La Garrofera (Serra)

Noches de Electropura (Electrocurva) y desilusión. Yo no me doy a la razón ¿Cómo te olvidaste de eso que es cenar algo más que cerveza que se entibia rápido y cacahuetes? Noches de eso y mañanas de los juegos del hambre, es decir, conseguir una reserva un domingo, un domingo de primavera, fuera de la ciudad pero no muy lejos que el litro de combustible ya vale lo que un doble. 

En Serra, a los pies de la Sierra Calderona como se suele decir en las descripciones de los folletos turísticos, se encuentra La Garrofera. Como otros tantos restaurantes tradicionales —paella, tapas, bocatas, brasas— tiene su origen en un merendero con más de seis décadas de existencia. También como suele pasar, el tiempo le ha impreso profesionalidad y más empaque. 

Paella a leña. Varios premios de los que no entraremos a hablar ahora mismo. Un mestre paeller, Mario, que es hijo de hijos de paelleros. Después, la consabida fórmula que en muchos casos es más bien haz lo que digo y no lo que hago, porque paellas buenas hay, pero no tantas como se declama. Fuego controlado, cariño, verdura fresca, buen arroz. 

“València es una senda rural abortada por el progreso”, escribió Rafa Lahuerta. Aunque a La Garrofera se llegue con SUV, bicicletas caras (carísimas) o en pandillas de motorista que se reafirma identitariamente a través del tubo de escape, lo que fuimos y seguiremos siendo se mantiene: personas que meten la cuchara a la vez en un recipiente con arroz, pollo y verduras. 

Menos mal.