Estos pasados días han confirmado los peores presagios; las incertidumbres que nos acechaban están derivando en complejas crisis por doquier.
Estas últimas jornadas han sido de tal magnitud y vorágine informativa a nivel internacional (por no mentar la nacional y autonómica) que a uno le es difícil, casi imposible, el tratar un solo tema; desde administraciones que cierran la ventanilla y parece que no pase nada, hasta invasiones y ataques que no molestan a nadie; empezaremos por nuestra Europa.
Dentro de nuestro viejo continente es inevitable no hablar del difícil y largo proceso de negociación para la formación de gobierno en Alemania. Finalmente, salvo sorpresas en las últimas negociaciones entre Angela Merkel y Martin Schulz, y tras lograr un preacuerdo apoyado por sólo el 56% de los delegados socialdemócratas, la locomotora de Europa tendrá gobierno y así podrá dar más estabilidad a los complicados procesos que tendrán lugar durante este 2018 en la UE, uno de ellos, por ejemplo, el Brexit.
Por su parte, los demócratas en USA no han querido dar ejemplo de sentido de Estado (o eso parece) como los socialdemócratas alemanes, y han propiciado el cierre de la Administración Federal USA; y digo parece, pues suena a que el cierre de la administración del gobierno de Donald Trump, da la impresión que es más un intento de los demócratas de aguarle la fiesta de su primer aniversario en la Casa Blanca, que por cuestiones políticas de su agenda migratoria (no sé qué habrán pensado el casi 40% de empleados públicos suspendidos de empleo por ser no esenciales).
Además dudo que en el fondo al presidente contracorriente o contra pronóstico le moleste mucho, pues dado los precedentes, ya han existido más shutdown (cierre), y que es un claro defensor de teorías liberales (cuanto menos Estado mejor), puede estar a gusto con la situación, como ya dijo en su Twitter el 2 de mayo de 2017: “Nuestro país necesita un buen shutdown para arreglar este lío”.
En la guerra de Siria la madeja se enreda cada vez más, en esta ocasión con la operación Rama de Olivo iniciada justo el sábado pasado por la Turquía de Recep Tayyip Erdoğan aliada con el llamado Ejército Libre de Siria, en la que se está asaltando el sector noroeste de Siria en manos kurdas cuya capital ostenta Afrin. Esta acción militar se podría considerar una segunda parte (pues en aquel momento políticamente no era propicia) de la operación Escudo del Éufrates en agosto del 2016, con la que se impidió que fuerzas kurdas ocuparan toda la frontera de Siria con Turquía, además de la de Irak, que prácticamente dominaban.
Todo se inició a finales del año 2015 con la ofensiva de la presa de Tishrín, y en concreto en el día de Navidad cuando fuerzas kurdas cruzaron a la orilla oeste del Éufrates, y ya entonces se empezó a manifestar la contrariedad turca de ese avance kurdo, que continuó con la denominada Batalla de Manbiy, al inicio del verano de 2016, lo que provoco el antes citado operativo del Escudo del Éufrates; y por cierto según Erdogan esta ciudad de Manbiy será su próximo objetivo militar.
Desde luego este conflicto recuerda más y más al Gran Juego sobre el que escribía Rudyard Kipling, refiriéndose al enfrentamiento entre los imperios rusos y británico en Asia central, por la complejidad de las alianzas entre potencias extranjeras y naciones locales anfitrionas del conflicto; porque parece que uno de los desencadenantes de esta ofensiva ha sido provocada a raíz de lo manifestado por USA de la creación de una Guardia Fronteriza Kurda, o al menos ayudar a su creación, con un total de unos 30.000 efectivos, así fue como el 15 de enero, y recogido por todas las agencias, Erdogan afirmo que “un país al que llamamos aliado” quiere crear un “ejército terrorista” entre Siria y Turquía, estando dispuesto a terminar con él antes de que naciera; pues dicho y hecho.
Y como las casualidades en política, y menos en la internacional, no existen, habrá que entrever las intenciones de ese país llamado aliado, en esa posible intención de encender la mecha, y que pudiera ser el de introducir elementos de fricción entre esa alianza que se está fraguando entre Rusia y Turquía con motivo de este conflicto y el posible reparto de áreas de influencia, aunque en este momento táctico, Bashar Háfez al-Ássad sería beneficiado de este debilitamiento de las fuerzas kurdas que dominan el norte de su país. El actor que seguro va a resultar perjudicado es la población kurda, otro pueblo engañado por unos dirigentes alejados de la realidad y victimas de ensoñaciones independentistas.
Y ya para ir finalizando (dejaremos a Trump y la cumbre de Davos para un próximo artículo), un recuerdo para el Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto (hoy 27 de enero) pues hay que tenerlo muy presente, y no sólo (que también) por aquellas víctimas judías del Holocausto judío en la 2ª Guerra Mundial, sino por todas aquellas victimas de los continuos holocaustos provocados por el fanatismo y la sinrazón que hoy en día se producen, para así intentar evitarlos; pues en muchas ocasiones son consecuencia de largos procesos de fragmentación social y enfrentamiento político como el que vive Venezuela, que en su penúltimo episodio de huida hacia adelante (que bien ha venido siempre a las dictaduras el enemigo exterior) su presidente Nicolás Maduro ha expulsado al embajador español de ese otrora rico y liberal país, y además se permite el lujo de insultar al presidente del gobierno de España (es decir a todos nosotros), con un lenguaje más que soez. En fin, a palabras necias oídos sordos….