VALÈNCIA. (EP). El juzgado de instrucción número 21 de València, que se ocupa de la investigación abierta por supuestas irregularidades en el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) durante la etapa al frente del mismo de Consuelo Ciscar, ha decidido exigir una fianza de más de 4 millones de euros a la exdirectora del museo, al exdirector financiero, Juan Carlos Lledó, y a José Luis Rueda, hijo y heredero del artista Gerardo Rueda.
De esta forma, la jueza estima la solicitud realizada por la Abogacía de la Generalitat, a la que se adhirió el fiscal, para que se pidiera esta fianza con el fin de cubrir el importe de las posibles responsabilidades civiles derivadas de la comisión de supuestos delitos de prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos, falsedad documental y estafa o fraude a la administración.
El pasado mes de abril, este juzgado ya había acordado incorporar a José Luis Rueda como investigado en esta causa en la que también están imputadas otras personas, entre ellas Consuelo Ciscar y su hijo artista, Rafael Blasco Ciscar, 'Rablaci', así como varios subdirectores generales en el periodo de la investigación y técnicos del museo y el administrador de la empresa Logística del Arte.
Ahora, en un auto datado de este mismos viernes y facilitado por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), la instructora considera que se dan las circunstancias para solicitar una fianza total de 4.176.863 euros y que, transcurrido el tiempo que marca la ley, se proceda al embargo de bienes para cubrir las cantidades.
La Abogacía de la Generalitat argumentó que Consuelo Ciscar, con la "concomitancia" de Lledó destinaron, "a sabiendas", caudales públicos a adquirir obras de arte falsas haciéndolas pasar por originales de su padre, el autor Gerardo Rueda --fallecido en 1996--, y produciendo así una desviación de los fondos presupuestarios hacia el patrimonio de José Luis Rueda.
De ese modo, el IVAM habría adquirido obras de arte no originales, como si lo fueran, enriqueciendo a José Luis Rueda. Entre 2004 y 2006 el museo compró mediante dos contratos mixtos de compra-venta y donación una serie de obras cuyo supuesto autor era el escultor desaparecido.
En los dos contratos se condicionó la donación de determinadas esculturas a la adquisición onerosa de otras. Por consiguiente, el IVAM pagó un total de 2.944.325 euros, más 512.524 que costó que la Fundición CAPA manufacturara gran parte de las obras que, bien habían sido donadas, bien habían sido vendidas al museo por el heredero. De este modo las arcas públicas pagaron por obras supuestamente atribuidas a Gerardo Rueda el montante total de 3.456.876 euros.
A esta cantidad, según la Abogacía, hay que sumar los 719.987,80 euros que se pagaron para promocionar las obras y con el objeto de blanquearlas a través de varias actividades y exposiciones.
La jueza encargada del caso recuerda los correos e informes policiales que obran en la causa y que apuntan a que las obras que vendió el hijo adoptivo de Gerardo rueda "no pueden ser consideradas originales". De hecho, hace notar que "existen fundados motivos para pensar que José Luis Rueda creó nuevas obras de arte a nombre de Gerardo Rueda tras su fallecimiento, reproduciendo obras del mismo con otros materiales y de mayores dimensiones, todo ello a través de al Fundación Capa, que fueron transmitidas al IVAM como si fueran originales y de al autoría de su padre"
Igualmente, ve "indicios de que, con cargo a los fondos públicos del IVAM, se sufragaron los gastos correspondientes a exposiciones e itinerancias para promocionar fundamentalmente la colección particular de José Luis Rueda y, al mismo tiempo, legitimar la originalidad de las reproducciones post mortem (...) no teniendo las mismas consideración de obras originales y de la autoría de Gerardo Rueda", insiste.
"El señor José Luis Rueda con la aquiescencia de la máxima cúpula directiva del IVAM --la señora Ciscar como directora gerente y el señor Juan Carlos Lledó como director económico y administrativo-- consiguió que a través de la institución se dotara y reforzara de apariencia de originalidad y autenticidad a las obras expuestas, ya que es difícil de imaginar que en el IVAM hubiesen ingresado obras que no cumplían ese estándar de calidad que debe presidir la adquisición de obras de una institución de primer nivel", remata.