El experto recuerda que todavía hay tiempo para realizar las correcciones pertinentes tras hacer un estudio desde la doble perspectiva económica-financiera y contable-fiscal
VALÈNCIA. Dadas las fechas en que nos encontramos, resulta fundamental analizar la proyección del cierre de 2019 pues aún estamos a tiempo de realizar las correcciones pertinentes. Es conveniente hacer un estudio desde una doble perspectiva: económica-financiera y contable-fiscal.
Los estados financieros a 31 de diciembre de 2019 que permanezcan reflejados en cuentas anuales e Impuesto sobre Sociedades van a ser la imagen de la empresa durante todo un año y van a afectar de forma sustancial en diversos ámbitos y en función de quién los analice. Evidentemente, no van a ser vistos de igual manera por parte de proveedores y bancos que por parte de la competencia.
Los proveedores y bancos van a estudiar sobre todo la solvencia y la liquidez. En definitiva, la capacidad para atender los compromisos de pago a través de diversas variables y de su evolución. Por ejemplo, un movimiento que puede mejorar la solvencia consiste en convertir préstamos de socios en capital social.
Por otra parte, una empresa con un elevado endeudamiento a corto deberá revisar si realmente toda esa deuda es a corto, pues un traspaso de corto a largo puede mejorar el fondo de maniobra y la calidad de la deuda reflejada en el balance. Además, resulta fundamental observar si existe una generación de flujos de caja suficientes para atender las obligaciones de pago de la deuda.
La competencia va a analizar los estados financieros y su evolución, sobre todo de forma comparativa. Observará la cuenta de resultados para comparar la cifra de negocio y los márgenes, y se detendrá en el balance para examinar la estructura del inmovilizado y del activo a corto, así como el grado de autofinanciación y de endeudamiento.
Este apartado exige una minuciosa revisión de la contabilidad de la empresa, analizando simultáneamente aspectos contables y fiscales. Es imprescindible que quede perfectamente revisada la contabilidad y cuadrada con las declaraciones presentadas.
No se trata únicamente de la necesidad de que sean coincidentes las cuentas anuales depositadas en el Registro Mercantil con lo declarado en el Impuesto sobre Sociedades, sino que las diferentes partidas que aparecen en el balance y la cuenta de resultados deben estar perfectamente cuadradas con las declaraciones presentadas y con la realidad de la actividad. Estos serían algunos de los puntos a examinar:
Conocer de antemano estas y otras cuestiones a efectos del cierre, nos permitirá disponer de margen para poder adoptar decisiones que puedan optimizar la factura fiscal final. Además, también nos ayudará a anticiparnos a la imagen económico-financiera que vamos a obtener.
Pablo Pastor es responsable del Área Fiscal GB Consultores Financieros, Legales y Tributarios
Se trata de un cierre excepcional y complicado donde hay que reflexionar sobre factores muy diversos y novedosos