Rita Barberá junto a María José Catalá años atrás. Foto: EFEVALÈNCIA. El estallido del caso Azud ha causado un terremoto político en PP y PSPV, que han visto cómo históricos dirigentes de su partido eran detenidos o puestos bajo investigación por las autoridades debido a una presunta trama urbanística que se habría iniciado a partir del año 2005.
Así, y aunque los socialistas se han visto implicados por detenciones como la del ya ex subdelegado del Gobierno, Rafael Rubio, la del todavía jefe de los Servicios Jurídicos de Divalterra, o la investigación sobre el histórico exresponsable de Finanzas Pepe Cataluña, el caso gira en torno al poder que ostentaba el PP bajo el mandato de Rita Barberá, con implicados de su entorno como su cuñado, el abogado José María Corbín, o el exvicealcalde Alfonso Grau.
Unas circunstancias que conllevan otros daños colaterales especialmente en una de las últimas estrategias iniciadas por el PP especialmente en València ciudad. La portavoz en el Ayuntamiento y próxima secretaria general del partido, María José Catalá, ha venido reivindicado en las últimas semanas el legado de Rita Barberá: en abril, puso sobre la mesa la posibilidad de nombrarla alcaldesa honoraria aprovechando el 30 aniversario de su primera toma de posesión, una propuesta que fue rechazada por PSPV y Compromís. Además, Català también reivindicó poner el nombre de la exalcaldesa a alguna infraestructura relevante de la ciudad.
Los guiños para conectar con la histórica dirigente popular del partido no han quedado ahí. La pasada semana, la portavoz del PP hizo pública la incorporación a su equipo como asesora de Asunción Corbín Barberá, profesional del marketing y la comunicación y sobrina de la exalcaldesa, una maniobra que muchos entendieron también como una aproximación más a los simpatizantes más fieles de Rita. No obstante, este fichaje queda ahora más aún ensombrecido con el estallido del caso Azud, puesto que la asesora incorporada también se encuentra investigada en el proceso.
No obstante, no es la única dirigente que había destacado la figura de Barberá en los últimos tiempos. La irrupción del expresidente Francisco Camps en la actualidad política postulándose para ser candidato del PP a la Alcaldía de València, puesto destinado en teoría para Catalá, ha venido acompañada de alabanzas y reivindicaciones hacia la figura de Barberá por parte de Camps, quien siempre ha defendido con orgullo su gestión al frente de la Generalitat.
Es más, una de las sorpresas estos días sobre esta cuestión, fue el arrepentimiento público de la presidenta saliente del PPCV, Isabel Bonig, por haber apoyado en Les Corts la reprobación a Rita Barberá. "Pido perdón porque me equivoqué", aseguró en su despedida.
Tras el nuevo escándalo judicial destapado esta semana, y otra vez con el protagonismo de dirigentes que figuraron en el equipo de confianza de la exalcaldesa, se abre el dilema para los estrategas del PPCV de si deben apostar por sacar pecho con el legado de Barberá o dejar en barbecho más tiempo la figura de la histórica dirigente popular.
