VALÈNCIA (EP). El Teatro Rialto de València estrenará el próximo 1 de octubre Fes-me un lloc, nueva producción del Institut Valencià de Cultura (IVC) que recoge las preocupaciones de la llamada Generación Z y reivindica su derecho "al futuro y la utopía". El espectáculo, que estará en cartel hasta el 24 de octubre, ha sido presentado en rueda de prensa por el director adjunto de Artes Escénicas, Roberto García, la autora y directora de la obra, Isabel Martí, y las actrices Júlia Fortaña y Anna Nacher.
Completan el reparto Marina Alegre, Anaïs Doménech, Carme Giner, Paula López Collado, Tamara Martínez, Ana Olcina, Miguel Torrecilla y Tomàs Verdú, todos ellos actores y actrices nacidos a partir del año noventa del siglo XX. Y es que la juventud era el punto de partida del proyecto. Según ha explicado Martí, recibió la propuesta del IVC de poner en pie una obra con un reparto integrado por artistas menores de 30 años, una condición que se ha extendido también a todo el equipo técnico.
En lugar de escribir un texto y dárselo hecho a los actores, la autora decidió seleccionar en primer lugar al elenco y hablar con ellos sobre sus inquietudes e intereses. Ese intercambio de ideas, y la constatación de que los jóvenes se muestran preocupados por su difícil inserción laboral y por qué planeta van a heredar debido a la emergencia climática, dio como resultado Fes-me un lloc.
En esta pieza, un grupo de jóvenes idealistas se une para recuperar la tierra y evitar la fuga de talentos, para demostrar que pueden llegar a ser adultos sin tener que renunciar al idealismo. Como cabría esperar, las dificultades no tardan en llegar. De esta manera, la obra es, sobre todo, "un ruego generacional, una exigencia generacional, una reivindicación del derecho de los jóvenes a la tierra y a la utopía". La dramaturga y directora confiesa que este proyecto le ha servido para "romper prejuicios" sobre los jóvenes, ya que ha podido comprobar que están "muy conectados a la realidad y no solo a un mundo de redes sociales".
Para todos los públicos
Además, se muestra convencida de que el espectáculo contribuirá a diluir estos estereotipos entre el público que acuda a la sala. En este sentido, ha incidido en que el montaje "no es solo para espectadores de 20 años, sino para todos". "Al final, somos seres humanos. Los veinteañeros se reconocerán en las formas de hablar y vestir, pero cualquier generación puede enfatizar con los conflictos que plantean los personajes", ha aseverado.
La mayoría de los intérpretes han acabado recientemente su formación o aún está estudiando y, en muchos casos, se trata de su primera experiencia laboral de carácter profesional en un sector, el de las artes escénicas, con altísimo grado de desempleo. Por ello, señala Martín, han recibido este espectáculo "como un regalo" en el que, además, "no son solo ornamentales, sino que han aportado su voz". "Los y las jóvenes de Fes-me un lloc, arriba y abajo del escenario, delante y detrás, han vivido un pequeño oasis que se ha puesto en marcha para ellos", ha apostillado.
