VALÈNCIA. El fotógrafo Francesc Jarque (València 1940-2016) pone su propia voz a la exposición póstuma en su memoria, Jarque. La càmera i la vida, en una muestra con 200 fotografías originales, dibujos o collages, que revelan "una España y una València que ya no están, y que son nuestra historia".
Así lo ha destacado este miércoles la hija del fotógrafo, Ana Jarque, que ha participado en la presentación de la exhibición en el Museu Valencià d'Etnologia, donde han explicado que la muestra lleva este título (la càmera i la vida) porque eran "dos cosas que le definen muchísimo: su vitalidad y su cámara".
Al acto ha asistido también la comisaria de la muestra, Tania Castro; el director del centro, Francesc Tamarit; el diputado de Cultura de la Diputación de Valencia, Xavier Rius, y el director del Consorcio de Museos de la Generalitat, José Luis Pérez Pont.
La exposición presenta el recorrido profesional del fotógrafo desde finales de los años 60 hasta finales de los 80, para poner "límite" a los trabajos de Jarque, que la comisaria de la muestra, Tania Castro, cree que "necesitaría diez vidas para comisariar toda su obra".
Asimismo, la exposición acerca los diferentes ámbitos de su obra, con un amplio conjunto de fotografías que hablan de la historia reciente de la sociedad valenciana -la mayor parte de ellas nunca antes expuestas-, además de dibujos, collages, un audiovisual y una selección de objetos personales del fotógrafo, como cámaras, artículos de prensa originales, publicaciones y libros.
Jarque. La càmera i la vida, que tiene un aspecto "innovador y vivo" para la hija del fotógrafo, entra dentro del mundo del artista y es el propio Jarque el que, con sus textos y poemas, construye el relato de la muestra.
Además, cada bloque, que están separados por contenido en lugar de por fechas, se inicia con una foto digitalizada coloreada y con personajes recortados "tal y como él hizo", para "continuar dándole voz" al artista, ha señalado Tamarit, que ha añadido que con la muestra, en el "año Jarque", rinden homenaje a "uno de los mejores fotógrafos valencianos".
En este sentido, Castro, que fue alumna de Jarque, ha resaltado que el artista "pensaba mucho la fotografía" y cuando al disparar no lo veía plasmado en la imagen, la cortaba o la pintaba; al tiempo que ha subrayado que la exposición es "tan íntima y personal" que han querido "dar su propia voz".
"La exposición capta a la perfección el espíritu y el humor de Jarque, esa ironía con la que le gustaba trabajar, esa poca formalidad y poco respeto a la plasmación de la obra. Paco estaba mucho más interesado en que el espectador pudiera sentir lo que estaba viendo, que en contarte que te fijaras estrictamente en la foto que haba hecho. Quería capturarte en una atmósfera completa y no simplemente en una instantánea", ha sostenido la comisaria.
Castro se ha hecho eco de una cita de Jarque para asegurar que "bueno sería que, como sociedad, rescatáramos la memoria archivada en las fotos de Jarque, para saber quiénes fuimos y quiénes somos".
En cuanto a las temáticas, la muestra está dividida en doce secciones, que comienzan con El País Luminoso, con imágenes correspondientes a los años 60 y 70 en las que recuerda al neorrealismo italiano; sigue con Humanos, objeto de estudio, con un amplio abanico de retratos; y pasa a Gente de mar-gente de tierra, donde introduce el color para crear atmósferas.
La exposición continúa con 'La memoria tras los rostros', que ofrecen la doble lectura del personaje y su entorno; y 'Viaje por la España de los 60-70', con el inicio de un cambio hacia la modernidad.
En 'Estampas naci-onales' aparecen sus trabajos del Corpus, el tema eje que, según Castro, "dio a luz a un trabajo verdaderamente escalofriante, con una mirada muy irónica, que reflejaba de qué carecía la sociedad, que era voz, porque estaba insertada en dos regímenes muy claros: el catolicismo y el poder militar". Así, el autor procesaba el material para mostrar "unas fotos negras que dan fiel reflejo de radicalidad que Jarque observaba en esta fiesta".
Por otro lado, en España rural muestra "imágenes irrepetibles de pequeños fragmentos de acontecimientos de una España que atisbaba signos de cambio"; Fiestas, con imágenes que han servido para ilustrar libros; Luces y sombras, ya que Jarque pintaba, viraba, recortaba, superponía y modificaba sus imágenes porque la imagen pensada no siempre responde a la imagen tomada y debe trabajarse hasta llegar al punto que se desea.
Asimismo, La lucha por la libertad de expresión es "uno de lss mayores tesoros" y muestra sus dibujos y textos durante su estancia en la cárcel por negarse a entregar la cámara a la policía, tras una manifestación ecologista en 1981. La muestra finaliza con Maquetación y diseño e Intelectuales.
Por otro lado, Pérez Pont ha ensalzado la figura de Jarque, cuyas imágenes han servido en las últimas décadas para "poner en valor el patrimonio de los pueblos y ciudades de nuestra Comunitat".
"Acompañado por la periodista Mª Ángeles Arazo, retrató sus calles y plazas, sus monumentos, así como rincones de la arquitectura rural. Acercarse a la obra de Francesc Jarque nos permite disfrutar de nuestra historia más reciente, un auténtico archivo visual desde los años 60", ha sostenido.
Por su parte, Xavier Rius ha apuntado que Jarque fue un personaje "absolutamente singular" que captaba con su cámara "mucho más que fragmentos de vida, con una ironía que siempre se acercaba a los límites de la provocación", a la vez que ha expresado que su mirada, "inquieta y reposada", ha hecho escuela.
Jarque. La càmera i la vida se inaugura este miércoles a las 20.00 horas y estará abierta hasta el 29 de septiembre en el Museu Valencià d'Etnologia, que la ha organizado junto con el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana.
