Tello visita la excavación arqueológica y enmarca el proyecto en la recuperación del patrimonio y de edificios de la memoria histórica
VALÈNCIA. (EP). Las tareas de limpieza y documentación que se llevan a cabo en el búnker del Saler, en València, por parte del Ayuntamiento de la ciudad, permitirán documentar esta construcción y conocer el estado de conservación en el que se encuentra, según ha informado el consistorio en un comunicado después de la visita que ha realizado a este enclave la concejala de Patrimonio y Recursos Culturales en funciones, Glòria Tello.
Tello, que ha enmarcado esta intervención en "la línea de recuperación del patrimonio" y de "puesta en valor de los edificios de la memoria democrática" emprendida por el consistorio, ha visitado el búnker junto a la concejala de Pueblos de València en funciones, Consol Castillo. La excavación arqueológica en este espacio --también conocido como 'el Copón de Miaja', según el Ayuntamiento--, empezó el pasado 27 de mayo.
La intervención en este enclave tiene como objetivo "limpiar, conocer el estado de conservación y documentar su construcción" con el fin de "realizar el proyecto de rehabilitación pertinente", ha resaltado el consistorio, que ha apuntado que este proyecto posterior "es necesario para obtener la concesión, por un plazo de 75 años, demandada al Ministerio para la Transición Ecológica" como propietario del búnker.
Glòria Tello ha subrayado que esta actuación, realizada desde la Concejalía de Patrimonio y Recursos Culturales, se enmarca en la decisión municipal en favor de la "recuperación del patrimonio" y de la "puesta en valor de todos aquellos edificios que forman parte de nuestra memoria democrática".
Los trabajos en el búnker se han centrado hasta ahora en vaciar la arena de la torre y en documentar todos los elementos mantenidos que formaban parte del complejo a partir de los planos del proyecto conservados en el Archivo General Militar de Ávila, ha detallado la administración municipal, que ha agregado que estas obras se adjudicaron el pasado 5 de octubre de 2018 a la empresa SEMAR Arqueología, S.L..
"El edificio está en gran medida enterrado por la arena de la playa y hemos tenido que contratar una empresa de arqueología para quitar esa arena y hacer un estudio del estado de la construcción con el fin de poder llevar a cabo el proyecto de rehabilitación", ha apuntado Glòria Tello.
Tras la limpieza, se puede ver la torre completa, que tiene una profundidad de seis metros y un diámetro de 15 metros, ha indicado el Ayuntamiento, que ha apuntado que este elemento está construido de hormigón y hierro. Asimismo, se distinguen tres escalones interiores donde se asentaba la plataforma móvil con los cañones.
Uno de los corredores descubiertos es accesible por una escalera de obra que luego da paso a otro corredor. Además, se han descubierto varios grafiti conservados en las paredes de los corredores que abarcan desde 1939 hasta 1943 y que están dibujados a carboncillo. Estos escritos representan diversos motivos como figuras humanas, animales, un barco o un avión, así como nombres de soldados.
El 19 de julio de 2017 se iniciaron actuaciones tendentes a obtener del Ministerio para la Transición Ecológica, una concesión por un plazo de 75 años del búnker del Saler. Este departamento del Gobierno central subordinó la concesión al Ayuntamiento a que este dispusiera previamente de un proyecto de restauración.
"Esta petición fue atendida por parte del ministerio en ese momento. Nos dijeron que para conceder esta concesión, teníamos que presentar un proyecto de usos del espacio y restauración del edificio", ha detallado la edil en funciones.
El búnker del Saler es una de las obras de ingeniería militar construidas en València en 1937, durante la guerra civil española, ha explicado el consistorio, que ha señalado que el coronel Ramiro Otal Navascués, jefe de la Defensa de Costas del Mediterráneo, pidió la construcción urgente de varias estructuras para defender el frente marítimo de los ataques de los barcos franquistas y de la armada italiana y alemana.
Así, se diseñó un sistema de defensa con tres núcleos de baterías principales y otras complementarias, según la administración local, que ha añadido que se tardó 8 meses en construirlo y se valoró en 1.639.913 pesetas de la época.