La Fiesta de la Rosa (II): la amenaza de batalla en el PSPV se extiende a las tres provincias

VALÈNCIA. En el pasado Debate de Política General (DPG), el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, enfatizó en su discurso como una de las ideas fuerza de su intervención que poseía "un plan" para la Comunitat Valenciana. Un concepto indudablemente valioso para cualquier gobernante, puesto que indica reflexión, conocimiento de la situación y soluciones claras para los problemas que ya existen o pueden surgir en la siempre complicada travesía de pilotar la Generalitat.

Ahora bien, ese plan que el jefe del Consell aseguró tener para la Comunitat no parece existir con la misma claridad para los procesos orgánicos que deben dirimirse en el PSPV para las próximas semanas. Así, lo que hasta el momento apunta a ocurrir es que en las tres provincias se perfilan varias candidaturas para ostentar el poder en cada una de las demarcaciones. Bien es cierto que quizá algunas de esas aspiraciones no se concreten y terminen siendo, meramente, posiciones de fuerza para conseguir un espacio a través de la negociación, pero la realidad es que las posiciones de consenso que tanto parecen desearse desde algunos sectores próximos al presidente, están todavía en proceso de maduración. 

Así pues, si en los próximos días no se aceleran los acuerdos, el PSPV -que celebró el pasado fin de semana la Fiesta de la Rosa en un ambiente de hermandad y compañerismo- vivirá otro tipo de 'fiesta' menos agradable: la batalla orgánica repartida en tres territorios.

En este sentido, fuentes socialistas próximas a la cúpula aseguran que el propio Ximo Puig apela a que se produzcan consensos para evitar de nuevo procesos de primarias con sus respectivas campañas y división de la militancia por bloques. Ahora bien, la posición del presidente, quien ya anunció en su momento que no volvería a presentarse por el liderazgo del PSPV, contrasta con los que consideran que permitir el paso de determinados dirigentes en este proceso puede condicionar la posterior pelea orgánica que se iniciará -gane o pierda Puig- a partir de 2019. Es decir, para algunos, evitar una batalla hoy será librar una guerra mañana en una peor posición.

De esta manera, en la provincia de Castellón ya anunció su intención de presentarse el alcalde de Vila-real, José Benlloch, también viene aglutinando fuerzas el exconcejal de Morella Ernest Blanch, jefe de Gabinete además de la consellera de Obras Públicas, María José Salvador. A todo ello hay que unir la posibilidad de que el sector 'sanchista' liderado por el exsenador Pep Lluís Grau y la exdiputada Susana Ros puedan impulsar otra candidatura. En el caso de las dos primeras incluso existen diferencias entre los propios sectores próximos a Ximo Puig sobre cuál sería la más idónea para respaldar.

El caso de la provincia de Valencia es igual de complejo si cabe. Hasta el momento, la favorita es la diputada Mercedes Caballero, quien ya ha dado un paso adelante con el beneplácito de su valedor, el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, y con la vitola de candidata 'sanchista'. Una opción que, dentro de varios sectores próximos a Puig, puede resultar válida con el objetivo de evitar una dura batalla interna. Ahora bien, el presidente de la Diputación y alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, viene tratando de recabar apoyos internos para presentar una alternativa a este proyecto, si bien existe división de opiniones sobre su posible candidatura.

He aquí el dilema: por un lado, algunas fuentes consideran que aunque Caballero es una política hábil, no representaría un peligro de cara al futuro relevo de Puig a partir de 2019 y llegar a un consenso en este momento propiciaría una paz con Ferraz. Por otro lado, Rodríguez tiene detractores por cuestiones de competencia generacional (como con el alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa) o por mero cruce de intereses estratégicos o desavenencias personales (como ocurre con el exsecretario de Organización, Alfred Boix).

Ahora bien, desde la órbita del presidente de la Diputación insisten en la lealtad al proyecto de Puig y recuerdan cómo Rodríguez se posicionó con él claramente -fue el jefe de campaña- en las primarias de julio que precisamente enfrentaron al líder del PSPV con al candidato respaldado por el 'sanchismo' y 'abalismo', Rafa García. Con estos argumentos, desde el entorno de Rodríguez siguen pulsando el ambiente en la provincia pese a que exista la incertidumbre de que pueda llegar a cerrarse un acuerdo entre el 'abalismo' y el 'ximismo'.

Ante este escenario, el presidente Puig no apunta a mover ficha de forma pública, si bien algunas fuentes socialistas aseguran que las directrices internas se dirigirán a conseguir consensos de la mejor manera posible para poner el foco de inmediato en el horizonte electoral de 2019 y tratar de evitar una remontada del PPCV y un sorpasso de Compromís.

Alicante: Chulvi entra en escena

Por otro lado, tal y como informa Alicante Plaza, el alcalde de Xàbia y portavoz del PSPV en la Diputación de Alicante, José Chulvi, está preparado para dar el salto en la carrera por el liderazgo provincial. Unas aspiraciones que estarían respaldadas por al menos una parte de la cúpula del PSPV. 

Ahora bien, está por ver si otros posibles candidatos como el alcalde de Elda y presidente de la FVMP, Rubén Alfaro, se animan a dar el paso o si desde el sector 'sanchista' que lidera al ex alcalde de Elche Alejandro Soler brindan apoyo a alguno de los aspirantes o deciden agregar un nuevo nombre a la lucha.