VALÈNCIA. El espectáculo de danza que arrasó esta edición pasada en los Premis de les Arts Escéniques Valencianes es un delicado ejercicio de ternura, escucha y afecto que este próximo 13 de mayo se despliega en La Mutant, Anhel. La reconocida propuesta se adentra en la esencia animal de la condición humana, en la crudeza de los cuerpos y en la belleza del deseo.
Cristina Gómez firma la idea original, el concepto y la dirección de este espectáculo salvaje e irreverente sobre la existencia, el vínculo y la vulnerabilidad, laureado como mejor espectáculo de danza, mejor dirección coreográfica para Anna Estellés y Cristina Gómez, y mejor bailarina para Paloma Calderón en los Premis de les Arts Escéniques Valencianes.
Este pasaje mágico, que transita por lugares escondidos, olvidados y molestos, apuesta en su arranque por una conexión con lo más primitivo del ser, y culmina con un intento fallido de domesticación y sofisticación de los cuerpos, donde se da identidad a las dos criaturas protagonistas al mostrar sus rostros.
Carlos Molina ha diseñado el espacio escénico y la iluminación, que toman como referencia las pinturas de Bacon, Goya, Caravaggio, el cine de Stanley Kubrick y David Lynch y trabajos míticos de Pina Bausch.
La velada se completa con la proyección del cortometraje Inland, dirigido por Gema Iglesias. La pieza de videodanza ahonda en las esferas intangibles del subconsciente para hablar de la naturaleza humana. Su punto de partida es el imaginario conceptual y estético de Anhel. Este audiovisual extraño, salvaje y palpitante transita por lugares y situaciones incómodas para adentrarse en la belleza íntima y oscura del deseo.
Al término de la representación se realizará un coloquio con el equipo artístico moderado por la periodista especializada en danza Sara Esteller, que valora la obra como “un dueto escénico de resolución muy física que combina la íntima sinceridad de los cuerpos desnudos con la elegante presencia de dos intérpretes muy compenetradas”.