La nueva comedia de Belinda Washington llega al Teatro Flumen

VALÈNCIA. ¿Cuántas veces actuamos según lo esperado de nosotros y no siendo fieles a lo que sentimos? Este conflicto se refleja en Mi mundo es otro, una divertida comedia que muestra la lucha que mantiene Laura, la protagonista, con ella misma. La mente de la joven se mueve entre lo que quiere y siente; y lo que la sociedad marca como bueno o malo. 

Laura vuelve a su ciudad natal por un acontecimiento que marcará un antes y un después: su boda. Ante este gran evento, la protagonista tomará una importante decisión que marcará su desarrollo personal. Para ello, escuchará a su voz interior, que incluye la buena y la mala conciencia. La joven ha vivido 18 años de su vida bajo la atenta mirada de sus padres. Ahora es una conocida DJ de la noche madrileña y ha conseguido forjarse una personalidad fuerte y especial. 

Tras haber tomado las riendas de su vida, ¿tratará de complacer a sus padres o seguirá por fin a su corazón? La madre de Laura tiene una vida que gira en torno a tres pilares: su adorable y bien posicionado marido, su educada y refinada hija y sus carísimas aficiones. O eso pretende aparentar. ¿Cómo reaccionará ante la determinante decisión de su hija? 

Mi mundo es otro rompe con los clichés, dando a los personajes la humanidad y el realismo necesarios para que el espectador se sienta identificado. Bajo la dirección de Ángel Villaverde, la obra es un montaje teatral con música en directo y un ambiente marcado por la frescura y la cercanía. 

La historia está escrita por Javier Muñoz, quien explica que el otro mundo es en el que puedes hacer lo que realmente sientes. En el elenco predomina gente joven con muchas ganas y mucho talento. Entre ellos, destaca la actriz Irene Rojo que da vida a la protagonista, Laura; su madre, representada por española Belinda Washington; y Javier Muñoz, quien ejerce el papel de gurú de las conciencias. 

La obra busca la interacción constante con el público y conseguir que este se sienta parte del relato. De esta forma, Mi mundo es otro consigue que el espectador se pregunte si, en la situación de la protagonista, se enfrentaría