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TODA LA CADENA DEL SECTOR SE HA VISTO AFECTADA

Almacenes anegados y la campaña navideña en el aire: las inundaciones pasan factura al libro

8/11/2024 - 

VALÈNCIA. El sector editorial valenciano está en shock tras la Dana. La afectación a las empresas, a pesar de estar muy concentrada, va a determinar los próximos meses de la edición, distribución y venta, al menos en la provincia de Valencia. Las consecuencias aún no se han medido en datos oficiales, pero sí pueden calcular sensaciones y repercusiones: la campaña navideña, la más importante —incluso por encima de Sant Jordi—, está en peligro.

En este sentido, el sector ya se ha reunido tanto con la Conselleria como con el Ministerio de Cultura. Los segundos presentaron ayer un primer paquete de medidas dentro del denominado Plan de Reconstrucción de la Cultura Valenciana, que incluyen ayudas específicas, o la priorización en las subvenciones de las empresas afectadas. En todo caso, el problema de la Dana en el libro tiene efectos a abordar tanto en el corto como en el largo plazo.

El corto plazo: Problemas de stock

La nave de Gea Libros, la principal distribuidora, estaba en el polígono de Riba-Roja del Túria que colinda con el Barranco del Poio. Decenas de editoriales, tanto valencianas como estatales e internacionales, cuentan con esta empresa para llegar a las librerías valencianas. Algunos sellos editoriales lo han avanzado en redes sociales con imágenes desoladoras: la destrucción es total. Las cifras que manejan son de, al menos, 300.000 libros. Bromera, uno de los mayores grupos editoriales de la Comunitat, que tenía parte de su catálogo en Gea y otra parte en otra nave también inundada, también cuenta en 300.000 ejemplares sus pérdidas aproximadas.

No es la única. Sendra Marco, otra gran distribuidora ubicada en Picanya, también está limpiando barro estos días, aunque tuvo la suerte de que solo afecto a una altura de su almacén y no tienen que hablar en términos de “destrucción”, aunque a Núria Sendra le cueste hablar en términos de alivio porque el mal sea relativo.

Lo mismo se puede decir de otras empresas, entre imprentas, sedes de editoriales y distribuidoras. La realidad es que el golpe afecta a todas las partes de la cadena del libro. Un dato curioso: incluso Planeta está teniendo problemas para hacer llegar a las librerías Victoria, de Paloma Sánchez-Garnica, el Premio Planeta de 2024; su mayor lanzamiento del año.

Volviendo a las naves de distribución, hay editoriales que han perdido la inmensa mayoría de su fondo de stock. Solo se han salvado los libros que estaban imprimiéndose, o los que guardaban en sus oficinas. “La situación para algunas editoriales es fatal, especialmente porque muchas dependen totalmente de las distribuidoras afectadas”, explicó Àfrica Ramírez Olmos, de la Associació d'Editorials del País Valencià. Según indica, “el desastre es generalizado; no hay un plan inmediato que permita cubrir las pérdidas”.

“Nuestra distribución está paralizada hasta que podamos retomarla. Sí tenemos otras distribuidoras en Cataluña e Islas Baleares, pero en Valencia ahora mismo ni siquiera hemos terminado el control de daños. Nunca nos hemos visto en una situación así”, confiesa Mercé Pérez, de Sembra Llibres. Por su parte, Vicent Olmos, de Afers, cuenta con un catálogo de libros de fondo (principalmente ensayos) pero desde hace dos años tiene una colección de narrativa: “Es la que nos permitía mantener dinamismo, y con dos lanzamientos importantes en las próximas semanas, es lo que más se va a ver afectado”, confiesa.

El corto plazo dibuja un problema “mayor que en la pandemia” -dice Pepe Miralles, de la Librería Primado-: las editoriales y las librerías cuentan con el fondo que haya en estas ahora mismo. No se van ni a poder resolver pedidos urgentes ni hacer reimpresiones ágiles. De hecho, la llamada a la solidaridad con las librerías afectadas por la Dana ha puesto aún más palos en la rueda: no pueden atender la oleada de pedidos porque lo han perdido todo, incluso el material informático, y tardarán en reactivarse. El Gremi de Llibrers pidió encauzar las ayudas a través de una cuenta bancaria habilitada para financiar la reconstrucción de estas; pedirles libros lo que hace es saturarlas en un momento de otras urgencias.

Foto: MARGA FERRER

Desde las editoriales tienen una petición urgente, que ha sido atendida por el Ministerio, aunque con la incertidumbre de los plazos: ayudas a la reimpresión para recuperar cuanto antes el stock. Las editoriales no tienen fondo para vender, y por tanto no pueden contar con liquidez para reponer todos los ejemplares perdidos. Se trata de un asunto a resolver en semanas y no en meses: “Si tenemos el dinero, podremos ir a una imprenta —aunque no sea con la que trabajemos habitualmente, si esta también está afectada— y tener fondo pronto. Las tiradas son cortas y la tecnología permite que esto se pueda hacer relativamente fácil. Esta es la única solución”, apunta Olmos, de Afers.

