha conjunta contra la evasión fiscal. “Ante un deterioro”, dijo el ministro portugués. Ante una próxima masacre, diría yo. Y eso que ahora tienen al Fondo Monetario Internacional (FMI) de pecador arrepentido, lamentando desde hace años la carnicería hecha en el sur de Europa con la contención del gasto público y el estrangulamiento de la economía productiva -pequeñas y medianas empresas-, otrora en manos de la fenecida clase media. 

A “sensu contrario”, en estos momentos es la Comisión y parte del Eurogrupo lo que piden a Alemania que revierta los objetivos del déficit y la deuda pública impuestos desde el liderazgo europeo de Merkel, para que gaste más. Que invierta, le dicen, que para eso tiene dinero y el control de una  banca privilegiada, al no haber tenido que pasar los tests de estrés que llevaron a otros bancos a la debacle, arrastrando países enteros. ¿Les recordamos lo que le pasó al sistema financiero español? Para llorar. Pues mira, no, no voy a llorar. Mejor… me marco un chachachá. 

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