El acierto de la elección de los instrumentos de previsión social más adecuados para la racionalización de los costes de los recursos humanos será una de las claves para conseguir la solvencia financiera y asegurar el futuro de la empresa
VALÈNCIA. Los distintos cambios en materia laboral y el retraso de la edad de jubilación de los empleados por cuenta ajena dibujan un panorama en el medio plazo que las empresas necesitarán abordar de manera decidida.
Una de las claves de la solvencia financiera de una empresa es la optimización de sus costes laborales, tanto presentes como futuros. El necesario equilibrio entre costes y productividad del personal está evolucionando en el mercado español hacia modelos estratégicos que buscan premiar la labor del empleado, mediante beneficios sociales enfocados a su jubilación y su retiro. Pasamos de fidelizar al empleado clave a buscar fórmulas de rotación laboral que rejuvenezcan la edad media de las plantillas.
A corto plazo, uno de los problemas que encontrarán las empresas españolas es que conforme los importes de las pensiones públicas sigan perdiendo poder adquisitivo, los empleados comenzarán a retrasar su edad de jubilación (partiendo del hecho que la jubilación en este país es un derecho y no una obligación).
A medida que la diferencia entre el último salario del trabajador y su primera prestación de jubilación se vaya ampliando -tasa de sustitución en España-, la empresa deberá tener prevista esta situación para buscar soluciones que le ayuden al necesario rejuvenecimiento de las plantillas, salidas de trabajadores enfocadas a sus primeras edades posibles de Jubilación y ahorro de costes.
Las soluciones que se aportan desde la previsión social empresarial para paliar este impacto se dividen en varios puntos:
De momento todas estas medidas se adaptan de manera voluntaria por parte de las empresas, pero desde la previsión social empresarial apostamos por medidas obligatorias que hagan que un nuevo empleado tenga una 'hucha' con destino a su jubilación; generada por la empresa en base a unos parámetros determinados desde el momento de su contratación y que cubra la jubilación, el fallecimiento, la invalidez, la enfermedad grave o el paro.
Ángel Crespo es subdirector de desarrollo de Negocio de Mapfre Vida