El director de GVC Gaesco Pensiones advierte de la importancia que tiene saber interpretar correctamente los datos macroeconómicos que diariamente se publican e impactan directamente sobre los mercados
BARCELONA. En los últimos meses el entorno macroeconómico está siendo el protagonista indiscutible de los mercados financieros y la lectura e interpretación de las economías globalizadas están poniendo patas arriba los modelos convencionales. El puzzle es muy complejo y los datos e información necesaria para una correcta interpretación son incompletos, o sencillamente no están disponibles ni son fiables. Para intentar entender lo que está ocurriendo establecería tres categorías sobre los diferentes inputs de información y conocimiento que tenemos.
Por una parte, las certezas. El crecimiento global es significativo, del 3,5% en el 2015 (datos FMI) mientras que en los países desarrollados fue del 2,5% (el 3,3% en USA y el 1,2% en Europa). En las economías en desarrollo fue del 4,5% aunque, con una mayor dispersión, este crecimiento se sustenta en una demanda global de bienes y servicios sólida, no hay problemas de demanda (incluso la del petróleo es fuerte).
Otra certeza es el endeudamiento, pues las principales economías del mundo están muy apalancadas y los ratios de deuda pública sobre el PIB son muy elevados. Así, si sumamos la deuda del sector privado, el ratio deuda/PIB se dispara por encima del 250%. No obstante, las rentabilidades de la deuda pública y la deuda corporativa con mejor rating de los países desarrollados está en mínimos históricos (salvo alguna excepción), bien sea por la mano larga de los bancos centrales, por la ausencia de inflación o por su calidad de activo refugio.
Paralelamente, el coste de la deuda de los países emergentes está disparado creando una divergencia muy significativa. También es conocido que existe un claro exceso de capacidad, la oferta está sobredimensionada, especialmente en determinados sectores industriales, manufactureros y de materias primas, lo que provoca una presión de los precios a la baja.
Por otro lado, las incertidumbres y datos desconocidos. Hay un gran desconocimiento sobre las variables significativas de la economía china. Se sabe que crece a tasas muy razonables del 6-7% y que pretende transitar a un modelo de crecimiento más sostenible, pero el desconocimiento y la incertidumbre aparecen cuando analizamos su mercado de crédito y su sistema financiero.
¿Ha habido burbuja de crédito? ¿Qué tasa de impago tendrá la expansión crediticia que financió los años del gran crecimiento? Asimismo, genera mucha incertidumbre el agotamiento de las políticas monetarias y fiscales: ¿cómo evolucionará la normalización monetaria en EE UU después de 8 años de expansión? ¿Qué efectos tendrá sobre las divisas, la bolsa y el crecimiento? Se trata de un escenario nuevo, nunca antes los Bancos Centrales habían puesto en práctica políticas monetarias tan expansivas, la FED es todo lo prudente que cabe esperar en este punto.
Por último, me gustaría destacar los riesgos potenciales y las expectativas. El riesgo de una corrección significativa de la bolsa americana que lleva seis años de subidas con una mínima volatilidad, perfectamente correlacionada con el timing monetario de la FED, y que cotiza a unos ratios exigentes.
Tampoco hay que menospreciar el problema del exceso de capacidad, en el que algunos analistas observan riesgos importantes, tanto directos como indirectos (para los acreedores, proveedores..etc), que no están compensados por los beneficios potenciales.
Es también destacable la amenaza de la posible burbuja de crédito en China, con una elevada tasa de impago que crearía riesgos potenciales para la economía China y a nivel global a través de sus mecanismos de transmisión (depreciación de la moneda). Por último, destacaría el riesgo de enquistamiento de un entorno deflacionista y con tipos de interés nulos o negativos.
Como ven hay interpretaciones, argumentos, estadísticas y datos para todos. Para los optimistas y pesimistas y para los que no ven el mundo ni blanco ni negro, sino gris, que son muchos. En un entorno así no hay recetas mágicas, las mejores bazas que podemos usar son la prudencia, el sentido común y el asesoramiento independiente y de calidad.
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José Antonio Cortes es director de GVC Gaesco Pensiones