MADRID (EFE). Abengoa encara una semana clave para lograr salir del preconcurso de acreedores en el que lleva inmersa casi un año y evitar así la quiebra, con el martes 25 de octubre como fecha tope para que, al menos, el 75 % de los dueños de la deuda se haya adherido a su acuerdo de reestructuración.
Una vez logrado ese porcentaje, la empresa deberá llevar el plan para su validación ante el juez antes del próximo viernes 28 de octubre, cuando concluyen los meses de prórroga que pidieron en marzo de este año tras solicitar el preconcurso en noviembre de 2015.
Abengoa evitaría así llegar al concurso tras un tortuoso camino que arrancó hace un año asfixiada por un elevado endeudamiento: más de 9.000 millones de deuda financiera y casi 5.000 millones en pagos pendientes a proveedores. Con duras negociaciones, procesos judiciales abiertos y muchos momentos al límite, la compañía -que durante el proceso ha perdido 9.000 empleos y parte de su cartera de proyectos- logró cerrar en agosto un acuerdo de reestructuración de la deuda con sus principales acreedores que prevé la inyección de 1.170 millones de euros.
Este acuerdo -una vez logrado el apoyo del 75 % de la deuda- irá a una junta extraordinaria el próximo 22 de noviembre de la que saldrá una nueva Abengoa, capitaneada por Gonzalo Urquijo y con un consejo renovado. Junto a Urquijo, Manuel Castro Aladro, José Luis del Valle Doblado, José Wahnon Levy, Ramón Sotomayor Jáuregui, Javier Targhetta Roza y Pilar Cavero Mestre, todos ellos como consejeros independientes.
Allí, también se votarán las ampliaciones de capital que darán lugar a la nueva estructura societaria en la que los actuales accionistas verán diluida su participación al 5 %, mientras que los acreedores y nuevos financiadores se quedarán con el 95 % restante. Y se abordará la ecuación de canje de los dos tipos de acciones, A y B, que se quedarán en una única tipología.
La presencia de los Benjumea y otras familias históricas de la compañía se quedará en alrededor del 1,5 %. La aprobación por parte de la Junta de estos acuerdos para reestructurar la compañía, permitirá a Abengoa salvar definitivamente la que habría sido una de las mayores quiebras en España y arrancar una nueva etapa.
La nueva Abengoa empezaría a funcionar a principios de 2017, un año que aún se dibuja complejo, con la vista puesta en coger "velocidad de crucero" en 2018 y 2019. Una empresa centrada en su actividad industrial con especial atención a la construcción para terceros frente a la tradicional actividad concesional en negocios como energía y agua.