VALÈNCIA (EP). La pandemia ha dejado a los valencianos sin Fallas por segundo año consecutivo pero como en todas crisis, siempre surgen iniciativas creativas que ayudan a "mantener viva la llama" de la ilusión. Así, algunos indumentaristas se han lanzado a crear nuevas prendas con motivos falleros: camisetas, delantales, bolsos, mascarillas y hasta zapatillas de estar por casa, mientras en el mundo de la enseñanza, han surgido clases online para aprender a confeccionar un traje de fallera de principio a fin.
Entre estos casos se encuentra la tienda de Álvaro Moliner Indumentaria Valenciana, que se lanzó a coser mascarillas para cuando llegó la Covid. Esta labor les ha permitido a mantener abierto el taller y ahora tienen más de 50 modelos distintos que se venden bien, ha explicado el gerente del establecimiento a Europa Press. De ahí se han pasado a crear todo tipo de productos con estampados falleros: necesers, delantales, bolsos, e incluso pantuflas con mensajes divertidos como 'Sonríe, queda un día menos para Fallas' o 'I love Fallas'.
Y es que con la crisis sanitaria, el sector de la indumentaria valenciana ha visto caer la facturación en un 90% y en este contexto, hay que "mantener viva la llama" de las Fallas y reinventarse para "paliar un poco las pérdidas", ha explicado Moliner. Según ha dicho, las ayudas que les han llegado son "pequeños parches" y aboga por incentivar la compra y reducir los impuestos.
También en la tienda Espolín Amparo Gómez han querido mantenerse "activos" en medio de una situación "desesperante" tras un año sin vender prácticamente nada. De ahí que hayan sacado una línea de camisetas en distintos colores con una franja vinílica estampada con telas de traje de valenciana, ha explicado Pepa Soriano, indumentarista del establecimiento, a Europa Press.
A través de Instagram, la iniciativa está teniendo "mucho éxito" y aunque no resuelve las pérdidas de este año "nos mantiene un poco ocupados" y ayuda a "mantener encendida la llama" de las Fallas y la "ilusión" de la gente, ha resaltado.
En el ámbito de la enseñanza destaca el caso de la Academia Camp de Turia, en Llíria (Valencia), un centro que lleva 20 años dedicado a la enseñanza de la confección de trajes de indumentaria valenciana, y que desde el pasado mes de septiembre ha dado el salto a las clases online como 'La Academia de Paqui' (laacademiadepaqui.com) en el mundo virtual.
En esta plataforma, quienes quieran empezar a preparar ya su traje para las próximas fiestas pueden matricularse en un curso cien por cien online para aprender a confeccionar un vestido de fallera completo.
La matriculación permite un año de acceso a clases grabadas en formato vídeo para confeccionar el traje de principio a fin, a tutorías personalizadas, trucos, resolución de dudas e incluye todo el material necesario. Y es que la pandemia obliga a "reinventarse", ha explicado la dueña y profesora de laacademiadepaqui.com, Paqui Zaragozá, a Europa Press.
"Mucha gente tiene medio a salir de casa por los contagios" y de este modo se puede llegar a más personas, ha señalado. Además, hay quienes se han comprado una máquina de coser, algo a lo que también han ayudado programas de televisión como Maestros de la Costura, que ha despertado el interés en la gente, ha apuntado.
De hecho, confeccionar un traje de fallera no es lo único que ofrece esta academia online, que cuenta con cursos para aprender a coser todo tipo de prendas, desde lo más básico hasta lo más avanzado. Es la primera academia online de España que cuenta con el Sistema Martí de patronaje y confección a medida artesanal que permite obtener el título oficial para profesionalizarse en el mundo de la moda.
La Academia de Paqui empezó a gestarse hace ya siete años pero fue a raíz de la crisis sanitaria cuando se ha puesto en marcha definitivamente y ahora ya cuenta con alumnos de toda España.
La pandemia llevó también a esta profesora de costura y a sus alumnas a coser mascarillas de forma voluntaria en los inicios de la crisis, cuando en el mercado escaseaban. Llegaron a repartir más de 92.000 y solo pararon de coser cuando ya empezaron a venderse mascarillas en los establecimientos. El Ayuntamiento de Llíria les concedió la medalla de la Ciudad por su labor.