VALÈNCIA. (EP) La incertidumbre sobre la duración de la crisis sanitaria provocada por la expansión del coronavirus dificulta la realización de estimaciones precisas de los costes económicos que va a representar. Sin embargo, el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) se ha atrevido a calcular su impacto teniendo en cuenta las diversas ramas productivas, en base a dos escenarios (base y adverso), y teniendo en cuenta si la epidemia se controla pronto, en el plazo de un mes, o si por el contrario se alarga dos meses.
En el caso de que la crisis sanitaria se prolongara un mes, el Ivie calcula que en un escenario base la caída del Producto Interior Bruto (PIB) de España sería de alrededor del 3,2%, mientras que en un escenario adverso, la magnitud de la caída se elevaría al 5,2%. Por su parte el empleo se resentiría entre desde un 3,5% hasta un 5,2%.
En la Comunitat Valenciana, si la epidemia se controla pronto y la economía vuelve a una normalidad relativa en el plazo de un mes, el PIB se contraería entre el 3,2% y el 5,3%, respectivamente, porcentajes similares al conjunto de España, mientras que en los efectos sobre el empleo, el informe calcula una caída entre el 3,7% y el 5,4%, ligeramente por encima de la media del conjunto del país.
Teniendo en cuenta la previsión de crecimiento del 1,6% anual anterior a la pandemia, la caída del PIB en 2020 sería del 1,6% en el escenario base y del 3,7% en el adverso. No obstante, si la crisis sanitaria se prolongara dos meses, el PIB anual tendría una tasa de crecimiento negativa en 2020 del -4,8% y -9% en el escenario base y adverso, respectivamente.
Así se recoge en el estudio 'Impacto económico del coronavirus en el PIB y el empleo de la economía española y valenciana' elaborado por el Ivie, que pone de relieve el 'shock' que representa esta pandemia en la actividad económica y alerta: "El empobrecimiento" ser mayor cuanto más duradera sea la emergencia sanitaria y menor la capacidad de resistencia y recuperación tengamos".
En este sentido, el estudio relata como el Covid-19 ha irrumpido en las cadenas de suministros; ha provocado bruscas caídas de la demanda en sectores de la industria y los servicios; y ha generado "enorme incertidumbre" sobre el desarrollo de la actividad económica en los próximos meses, paralizando proyectos de inversión en curso ante el deterioro de las expectativas económicas.
Las medidas sanitarias adoptadas para evitar la propagación implican un "distanciamiento" que dificulta la actividad económica y dada la magnitud d las consecuencias económicas asociadas se han instrumentado medidas para frenarlas desde el Banco Central Europeo (BCE), desde el Gobierno central y desde la Generalitat Valenciana.
Dada la magnitud de las ayudas, el déficit público y por tanto el endeudamiento van a aumentar con fuerza, apunta el Ivie en su informe, por lo que cree que se tendrán "revisar prioridades". "No se puede descartar que haya que revisar ingresos y gastos que sean aplazables o realizar ajustes, una vez superada la crisis sanitaria".
Según el Ivie, este "puede ser el precio de la solidaridad si se tiene en cuenta, por ejemplo, que una de las causas es poder pagar los ERTE a los trabajadores de unas empresas expuestas a una sacudida de los mercados de la que los otros trabajadores, privados y públicos, están protegidos", señala el texto.
Los problemas de la Comunitat Valenciana en la situación actual no son muy distintos de los del conjunto de España, aunque dada su especialización turística y su tejido empresarial en el que todavía predominan más PYMES y micro empresas, pueden ser algo mayores. Al mismo tiempo, el peso de su sector agroalimentario puede ser una circunstancia positiva, pues es uno de los que se está viendo menos
afectado.
En cambio, "la situación financiera de la Generalitat Valenciana es un problema añadido, a tener muy presente a la hora de valorar las posibles actuaciones, porque le resta margen de maniobra e incluso puede agravar las dificultades de las empresas valencianas proveedoras de la Generalitat", advierte el Ivie.
En este sentido, las iniciativas del Consell frente a la crisis pasan, desde el punto de vista del Ivie, por cuatro criterios. En primer lugar por no agravar la crisis de las empresas, prestando atención preferente a reducir sus periodos de pagos a proveedores --buena parte de ellos sanitarios--, mediante la consecución de recursos de liquidez extraordinarios del Gobierno.
En segundo lugar buscan facilitar el acceso de las empresas y los trabajadores valencianos a los fondos estatales y europeos, procurando que estos se adapten a sus necesidades.
A su vez, el Consell pretende ser selectivo en los compromisos que afecten a los ingresos y gastos de la Generalitat, dado su estrecho margen de maniobra financiero, priorizando aquellos que están claramente justificados y no los que respondan a la mayor presión particular sino a la mayor necesidad. Por último, persigue apoyar a las empresas en el acceso a la financiación, utilizando para ello tanto el IVF como la SGR.
Castellón cuenta con mayor proporción de empresas con hasta 10 trabajadores respecto al resto de la Comunitat Valenciana. Por contra, más de la mitad de empresas provinciales con más de un accionista tiene una competitividad alta o medio alta, por encima de las medias autonómica y nacional, según un informe de Ivie y CaixaBank presentado en el Real Casino Antiguo de Castellón