VALÈNCIA. Un infoproducto es la suma de información y productos, un negocio que nace y se consume en internet. Son pues negocios digitales nativos que prescinden de los intermediarios y venden productos o servicios presentados en múltiples formatos: un blog, un ebook, consultoría, mucho coach o cursos de formación online. Montar un negocio de estas características es relativamente sencillo y apenas requiere recursos económicos para su establecimiento. Tampoco hacen falta muchas titulaciones para explotarlo. A veces es suficiente con ser una maestra en cómo extender la sombra de ojos o con haber tenido una experiencia vital previa similar a la que otros atraviesan en un momento determinado.
Por el contrario, hay casos de éxito absoluto dentro de la nueva industria. Nathan Barry creó ConvertKit, una empresa de marketing por correo electrónico para bloggers profesionales que acaba de anunciar el cierre de una ronda de financiación de 1,8 millones de dólares. Tony Robbins, autor de libros de autoayuda y orador motivacional, ha llegado con sus programas a más de 4 millones de personas que quieren enfrentarse a sus desafíos particulares. Son sólo dos ejemplos de emprendedores de negocios digitales nativos multimillonarios, facilitados por Franck Scipion, fundador de Lifestylealcuadrado. También Scipion es una autoridad en la materia, avalado por los más de 1.500 clientes que tiene repartidos por 23 países y el medio millón de euros que factura al año a través de su consultora online para ayudar a los interesados en adentrarse en el mercado de los infoproductos y obtener la máxima rentabilidad por ello.
Sin embargo, los que han conseguido triunfar por esta vía insisten en decir que no es sencillo. “Disponer de un portátil con conexión ADSL sería herramienta suficiente para crear un infoproducto y convertirse en knowmada digital. Aportar conocimiento y valor a los clientes es ya lo que distinguirá a los profesionales de éxito de los que no”, dice Scipion.
Ingeniero de formación y MBA, Franck Scipion cuenta que atravesó “la típica crisis profesional que muchos tenemos a los 35-40 años”. Así que decidió reinventarse y procurarse una profesión que le permitiera disfrutar del trabajo y estuviera, a la vez, alineada al tipo de vida que quería llevar.
El mismo discurso se repite en muchos de sus seguidores. Uno es Álvaro López Morcillo, también ingeniero de formación que abandonó un puesto de responsabilidad al frente de un proyecto ferroviario en Turquía por el que recibía mensualmente un salario superior a los 11.000 euros.
“Llegó un día en el que me pregunté, pero qué hago yo aquí”. Pero el proceso de ser consciente de estar quemado en un trabajo a dar el salto a dejarlo, no es ni fácil ni rápido, de manera que Álvaro no tomó la decisión definitiva hasta no tener una vivencia traumática en la empresa. “Uno de los chavales de mi equipo sufrió un accidente. Entonces es cuando toqué fondo y me despedí ya a las bravas, de manera precipitada”, cuenta.
Tras un tiempo de reflexión decidió que no quería que su vida profesional fuera por un lado y sus valores personales por otro. Para integrarlos empezó a formarse en inteligencia emocional y coach de gestión personal y así es como empezó escribiendo, al principio con afán solo divulgativo, su blog autorrealizarte.com para ayudar a las personas que, como él, querían reinventarse. Actualmente, este es su proyecto empresarial, del que viven cómodamente él y su pareja en el Bósforo, y donde ofrece cursos de formación online y servicios de mentorización personalizada. “Mercado no me falta. Hay estudios que hablan de hasta un 80% de personas insatisfechas con su trabajo”, declara.
Pero si ya hemos dicho que una de las claves del triunfo está el verdadero talento, en aportar valor, la otra radica ya en la hiperespecialización dado que la eliminación de barreras tiene, como contrapartida, la existencia de una competencia bestial. “Si en cualquier tipo de negocio la tasa de fracaso es alta, en los digitales es todavía mayor. Yo diría que a los 3 años la mayoría han desaparecido”, afirma Scipion.
La hiperpespecialización sería, pues, la vía de hacerte con un nicho concreto y distinguirte de la competencia. Así lo ve también Oscar Marrón quien, pasados ya los 40 años, ha encontrado en YouTube la oportunidad de vivir como y de lo que le gusta. Certificado en 2015 por YouTube en creación de audiencias, Oscar Marrón forma parte del colectivo YouTube Help Heros para brindar apoyo a otros youtubers que quieran mejorar sus resultados en la plataforma, “el segundo buscador del mundo más utilizado después de Google”, recuerda.
Oscar abrió su primera canal en 2013, donde subía vídeos de defensa personal. Resultó que el tema interesaba más de lo que él mismo imaginaba hasta el punto de que hoy cuenta con 300.000 suscriptores. Esta experiencia es la que quiso aprovechar en su segundo canal, Aprende sobre YouTube donde se ha convertido en influencer de referencia para todos los interesados en aprender a posicionarse y ganar audiencia en la plataforma. “Todavía hay gente que lo ve como una broma de adolescentes para hacer el cabra, pero el potencial de YouTube es salvaje, no para de crecer. Para que te hagas una idea, las 10 personas más influyentes en EE.UU no son ni deportistas ni actores ni políticos, son youtubers. Es el mejor escaparate del mundo, también para los emprendedores”, argumenta.
El problema de la hiperespecialización es que, en algunos casos, puede estrechar demasiado el mercado para un proyecto de negocio que, en su mayoría, son unipersonales. Para salvar estas barreras y ampliar y diversificar la oferta, suelen tirar de colaboradores, autónomos como ellos, especialista en otras áreas complementarias. Sería el caso de López Morcillo donde, en el servicio de asesoría para emprendedores digitales, cuenta con el apoyo de otros expertos.
Distinto es el caso de Jordi Sánchez, un joven de 26 años experto en productividad y gestión de equipos a distancia y responsable del blog organización personal. Jordi Sánchez fundó también una startup que se denomina Difoosion y que es un espacio que comparten varios blogs de temática tecnológica, propiedad de la empresa, para la creación de contenidos y audiencias digitales. La media de usuarios dicen tenerla en torno a los 7-10 millones al mes a lo que suman un canal de YouTube con 100.000 suscriptores. La empresa cuenta ya con una plantilla de 10 trabajadores contratados.
Salvo Franck Scipion, ninguno de los consultados habla de dinero ni facilita datos de facturación, pero sí comparten que no es ese el único objetivo final, sino la satisfacción de huir de la seguridad de un sueldo y acercarte más a cumplir tus sueños y respetar tus valores. “El 80% del tiempo que estamos despiertos lo pasamos trabajando. Si nos gusta lo que hacemos, bien, pero, si es que no, puedes hacer dos cosas: seguir aburriéndote y convertirte en un ser gris enfermo de infelicidad, o tomar la dura decisión de cambiar las cosas. Como hace falta el dinero yo propongo el emprendimiento y, dentro de este, el digital, porque es más sencillo y no hacen falta muchos recursos, pero cada cual puede reinventarse a su manera”, dice Scipion.