La EA+SC pide más promoción y la adscripción a la universidad para frenar la drástica caída de alumnos, que actualmente se sitúan en un centenar
VALENCIA. La Escola d'Art i Superior de Ceràmica de Manises (EA+SC) vive su centenario en un clima de incertidumbre. Las celebraciones propias por la efeméride se viven en un contexto enrarecido, fruto de la falta de respuesta de la administración a unos cambios que demandan desde hace años y que, entre unos y otros, no llegan a materializarse. Más promoción y que sus estudios dejen de estar considerados como secundarios son, grosso modo, sus peticiones para potenciar un centro que en los últimos años ha experimentado una drástica caída en el número de alumnos.
De los 400 que hace dos décadas se formaban en la escuela al centenar que hoy aprende el oficio en sus aulas. No sólo en el volumen del alumnado la tendencia ha sido negativa, pues durante el mismo periodo de tiempo el profesorado ha pasado de 42 a 26 docentes. Una "crisis profunda", explica el vicedirector, Pascual Timor, que requiere de una acción que desde hace años parece anestesiada. Legalmente, los estudios superiores de cerámica y de vidrio quedan incluidos en el nivel 2 del marco español de calificaciones, lo que supone que es equivalente al título universitario de grado sin serlo de forma nominal.
La normativa que equiparaba las escuelas artísticas superiores a las universidades fue anulada a raíz de una sentencia del Tribunal Supremo, que puso a éstas en una curiosa situación. La sala dejó sin efecto parte del real decreto que regulaba los estudios, así, desde entonces la EA+SC depende de secundaria algo que, a efectos prácticos, tiene incidencia en hechos como los procesos de contratación u otros tan concretos como que los alumnos no pueden acceder a redes sociales en un curso sobre comunicación debido a que su uso está restringido en los centros de educación secundaria.
La de Manises, como los principales conservatorios y escuelas artísticas, depende directamente del Institut Superior D'Ensenyances Artistiques de la Comunitat Valenciana (ISEACV), que desarrolla el tratamiento específico que requieren como formación superior. Fue el gobierno del Partido Popular el que, en 2007, creó esta marca paraguas con el objetivo de aglutinar y coordinar los diferentes centros de la región en similar situación. Arte dramático, artes pláticas, danza, diseño y música gravitan en torno al organismo, dependiente de la conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte.
El "pionero" instituto, tal y como reza su presentación, no está dando sin embargo los resultados que la dirección de la escuela de Manises esperaba. "[Con el ISEA] parecía que salíamos reforzados", explica la directora del centro, María José Sanz, a lo que Timor añade el título de "la oportunidad perdida". Sea como fuere, entre sus primeras demandas se sitúa la creación de un plan concreto de promoción tanto desde el punto de vista educativo como profesional, una petición que han transmitido a la dirección del ISEA pero que no se ha visto cumplida.
"Nosotros somos docentes, no comunicadores", explica Timor, que lamenta que las tareas de promoción de las actividades en torno al centenario de la apertura de la escuela hayan tenido que partir del propio profesorado, con un apoyo casi anecdótico del resto de instituciones. Por cierto, una de ellas La Nau, que acogió la muestra 'Sincronías'.
"Me da mucha pena cuando vamos a institutos a informar sobre las enseñanzas y ves que nadie nos conoce", indica Sanz que, del mismo modo, destaca que aproximadamente el 20% del alumnado proviene de fuera de España. Con el proyecto del Instituto Superior, explican, todavía por despegar en muchas de los ámbitos que se marcaron en su origen, la intención sigue siendo trabajar de la mano para llegar a una conselleria que, de momento, no les ha recibido. Así las cosas, el pasado mes de octubre pidieron reunirse con el conseller de Educación, Vicent Marzà, una cita todavía por definir.
Es la consideración como estudios equivalentes a grado el gran caballo de batalla de la escuela, un animal bien difícil de domar. Con esa utopía llamada 'Universidad de las Artes' fuera de la mente de aquellos que hace unos años pudieran ver factible su creación, especialmente tras el nacimiento del ISEA, desde la escuela de cerámica de Manises sitúan en su adscripción a una universidad valenciana la solución a -algunos- de sus problemas.
"A pesar de que el nivel de empleabilidad es alto, el 'equivalente a grado' sigue teniendo una carga peyorativa y a veces dificulta el acceso a determinados másteres", explica Pascual Timor. Su condición, además, dificulta tanto la contratación de profesorado como el proceso de actualización del propio plan de estudio, que sigue relegando a asignaturas optativas el aprendizaje de técnica informática, aun cuando la impresión 3D es un habitual es el oficio.
Para darse la opción de adscribirse a una universidad son muchas las barreras que han de superarse. En primera instancia, la presencia de doctores en la plantilla del centro, algo que se podría negociar con mayor facilidad hoy en día -teniendo en cuanto que sólo seis de los profesores son numerarios-, una cuestión peliaguda que ya generó debate en el seno de la escuela en la década de los 80, cuando por primera vez se planteó el movimiento. En este plan de choque para superar la crisis, la dirección de la EA+SC también plantea la necesidad de separar los dos itinerarios que con el cambio de milenio se fusionaron -técnico y artístico-.
La Escola d'Art i Superior de Ceràmica de Manises está echando el resto para promocionar su labor en el año en el que soplan las 100 velas, un ejercicio en el que han hecho un especial esfuerzo por organizar eventos culturales con el fin de dar a conocer sus "desaprovechadas instalaciones". A las exposiciones realizadas durante las pasadas semanas se sumará el 14 de abril la muestra 'Evoca', en el Museo Nacional de Cerámica González Martí. Por su parte, el 10 de mayo el Centro de Artesanía mostrará piezas de joyería cerámica e impartirá una conferencia a cargo de Ricard Huerta.
