VALÈNCIA. La fibrilación auricular es la arritmia cardíaca -o alteración del ritmo cardíaco- más frecuente que padece el ser humano. De hecho, afirma el Dr. Joaquín Oscá, cardiólogo de Vithas Valencia 9 de Octubre y especialista en arritmias, “se estima que en España entre 1.000.000 y 2.000.000 de españoles padecen esta arritmia”. Produce una frecuencia cardíaca acelerada e irregular y se asocia a un incremento del riesgo de muerte e insuficiencia cardíaca que afecta tanto a hombres como a mujeres, a un mayor riesgo de ictus, a un deterioro cognitivo y a un deterioro en la calidad de vida. Como consecuencia, concluye el Dr. Oscá, “la identificación precoz de la fibrilación auricular es fundamental para iniciar el tratamiento”.
Las arritmias más frecuentes son las llamadas extrasístoles, “que tenemos la práctica totalidad de la población, y que pasan, generalmente, desapercibidas”, afirma el Dr. José Luis Colomer, cardiólogo en Vithas Aguas Vivas. Cuando una extrasístole da síntomas, los pacientes las describen como “una especie de burbuja que les sube del estómago, o “como un vuelco en el corazón “ y son motivo de preocupación porque suelen ser molestas y producen alarma en el paciente al detectar “que le falla el pulso”. Suelen ser benignas y en un gran porcentaje de los casos no requieren tratamiento.
El segundo tipo de arritmia más frecuente es la fibrilación auricular que, a diferencia de las extrasístoles -latidos aislados-, se trata de palpitaciones rápidas e irregulares de mayor duración (desde minutos a días) y la importancia de su rápida detección y tratamiento radica en que son la causa más frecuente de Ictus. Es un tipo de arritmia cuya frecuencia aumenta con la edad, y también tiene mayor prevalencia en pacientes hipertensos, diabéticos y con patología cardiaca previa.
Conviene destacar, en relación con el riesgo de ictus que encierra la fibrilación auricular (FA), que, según la Federación Española de Ictus, la FA no controlada multiplica por cinco el riesgo de sufrir un ictus; en España, el ictus es la primera causa de muerte en la mujer y la segunda en el hombre
La incidencia de arritmias, y por añadidura, la de la más peligrosa (FA), ha aumentado en las últimas décadas de forma significativa. “Tenemos varios hechos que explican en parte este incremento”, explica el Dr. Colomer, “el aumento de la expectativa de vida, la mayor supervivencia de pacientes cardiópatas, pero también otros como el estrés y probablemente el tipo de alimentación o la contaminación”.
“Algunas personas con fibrilación auricular no tienen síntomas y no saben sobre su enfermedad hasta que se descubre durante una exploración física y la realización de un electrocardiograma (ECG)”, comenta el Dr. Oscá. De ahí que sea tan importante adelantarse a la enfermedad y acudir al hospital a partir de cierta edad para la realización de controles cardiológicos.
Desde la Sociedad Europea de Cardiología, se recomienda la realización de campañas de detección de fibrilación auricular en personas con edad superior a 65 años con hipertensión arterial o diabetes mellitus; o en cualquier persona con edad superior a 75 años.
Las personas que tienen síntomas por la fibrilación auricular pueden experimentar lo siguiente:
Si bien es cierto que lo idóneo es someterse a controles cuando se padecen factores de riesgo, si no es así, y ante la aparición de cualquier síntoma, la visita al cardiólogo es ineludible.
“La primera actuación será solicitar un electrocardiograma para determinar si los síntomas se relacionan con la fibrilación auricular u otro trastorno del ritmo cardíaco (arritmia)”, explica el Dr. Oscá.
Otras pruebas diagnósticas que completan la información del electrocardiograma son:
Los hospitales Vithas de Valencia (9 de Octubre, Consuelo y Aguas Vivas) cuentan con un Servicio de Cardiología que dispone de la cartera de pruebas diagnósticas más completa de la sanidad privada en Valencia.
“La mejor forma de preservar la salud del corazón es la prevención. Las personas que forman parte de los grupos de riesgo de la fibrilación auricular no deberían esperar a que aparezcan síntomas para acudir al cardiólogo”, aconseja el Dr. Oscá.