VALÈNCIA (EP). El nuevo test de medición de consumo y emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los vehículos, denominado WLTP (por sus siglas en inglés), que entrará en vigor el próximo 1 de septiembre, podría tener un efecto negativo sobre el mercado automovilístico, que podría recortar hasta un 3% sus ventas en caso de que no se adecuen los tramos del impuesto de matriculación a esta nueva medición, según fuentes del sector consultadas por Europa Press.
El WLTP se aplicará desde el próximo mes de septiembre a todos los vehículos homologados en Europa, aunque no será hasta el año próximo cuando se empiece a aplicar a los vehículos matriculados. No obstante, el 1 de enero de 2019 entrará en vigor una normativa aún más restrictiva, denominada RDE, que reflejará de mejor forma los consumos en condiciones reales de uso y que podría generar incluso un descenso del mercado automovilístico nacional de hasta el 7%.
Las nuevas pruebas WLTP representan un paso más en la intención de Europa de ofrecer homologaciones de consumos y emisiones más acordes con el uso habitual de los vehículos por parte de los conductores y no en función de mediciones de laboratorio, tal y como refleja la actual homologación NEDC.
El presente marco fiscal español contempla la exención del pago del impuesto de matriculación a los vehículos que emitan 120 gramos de CO2 por kilómetro o menos, mientras que los que tengan entre 121 y 160 gramos afrontan el pago de un 4,75%; los de entre 161 y 200 gramos, el 9,75%, y los de más de 200 gramos, el 14,75%.
El año pasado la recaudación por impuesto de matriculación en España (tasa transferida a las comunidades autónomas) se situó en casi 328 millones de euros, una cifra un 7% superior a los 305 millones contabilizados en 2015, según datos de la Agencia Tributaria.
Las previsiones del sector contemplan que la implementación de la WLTP, entre el 1 de septiembre de 2017 y el 1 de enero de 2019, supondría un incremento estimado de 250 millones de euros en el pago del impuesto de matriculación por parte de los clientes, en caso de que no se adapte el marco fiscal a esta nueva forma de homologación.
El sector estima que el aumento medio de las emisiones de un mismo vehículo será del 6% al pasar de la NEDC a la WLTP y prevé que este incremento del nivel de emisiones afecte a un 25% del mercado total. Así, explican, que un mismo vehículo podría pasar de estar exento del pago del impuesto de matriculación a subir al siguiente tramo, por lo que tendría que abonar un 4,75%, una situación que podría ser similar en el resto de tramos.
Por otro lado, las fuentes consultadas afirman que el efecto sería más pronunciado desde que entrase en vigor el nuevo ciclo de homologación RDE, en 2019, puesto que será más estricto y reflejará de forma más fidedigna los consumos en condiciones reales de utilización de los automóviles en comparación con las pruebas de laboratorio actuales.
Así, contemplan que, si no se adapta el marco fiscal del automóvil a las nuevas mediciones, la caída de las ventas derivada de la llegada del RDE podría ascender al 7%, puesto que reflejaría una diferencia de emisiones de CO2 en comparación con el actual NEDC de entre el 15 y el 25%.
Este aumento de las emisiones estimado afectaría a entre el 50 y el 65% del mercado de vehículos, por lo que, con el actual criterio de tramos del impuesto de matriculación, el incremento de la recaudación por este concepto se elevaría en entre 550 y 750 millones que se sumarían a los cerca de 328 millones de euros que ingresaron las arcas públicas el año pasado por esta tasa.
Tanto la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (Acea) como la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) se manifestaron recientemente a favor de que los consumidores no se vean afectados por estos cambios en las pruebas de homologación.
En este sentido, el vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero, señaló que hay que asegurarse de que los impuestos basados en las emisiones de CO2 no varían, teniendo en cuenta que un mismo coche tendrá mayores valores de CO2 si se mide con la prueba WLTP que con la NEDC.
Por su parte, el secretario general de Acea, Erik Jonnaert, destacó que los gobiernos de los países tienen que actuar para asegurar que la política impositiva vinculada con el CO2 "sea justa" y explicó que, en caso de no conseguir este objetivo, la introducción de los nuevos test "podría aumentar las barreras financieras sobre los consumidores".