VALÈNCIA. La Marina de València vivirá su despegue el próximo año con la puesta en marcha de nuevos proyectos estratégicos como un ecosistema para empresas emergentes, un espacio de actividades comunes y un clúster náutico, además del desmantelamiento de los tinglados 4 y 5 del puerto.
Lejos ya de la política de infraestructuras basadas en los grandes eventos, la actual Marina tiene "una visión pública" orientada a aprovechar de manera creativa una estructura "obsoleta" que constituye "un espacio de calidad y usos maravillosos", según ha asegurado el director estratégico de la Marina, Ramón Marrades.
En una entrevista a Efe, ha recordado que el plan de acción previsto para cinco años considera el espacio como un futuro polo de desarrollo económico y de innovación y un lugar público "de primer nivel" con una visión transformadora de los Poblados Marítimos y la economía valenciana.
El director estratégico de La Marina se muestra satisfecho con los resultados económicos por haber aumentado un 27 % los ingresos hasta los cinco millones, si bien los gastos (de personal y de explotación) ascienden a 7 millones. No obstante, Marrades cree que en el año 2019 los ingresos y gastos se equilibrarán y La Marina será "sostenible".
Otra cosa es la deuda de 427 millones por la Copa del América, "imposible de devolver en 30 años", a su juicio, y que negocian cómo compensar el Ministerio de Hacienda, la Generalitat y el Ayuntamiento de València, integrantes del Consorcio Valencia 2007.
Náutica y tinglados
Concebido como "un distrito de la innovación", desde el principio ha despertado el interés de los inversores con unos "ingredientes" que estaban "sobre la mesa": la Marina de Empresas, un complejo emprendedor que aúna la sede de la Escuela de Empresarios EDEM, la incubadora de empresas Lanzadera y su empresa de inversiones Angels; y el Veles e Vents, reabierto con una propuesta gastronómica, cultural y formativa, de la mano de Heineken España y el Grupo La Sucursal.
A finales de este año saldrá la concesión de la antigua Estación Marítima para acoger empresas emergentes en vías de consolidación, un proyecto similar a Barcelona Tech City, que agrupa empresas del ecosistema del negocio digital y tecnológico.
También en 2017 quedará cerrado el proyecto para el edificio Alinghi como un espacio de actividades comunes para empresas, entidades públicas vinculadas a la innovación, ciudadanos y asociaciones vecinales. Este edificio se podrá arrendar a empresas de la industria cultural y creativa y a "pioneros urbanos", y se podrán instalar allí entidades públicas como la red de innovadores de València VIT Emprende y la Agencia Valenciana de la Innovación. Funcionará a través de la gestión conjunta entre el Consorcio Valencia 2007 y un comité en el que participarán empresas y proyectos que estén presentes en el Alinghi.
Ambos proyectos se pondrán en marcha en 2018, junto con un clúster náutico en la base de New Zealand como un sector "de valor" y que genera "mucho empleo", para mantenimiento y reparaciones, y para ello se está negociando con la Asociación Nacional de Empresas Náuticas la instalación de un centro de formación profesional para reparaciones de embarcaciones.
Para la rehabilitación de los Tinglados 4 y 5 ya se ha sacado a licitación el desmantelamiento de la infraestructura de su interior por parte de la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat, y están previstos usos temporales como espacio de experimentación de movilidad.
La Marina de València se complementará con un replanteamiento de las tarifas de los conciertos para primar el "valor" de estos espectáculos, en un entorno que "descarta" los macrobotellones.
* Lea el artículo completo en el número de junio de la revista Plaza