MADRID. El nuevo servicio de entrega ultarrápida de Amazon, Prime Now- 1 hora, pagando 5,90 euros y gratis si esperas 2-, ha revolucionado la distribución del reparto exprés. No son ni los primeros ni los únicos, también El Corte Inglés o Media Mark ofrecen entrega ultrarrápida. La diferencia es que el gigante de internet se había mantenido al margen de sectores como el alimentario, mientras que ahora incluye en la oferta de sus cientos de referencias productos frescos y congelados, áreas donde el comercio electrónico no había podido competir.
El Prime Now que, de momento, sólo se presta en Barcelona y Madrid, se canaliza desde el centro logístico de 2.000 m2 que la compañía estadounidense abrió el pasado mes de julio en el barrio de Legazpi (Madrid), donde reúne una flota de 50 furgonetas pequeñas y bicicletas eléctricas adaptadas para transportar productos perecederos. Solventan así, ya de paso, el problema de la última milla, un nicho que estaba reservado para los pequeños.
Soluciones sostenibles, como la que propone la startup de ciclologística Mensos, con un servicio de mensajería ecológico, pueden verse dañadas si los grandes se empeñan en copar todo el mercado. Una opción es añadir nuevos valores a la cadena, la otra, aliarse a las grandes corporaciones, porque los comercios electrónicos no están dispuestos a perder.
El estudio iabecommerce 2016, encargado por la empresa de marketing online iab, cuando se interesa por los principales drivers de los usuarios a la hora de elegir un ecommerce, establece que, a la valoración de los mejores precios y la transparencia de los mismos, le siguen los plazos de entrega (un 52%). La mayoría de los usuarios considera que ese plazo nunca debe sobrepasar los 5 días y un 24% dice que estaría dispuesto a pagar algo más por acelerar la recepción del pedido.
“La logística ahora es una de las claves del e-commerce”, afirma Pedro Abad, CEO de Elogia, expertos en marketing de comercio electrónico. “Los pequeños todavía tienen oportunidades si se especializan mucho, en productos de nicho, o como pequeños Courier, pero lo tienen muy difícil si se plantean repartos exprés”. Otro de los consejos de Pedro Abad es que, salvo que sea algo crítico en la cadena de valor del negocio, lo recomendable para los e-commerce es delegar la logística en terceros, “mejor subcontratarlo y desentenderse de nóminas, almacenaje, vehículos, equipamiento…”
Dar otra vuelta de tuerca al negocio e incorporar valores adicionales a la logística es como pretenden descollar empresas del tipo Comprea o Delsúper En ambos casos compran, recogen y entregan en casa en 1 hora. La primera, que opera en Valencia, Madrid y Barcelona, cuenta con shoppers de proximidad que se encargan de ir al mercado o al súper por ti para adquirir lo que previamente has encargado por el móvil y llevártelo a casa a la hora convenida. Disponen de servicio exprés (1 h), semiexprés (2 h) y normal (de 9 de la mañana a 10 de la noche). También en Delsúper suprimen almacenes, inventarios y redes de transporte y los sustituyen por vecinos de distrito, aprovechando así el hueco de esas 4-5 horas de espera a la que obligaba el servicio de reparto tradicional de los supermercados.
Como similitudes que comparten en este modelo de negocio B2B2C, están la promesa de facilitar la vida a los consumidores valiéndose del uso de nuevas tecnologías, internet, jornadas maratonianas, horarios intempestivos (fines de semana incluidos) y ganancias procedentes de los gastos de envío, publicidad y la comisión de los establecimientos integrados.
Similar a las anteriores es la propuesta de Ulabox, aunque se definen como el antisúper. Exceptuando Canarias, Ceuta y Melilla, la compañía ha conseguido operar en las principales capitales de provincia de toda España, también al ritmo frenético que implica el compromiso de reparto “en franjas horarias de tan solo 2 horas”.
Y si todos los referidos pugnan por la expansión capitalina, La Exclusiva halló la oportunidad de negocio en la logística local, concretamente en la provincia de Soria. Personas mayores que habitan las zonas más despobladas, constituyen el target de este emprendimiento social que lleva la compra “donde nadie lo hace”. Ello implica 5 rutas semanales y reparto por 120 pueblos, pero con la tranquilidad de saber que el cliente no se enfadará si le fallas en la expectativa de entrega 1 o 2 horas. También de emprendimiento social se cataloga el servicio de Koiki, una empresa de mensajería que practica el transporte sostenible y ejercen personas del barrio, muchos de ellos con discapacidad intelectual.
Economía colaborativa
Los conceptos de proximidad, confianza y economía colaborativa continúan siendo, pues, bazas aprovechables por las startups aunque mantienen el reto de evangelizar al mercado de masas. Así lo entiende el CEO y cofundador de Shipeer, Daniel Lapesa, quien reconoce las dificultades que han tenido para integrar su servicio de mensajería colaborativa. La ideas consiste en conectar viajantes con persona que quieren hacer un envío al mismo destino. Estos últimos son quienes se encargan de lanzar la oferta en la plataforma de Shipeer pagando por ello la cantidad acordada a los senders y una comisión al marketplace.
“Sería absurdo obviar el factor miedo a transportar un paquete cuyo contenido se desconoce, por eso hemos tenido que implementar con un sistema “building trust” que garantiza los niveles de fiabilidad y confianza”. Superada la resistencia inicial, Shipeer actúa ya en 7 rutas de orden 1 (tipo Madrid-Valencia, Madrid-Sevilla….) y 18 rutas de orden 2 (tipo Valencia-Alicante, Alicante-Murcia…). Una vez consolidados, la idea es ir adentrándose en un modelo de negocio B2C que les abra las puertas al mercado del e-commerce donde, están convencidos, aún hay hueco. “Yo creo que oportunidades de negocio para los pequeños quedan muchas, pero tienes que trabajar bien y encontrar tu nicho. La clave está en la especialización”, vaticina Daniel Lapesa.