Ricard Peris, de Andana y La Caja Books, también directamente muy afectadas por la Dana, recuerda de paso que la Conselleria de Cultura aún no ha resuelto o convocado algunas de las ayudas del libro ordinarias de este año, lo que también acaba lastrando la salud de las editoriales independientes.

El medio plazo: La campaña navideña se da por perdida

¿Por qué habla Pepe Miralles, de Librería Primado, de una afectación peor que la pandemia? “Porque en cuanto se pudo salir del confinamiento, las ventas se reactivaron enseguida. Aquí hay librerías y otras empresas afectadas que tardarán meses en volver a la normalidad”. Maquinarias que reparar o sustituir, carreteras por las que antes se pasaba y ahora toca reconstruir, bajos de librerías con los que hay que empezar de cero…

Tanto algunas librerías como editoriales consultadas para este reportaje lo dan por supuesto: la campaña navideña, la más importante del año en ingresos, sale o muy tocada o directamente se da por perdida, según el optimismo o el pesimismo de cada fuente consultada.

“La campaña de navidad es fundamental para la mayoría de editoriales, pero es casi imposible que lleguemos a tiempo para abastecer el mercado”, lamenta Ramírez Olmos, destacando que “la logística de las editoriales independientes depende ahora mismo en gran medida de la rápida actuación de las instituciones”. Otra vez, la respuesta está en las ayudas inmediatas a los sellos más afectados.

Solo las editoriales que se pudieron adelantar y distribuir los lanzamientos estratégicos para estos meses pueden respirar algo aliviadas. Pero incluso estas advierten: “Si un libro funcionara muy bien, no tenemos capacidad ahora mismo para poder imprimir nuevos ejemplares y mantenernos en las novedades de las librerías”, explica Ricard Peris.

En todo caso, el calendario de lanzamientos también se va a ver afectado: “las dos novedades más urgentes sí van a salir, pero vamos a tener que calendarizar el resto”, cuenta Mercè Pérez.

A esto se le suma la ola de cancelación de actos y presentaciones, que también afectan a las ventas más inmediatas. Principalmente, la Plaça del Llibre en València (que se canceló días antes de la Dana, anticipando las fuertes lluvias).

Así ha quedado la librería La Moixeranga.

El largo plazo: Las brechas con los grandes grupos y la estructura valenciana

La campaña de navidad mostrará una brecha que ya era evidente: los sellos de los dos grandes grupos editoriales, Planeta y Random House, tienen estructura y músculo de sobra para reponerse rápidamente y normalizar su situación en unas semanas; mientras que los sellos independientes van a tener que esperar a la agilidad de las ayudas del Ministerio y la Conselleria.

El largo plazo apunta, por una parte, a la necesidad de radiografiar y buscar debilidades desde el shock para saber qué necesita el sector para salir fortalecido. Por otra parte, Núria Sendra cree que igual de importantes son las ayudas urgentes (las del corto plazo) como aprovechar y preguntarse “cómo revitalizar toda la red y modernizar el sector”.

La Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), por su parte, se ha sumado a la campaña solidaria de recogida de fondos para las librerías afectadas y ha pedido a sus asociados que en vez de hacer el 5% de descuento en las ventas del Día de las Librerías (este 11 de noviembre), destine ese dinero con el que no contaban para hacer un fondo de ayuda directa desde el propio sector.

Otro asunto esencial para el sector son las infraestructuras públicas; esencialmente, bibliotecas, archivos y colegios. Hasta que no se reactiven, tampoco se sabrá la evaluación de daños y cuándo volverán a hacer compras para su fondo. El Col·legi de Bibliotecaris i Documentalistes de la Comunitat Valenciana (COBDCV) está haciendo un seguimiento sobre las bibliotecas afectadas, tras haber contactado con cada municipio impactado por la Dana. También ha presentado una hoja de ruta que incluye una estrategia detallada que aborda cuatro puntos clave: evaluación del estado de las bibliotecas, procesos de recuperación, restablecimiento del servicio y desarrollo de un plan de respuesta ante futuras emergencias, detallan desde la entidad.

En clave más optimista, incluso romántica, “la cultura, y especialmente el libro, es el refugio donde encontraremos la reflexión y la fuerza para continuar”, reflexionaba el director de Bromera, Bernat Bataller, en un artículo publicado por la propia editorial. Todas las editoriales hablan de bache, pero a pesar de todo, ninguna apunta a una catástrofe que se vaya a llevar por delante el sector.

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