MADRID (EP). El Ibex 35 ha cerrado la sesión de este martes con un recorte del 1,28%, lo que ha llevado al selectivo a perder la cota psicológica de los 10.200 puntos (10.115,3), lastrado por constructoras y bancos.
En el mercado de deuda, la prima de riesgo se ha colocado en 121,7 puntos básicos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 1,806%. Mientras, en el mercado de divisas, el euro se intercambiaba a 1,1379 'billetes verdes'.
Tras poner fin ayer a ocho jornadas consecutivas en alza, el selectivo ha cerrado nuevamente en 'números rojos' con FCC (-3,71%) a la cabeza. DIA, que ha recortado un 3,46%, Sabadell (-3,21%), Popular (-2,92%) y Caixabank (-2,83%) tampoco han conseguido aguantar el tipo.
Por el contrario, OHL se ha convertido en el mejor valor de la sesión con un repunte del 3,65%, hasta los 8,5 euros, seguido de Amadeus (+1,17%), Técnicas Reunidas (+1,14%), Aena (+1,08%) y Ferrovial (+0,94%).
Los 'blue chips' se han adentrado en pérdidas y han registrado descensos que han oscilado entre el 2,7% de Santander y el 0,3% de Iberdrola. Repsol ha cedido un 2,4%, BBVA un 2,04%, Telefónica un 1,6%, Inditex un 0,9% y Endesa un 0,5%.
En el Mercado Continuo, Applus ha liderado las pérdidas, con un retroceso del 13,32%, hasta los 8,350 euros, tras vender Carmignac Gestión un 4,9% de la firma tecnológica por 57,63 millones con un descuento del 6%.
En este contexto, el Ibex se ha erigido como la peor plaza europea, seguida de París (-0,92%), Francfort (-0,74%) y Londres (-0,36%), algo menos pesimistas.
El estratega de mercados de IG Daniel Pingarrón ha señalado que las caídas que se han vivido en la jornada de este martes "podrían ser consideradas como naturales, tras las enormes subidas de la semana pasada", un periodo de tiempo en el que "el clima del mercado mejoró muchísimo", por lo que entiende que una consolidación de niveles durante la semana actual "podría ser razonable".
En este sentido, ha apuntado que el selectivo español, el más alcista durante la pasada semana, "está encontrando cierto lastre en las constructoras y en el sector bancario", contagiado por la caída de los bancos portugueses, "dada la incertidumbre existente sobre la formación de un nuevo Gobierno en el país vecino".