VALÈNCIA. La metástasis sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad y ese miedo puede retrasar su detección y su curación. “Es cierto que, en un alto porcentaje, la metástasis es incurable, pero con los últimos avances en tratamientos, métodos diagnósticos e investigaciones estamos reduciendo esa posibilidad, cronificando la enfermedad e incluso curándola”, afirma el doctor Joaquín Gavilá, médico adjunto del servicio de Oncología Médica de la Fundación IVO. Eso es posible gracias a una detección temprana de la metástasis, por eso es importante acudir a las revisiones. “Lo ideal es detectar la metástasis cuando no da síntomas, porque entonces podemos tratarla mejor y es potencialmente curable”.
Una metástasis se produce cuando existe un tumor primario, que se origina en un órgano, y desde allí las células tumorales migran a otro órgano bien a través de la sangre o bien a través de la linfa (los vasos linfáticos que llevan a los ganglios). Puede aparecer en cualquier tipo de cáncer y las más frecuentes suelen ser las de hueso, pulmonares, hepáticas y cerebrales, pero también es cierto que no siempre aparece. ¿Cuáles son los motivos por los que una persona desarrolla metástasis y otra no, teniendo el mismo tipo de cáncer? Primero influye mucho la detección precoz. “El diagnóstico precoz es fundamental, ya que nos permite diagnosticar el cáncer cuando es muy pequeño y así tendrá un menor riesgo de recaída y una menor probabilidad de metástasis”. También influye el tipo de células cancerosas que lo forman, si tienen una capacidad más invasiva o con mayor capacidad para diseminarse.
Ese diagnóstico precoz es fundamental para aplicar tratamientos menos agresivos consiguiendo resultados muy buenos, que reducen las probabilidades de metástasis y mejoran la calidad de vida de los pacientes. “Son tratamientos muy dirigidos para revertir la resistencia de algunas células cancerígenas y mucho menos tóxicos. También está funcionando muy bien la inmunoterapia, fármacos que anulan las falsas señales que emiten esas células cancerígenas y que permiten que nuestro sistema inmunológico actúe sobre ellas, eliminándolas”, asegura el doctor Gavilá. Por ejemplo, ya existen datos de cáncer de piel, melanomas, que aplicando estas terapias y después de diez años de seguimiento a pacientes con metástasis en un 20% esos tumores se encuentran dormidos, sin actividad, no han crecido o, incluso han desaparecido. Y en otros tipos de cáncer con seguimiento de cinco años también están arrojando resultados muy positivos. “El objetivo ahora es conocer porqué funciona en esas personas y conseguir aumentar ese porcentaje de éxito”.
Para detectar la posibilidad de sufrir una metástasis se creó un sistema de estatificación mediante las letras TNM. La letra T describe el tamaño del tumor y la diseminación del cáncer hacia el tejido cercano. La letra N describe la diseminación del cáncer hasta los ganglios linfáticos cercanos. “Tener solo una T y una N suele significar curación, realizando una cirugía o combinando radioterapia y quimioterapia”, explica el doctor Gavilá. La M significa metástasis y son tumores más difíciles de curar. “Habría que distinguir entre una enfermedad metastásica con muy poca carga, con una o dos localizaciones en un mismo órgano que se pueden extirpar y podemos volver a curar al paciente, con una situación en la que hay muchas lesiones en el mismo órgano y no podemos extirparlo o que esas lesiones afecten a muchos órganos”.
Ese pronóstico del cáncer, cuanto menos agresivo menos posibilidad de metastatizar, es fundamental para saber si el dolor de cadera o de cabeza, por ejemplo, es sinónimo de metástasis o es una dolencia producida por otra causa. Hay síntomas que pueden ser señal de qué algo pasa, pero deben interpretarse dentro de un contexto. Y para ello es necesario analizar cuál era el pronóstico de ese cáncer, si existía o no la posibilidad de producir metástasis, y realizar pruebas de imagen y biopsias para confirmar las sospechas. “Hay que tener sentido común y no tener miedo a preguntar al médico. A lo mejor ese dolor de cadera es una simple bursitis, pero lo mejor es acudir al médico para alejar dudas y temores. Y sobre todo tener cuidado con lo que se encuentra en internet. Tenemos mucha información a nuestro alcance, pero no siempre tenemos la capacidad para analizarla e interpretarla y eso puede provocar alarmas innecesarias”.
Las preguntas entorno a la metástasis son muchas. Por ejemplo, ¿qué características tienen las células cancerígenas que producen metástasis? ¿Por qué se dirigen a un órgano en concreto y no a otro? ¿Cuándo aparece la metástasis, en el mismo momento que el cáncer o con el paso del tiempo debido a una selección natural? Son preguntas sobre las que giran muchas de las investigaciones actuales y que poco a poco tendrán respuestas que permitirán avanzar en su tratamiento y curación.