VALÈNCIA. Los últimos datos referentes a la incidencia acumulada del coronavirus en los municipios valencianos siguen mostrando una fotografía preocupante de que la Comunitat a las puertas de agosto. A la espera de que fructifiquen las recientes restricciones aprobadas por el Consell -limitación de reuniones privadas y públicas a 10 personas y toque de queda en 32 municipios-, la expansión de la nueva ola sigue creciendo exponencialmente.
De hecho, según la actualización del 15 de julio -la última realizada- tan solo 10 municipios costeros se quedan fuera del riesgo extremo por incidencia acumulada a 14 días. Es decir, solo una decena de localidades con estas características tiene menos 250 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas. A ello hay que sumar que, aunque de forma menos general, también está creciendo este indicador en muchos municipios del interior, lo que se explica con la notable movilidad propia de estas fechas estivales.
El único dato positivo es que la presión hospitalaria está incrementándose de forma mucho más lenta y leve que en la tercera ola, donde llegaron a registrarse 4.500 personas ingresadas por coronavirus y más de 600 en las UCI, unas cifras de las que todavía se está muy lejos. De la misma manera, entre enero y febrero, llegaron a registrarse varios días más de cien muertos diarios en la Comunitat, mientras que ahora apenas se producen fallecimientos diarios. Una prueba de que la vacunación está surtiendo efecto.
Ahora bien, tal y como informó este diario, la petición realizada por el Consell al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) para imponer el toque de queda en 32 municipios -todos de más de 5.000 habitantes-, corre el riesgo de haberse quedado corta. La restricción cubre a la capital y su área metropolitana, pero apenas roza a Castellón -sólo Benicàssim fue incluido- y a Alicante -Sant Vicent del Raspeig fue el único señalado-, mientras puede apreciarse en estos días cómo la evolución de colores en el mapa ha sido ostensible.
A día de hoy, tan sólo 10 localidades costeras registran menos de 250 casos de incidencia acumulada, cuatro de ellas tienen menos de 5.000 habitantes, Cabanes (134 de IA), Xilxes (0 de IA), La Llosa (101) y Guardamar de la Safor (0), y seis, son ciudades medianas o grandes: l'Alfàs del Pi (189 de IA), Elx (203), Torrevieja (179), Orihuela (124) y Pilar de la Horadada (76). Una radiografía que confirma que la provincia de Valencia está siendo más castigada pero que, poco a poco, el virus se sigue extendiendo también en Castellón y Alicante.
Así, en la costa de Castellón sigue liderando en la incidencia Benicàssim con 898 casos, si bien días atrás había superado el millar. No obstante, superan los 500 varas localidades como Peñíscola, Torreblanca, Alcalà de Xivert o Vinaròs.
Mientras, en la provincia de Valencia, los datos de la capital siguen siendo inquietantes, 785 de incidencia acumulada, si bien toda el área metropolitana se mueve en cifras por encima del riesgo extremo (250), incluidas localidades como Sagunto, Sueca, Torrent o Cullera que no entraron en la restricción del toque de queda.
En cuanto a Alicante, la situación también ha cambiado radicalmente en apenas una semana, si bien todavía mantiene una situación relativa controlada en varios municipios del sur de la provincia. No obstante, en localidade especialmente turísticas y con alta movilidad como Dénia, Xàbia, Calp, Altea, Teulada, Benidorm y un largo etcétera, la incidencia ha sobrepasado los 250 casos de forma holgada y generalizada.
No obstante, cabe recordar que este indicador no es el único en el que se basó la Conselleria de Sanidad para elaborar el informe remitido al TSJCV para solicitar el toque de queda de 32 municipios. También se tuvo en cuenta la incidencia a 7 días, el porcentaje global de positividad de las pruebas diagnósticas de infección aguda, la proporción de casos confirmados entre los casos con sintomatología leve y la evolución del número reproductivo básico instantáneo (en estos momentos se encuentra a 1,77) que indica cuántos contagios genera un caso positivo.
No obstante, desde la Conselleria de Sanidad rehusaron hacer público el contenido de este informe en el que se detallaron cuáles son las cifras concretas de los distintos indicadores que justifican la entrada en el toque de queda de cada localidad. El dilema ahora para el departamento que dirige la socialista Ana Barceló es si incluir en los próximos días a más municipios en otra resolución de que deberá pasar de nuevo por el TSJCV o esperar hasta el 25 de julio -cuando decae la medida- para evaluar la situación y decidir de cara al mes de agosto.