VALÈNCIA. Aquí estamos de nuevo. Las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina y el sector cultural mira con especial atención aquello que pasa tras los muros del Ayuntamiento de València, unos muros que podrían cambiar de color. Hoy nos proponemos analizar el apartado cultural de los programas electorales de aquellos partidos con representación en el consistorio: Compromís, PSPV, Unides Podem, Partido Popular y Ciudadanos. Cada uno de ellos plantea un modelo cultural bien distinto, que pasa por la creación de nuevas dotaciones, transformación de las existentes o reorganización de los recursos. Antes de empezar, algunas reglas del juego. Evitaremos aquellas ‘propuestas’ no concretas, tales como planes no desarrollados o el compromiso de impulsar, potenciar o promover (los verbos favoritos de los programas electorales) un sector u otro sin especificar cómo. También huiremos de todas aquellas promesas –que no son pocas- dirigidas a espacios no gestionados por el Ayuntamiento de València, como pueda ser el IVAM o el Palau de les Arts, o basadas en demandar apoyo a otras administraciones. Hoy toca lo concreto.
La estructura interna del área de Cultura ha generado más de un dolor de cabeza al Govern de La Nau, un espacio compartido por tres concejales distintos y una división sui generis en la gestión de artes escénicas o música. Es el propio Unides Podem, que en estos cuatro años ha gestionado la concejalía de Acción Cultural, quien ha puesto el foco en la necesidad de replantear una estructura que ha sido muy cuestionada. De esta manera, el grupo morado propone solucionar esta problemática generando una ventanilla única para todas las propuestas culturales y artísticas, así como la unificación de criterios en la convocatoria de subvenciones y gestión de recursos municipales. En similares términos, Ciudadanos plantea crear una única área de Cultura que integre toda la gestión cultural de la ciudad. Por su parte, el PSPV propone reconfigurar el área creando el Institut Municipal de Cultura, un ente que funcione como “columna vertebral” de la política cultural de la ciudad, compuesto por un consejo consultivo y un sistema de ventanilla única. Esta reestructuración se completaría con la creación de un Consejo Metropolitano de las Artes y el Observatorio Municipal de la Cultura.
En el campo de las artes escénicas, de manera inevitable surge un nombre que resuena desde hace tiempo: Las Naves. El otrora centro cultural, ahora dividido en Innovación y Cultura (este último concentrado en el teatro La Mutant), ha sido uno de los espacios más polémicos de la presente legislatura, un espacio cuyo futuro está pendiente de las elecciones. Así, Compromís propone la “recuperación” de Las Naves y La Mutant como espacio de creación y generación de propuestas escénicas. La misma palabra, recuperar, utiliza el Partido Popular con respecto a Las Naves, aunque en este caso como “lugar de acogida e impulso de emprendedores, innovadores y creativos artísticos”. De igual forma, en el ámbito de las escénicas el PSPV propone facilitar locales de ensayo a compañías de teatro, danza y circo.
Una vez recuperado el festival de cine La Mostra, desparecido durante la última etapa del gobierno popular, Compromís se compromete a mejorar su dotación económica y a, “con el objetivo de mejorar su gestión”, convertirla en Organismo Autónomo. Cabe destacar el Informe de Intervención de noviembre de 2018 dio un tirón de orejas al consistorio por no haberlo hecho ya. En otro punto del espectro, el PP dice: “contaremos con un Festival de Cine en València”. Preguntados a este respecto, puesto que ya existe más de un festival audiovisual apoyado por el consistorio, apuntan a la creación de uno nuevo, no en sustitución de La Mostra. Por su parte, el PSPV plantea la creación del centro Valencia Cultura Digital para el desarrollo y formación en animación y videojuegos, un centro que tendría sede en La Harinera, unos nuevos lenguajes que también encuentran su hueco en el programa de Unides Podem.
Ciudadanos plantea crear una “unidad administrativa” de música, que incluya la Banda Municipal y el Certamen Internacional de Música Ciudad de Valencia. Por su parte, el Partido Popular se compromete a duplicar las ayudas a la sociedades musicales de València, así como “consolidar un Festival de Música XXI”. Por su parte, el PSPV habla de potenciar la figura de los bares culturales “a través de fórmulas legales que faciliten su actividad sin perjuicio para el vecindario y que serán acompañadas de ayudas para la insonorización de locales”. Es precisamente este uno de los puntos candentes en la gestión musical de la ciudad, un encaje legal de los llamados bares culturales –agrupados en la asociación Abacu- que no ha llegado a materializarse a pesar de las promesas y distintas quejas de los bares.
En el terreno de las artes plásticas, Compromís plantea apoyar el evento Abierto Valencia, la apertura de temporada expositiva de la asociación de galerías de arte contemporáneo, con la compra de una pieza, así como la creación de una línea de subvenciones para favorecer la presencia de galerías en ferias nacionales e internacionales. Ciudadanos propone incidir en el apartado didáctico con el programa la ‘Pieza del mes’ para la promoción de los museos. En el ámbito del arte urbano, es el PP quien planeta generar un “itinerario muralístico de carácter permanente” en las medianeras del casco histórico. Por su parte, el PSPV plantea crear una red para desarrollo de proyectos experimentales y nuevos soportes artísticos integrada en el Almudín, el Jardín del Hospital y las Atarazanas, con lo que cambiaría el destino final de este último espacio, plantado como una de las tres sedes del Museu de la Mar.
La protección del patrimonio ha sido también una de las cuestiones controvertidas por lo que respecta a la gestión cultural local, un punto que no se ha pasado por alto en los programas electorales. Así, el Partido Popular plantea poner en marcha sistemas de video vigilancia en los principales monumentos y edificios históricos para evitar agresiones. Por su parte, contra estos actos delictivos, tanto Compromís como el PSPV prevén la elaboración de programas escolares de formación y educación y campañas de concienciación.
En este ámbito, el PSPV plantea establecer un cheque-libro para que el primer rgalo que recibe un bebé del Ayuntamiento sea un libro, así como la creación de un Consejo Editorial que impulse la Oficina de Publicaciones Municipal. Por su parte Compromís plantea ampliar los premios Ciutat de València con una nueva categoría de cómic, así como la creación de una biblioteca en el barrio de la Malvarrosa.
El diseño es uno de los sectores que pasa más desapercibido en los programas electorales, aunque sí viene apoyado tanto por Compromís como por el PSPV. Así, Compromís se compromete a generar la demandada figura del director creativo en el Ayuntamiento de València, con el objetivo de que coordine y supervise la imagen corporativa municipal. De igual forma, también plantean actualizar la imagen corporativa y la creación de un Servicio de Marketing para “crear, diseñar y comercializar productos que potencien la imagen de la ciudad y puedan servir de souvenirs”. Es el PSPV el que, en su caso, propone la creación de un Consell del Disseny con carácter consultivo para que valore los diseños urbanos y gráficos de la ciudad.
El Partido Popular propone la creación de un ‘pase cultural’ para aquellos que alcancen la mayoría de edad, con el que podrán acceder de manera gratuita a los espacios culturales municipales, así como la creación de un departamento para la promoción de la cultura valenciana en el ámbito internacional. De igual forma, plantea construir un nuevo centro cultural en Rascanya o Benimaclet. Por su parte, el PSPV plantea elaborar una plataforma digital de industrias culturales así como la creación de un nuevo espacio cultural, el Museo de Cerámica al Aire Libre del Cabanyal. También Compromís se apunta a crear nuevos espacios expositivos, como el proyectado Museu de la Mar, al que suma el Museo de la Música.