MADRID (EP). Las dietas que incluyen carbohidratos refinados, azúcares, grasas saturadas o trans han demostrado ser perjudiciales para las enfermedades reumáticas, tanto que se las conoce como 'pro-inflamatorias', y frente a esto, la dieta mediterránea se ha posicionado como "la mejor opción" para este tipo de enfermedades, según el catedrático de medicina preventiva y Salud pública en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Lluis Serra.
"La dieta mediterránea emerge como la mejor opción en nuestro entorno geográfico sin ninguna duda, incorporando siempre frutas y hortalizas, cereales integrales, legumbres, pescado azul, frutos secos, vino con moderación y aceite de oliva virgen extra, entre otros", ha concretado el doctor Serra durante la celebración del XLIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Reumatología (SER), celebrado en Bilbao.
En este sentido, si el paciente no sigue unos correctos hábitos dietéticos, "inevitablemente" se producirán desajustes en su peso corporal, tanto por exceso como por defecto, una situación que repercutirá de forma directa en sus articulaciones (sobrecarga o falta de estructuras de soporte), "llegando incluso a presentar, en ocasiones, déficit de nutrientes (como la vitamina D) que juegan un papel muy importante, tanto desde el punto de vista inmunológico como en la formación del hueso", según el enfermero en consulta de reumatología en el Hospital universitario Ramón y Cajal, Eduardo Fernández Ulloa.
Además, la prevención juega también un papel importante, ya que esta (secundaria o terciaria) continúa después del diagnóstico y de los beneficios de la dieta mediterránea, por lo que, como ha señalado el doctor Serra, "nunca es tarde para disfrutar de los beneficios que nos puede aportar esta dieta, aunque sus efectos serán más precoces y mayores cuanto antes la adoptemos".
"Es necesario saber que una mala alimentación incrementa en general el riesgo de este tipo de enfermedades o puede empeorar su pronóstico en el caso de personas ya diagnosticadas", ha concluido.