VALÈNCIA. Trabajos recientes en diversidad de campos de creación hacen referencia a los vínculos con otras especies, pero, ¿cuál es nuestra relación con los objetos cotidianos? El colectivo nyamnyam ha desarrollado en INERT? una instalación performativa para repensar nuestra relación e interdependencia con los materiales considerados sin vida. La Mutant acoge esta pieza los próximos 1 y 2 de marzo.
En INERT?, el teatro se convierte en un gran tapiz en el cual se combina el movimiento, proyecciones audiovisuales y fragmentos textuales y sonoros con objetos resignificados de obras de teatro pasadas y materiales recuperados de los almacenes de la Factoría de Artes Escénicas de Banyoles.
A la audiencia se le interpela con cuestiones como si la distinción entre sujetos y objetos es tan solo una ficción para justificar la jerarquía de los humanos sobre los no humanos o de qué manera relacionarnos de una forma más horizontal con los objetos inanimados.
Para el desarrollo de esta propuesta, nyamnyam, integrado por Ariadna Rodríguez y Iñaki Álvarez, ha contado con la colaboración de Carme Torrent, Blanca Callén, Manel Quintana y Daniel Moreno Roldán.
La iniciativa se completa el 2 de marzo con un encuentro desenfadado y festivo acuñado como Restart Party. En este acontecimiento público y gratuito, un grupo de voluntarios con habilidades técnicas ayudan a las personas asistentes a aprender a reparar sus aparatos eléctricos y electrónicos estropeados.
Cuando alguien asiste a una Restart Party con su dispositivo roto, un voluntario anfitrión le pregunta por la avería y asocia la posible reparación con el técnico voluntario más adecuado. Una vez llega su turno, la persona aprende con el técnico voluntario, quien intenta implicarla el máximo posible en el proceso de reparación.
Al final, el objetivo de esta fiesta organizada por Restarters València y Restarters Barcelona es que los y las asistentes tomen conciencia de que sus electrodomésticos se pueden reparar y cómo de fácil puede llegar a ser en algunos casos alargar su vida. Sensibilizarse, por lo tanto, del gran ahorro ecológico y económico del que podemos ser responsables.
El ambiente es relajado, lúdico y comunitario, de forma que aquellos y aquellas a la espera de que un voluntario reparador les atienda, pueden, mientras tanto, picar algo y tomar algún refresco, conversar entre ellos o conocer más sobre las Restart Party.