MADRID (EP). CAF tiene identificados proyectos ferroviarios "en los cinco continentes" por los que analizará competir y que en su conjunto están valorados en un importe de 6.000 millones de euros, según informó la compañía.
El fabricante ferroviario vasco ha emprendido una nueva estrategia de crecimiento que sustenta en la consecución de nuevos contratos y la ejecución de su actual cartera de pedidos, que presenta un récord en cuanto a proyectos internacionales. En concreto, a cierre del pasado mes de enero, CAF tenía contratos pendientes de ejecutar por valor de 5.549 millones de euros.
Los pedidos internacionales copan el 85% del total de esta cartera, dado que suman un máximo histórico de 4.716 millones de euros. El fabricante con sede en Beasain (Guipúzcoa) emprende esta nueva estrategia de crecimiento meses después del nombramiento de Andrés Arizkorreta como nuevo presidente de la compañía.
En cuanto a los mercados prioritarios de CAF, la compañía apuesta por su "mercado doméstico" de Europa Occidental, al tiempo que aumenta su presencia en regiones "con potencial de crecimiento" entre las que señala Estados Unidos, Latinoamérica y Oriente Medio.
CAF ya obtiene el 80% de la internacionalización con la que asegura haber compensado "la ausencia de demanda local". No obstante, en la actualidad, la compañía está inmersa en la puja por el contrato de suministro de 30 trenes AVE que Renfe sacó a concurso a finales del pasado año.
CAF sustenta asimismo la nueva política de crecimiento en la puesta en marcha de medidas de eficiencia, en la optimización de la deuda y en una "normalización" de las inversiones, según indica la compañía en una presentación a analistas remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El fabricante redujo su inversión en los dos últimos años de forma que supuso el 0,7% y el 0,8% del total de sus ingresos, frente a las tasas del 1,9% y 2,1% que representó en 2012 y 2013, fundamentalmente por las destinadas a sus plantas de México y Brasil.
En el capítulo financiero, a cierre de enero, la compañía presentaba una deuda de 479 millones de euros, un 22% menos respecto a los 619 millones que soportaba a la conclusión de junio de 2015.