El gestor de fondos de GPM analiza cómo la renta variable europea apenas se ha movido en los últimos tiempos, pese a las 'mega inyecciones' de liquidez del BCE
VALÈNCIA. Me gustaría aprovechar esta ventana que me brinda Valencia Plaza para compartir una reflexión en voz alta sobre algunos aspectos de la renta variable del Viejo Continente a los que considero no se les está prestando la atención necesaria.
La siguiente gráfica representa con una línea roja el comportamiento de la renta variable estadounidense durante los últimos 9 años. Por su parte, la línea azul representa el comportamiento de la renta variable europea en el mismo periodo de tiempo. Ambas series incorporan los dividendos repartidos por sus compañías en todo este tiempo, para hacer la comparativa lo más justa posible.
El diferencial favorable a EE UU es evidente. No obstante, lo que me preocupa no es específicamente esto, ya que siempre ha habido, hay y habrá, ciclos más favorables para unos mercados que para otros (por ejemplo, en el ciclo alcista de 2002 a 2007 el comportamiento de la renta variable europea fue mejor que el de la renta variable estadounidense).
Lo que realmente me preocupa es que con tantísimas medidas de estímulo por parte del Banco Central Europeo (BCE) la renta variable del Viejo Continente haya estado predominantemente plana en un ciclo alcista tan grande como el que hemos experimentado en los últimos años -uno de los mayores de la historia-. Podría entender que Europa hubiese subido menos que en Estados Unidos -en cada ciclo alcista hay líderes y rezagados-, pero una cosa es ir rezagado y otra cosa es no participar en el ciclo alcista ni con el 'doping' del BCE.
En el mundo económico -que por desgracia se mueve predominantemente por intereses comerciales y políticos antes que en factores constructivos-, el debate se centra en decir que Europa está más barata que Estados Unidos desde hace muchos años. Todo ello para incentivar a los ahorradores a invertir en un mercado que desde hace tiempo es un claro perdedor.
En mi opinión, el debate debería ir en otra dirección -que probablemente no interese- y es qué diablos está sucediendo en Europa para que en uno de los ciclos alcistas más grandes de la historia las bolsas europeas se encuentren con un 'encefalograma plano' incluso con medidas de estímulo extraordinarias del BCE.
En los últimos años, que ha soplado el viento a favor, tal vez haya sido 'viable' esconder esta preocupante debilidad de la renta variable europea (miles de millones de medidas de estímulo mediante). Pero ese viento no siempre será favorable y la pregunta que deberíamos hacernos es: si con tantas medidas de estímulo Europa no ha subido en un entorno cíclico favorable ¿qué pasará cuando el entorno sea desfavorable?
Ricardo González es gestor del fondo GPM International Capital