VALÈNCIA. Pionero en nuestro país fue Tomás Santoro, CEO de Suma CRM. Antes de que se conociera el producto en el mercado la empresa ya se había hecho famosa por el blog ‘Viaje a la isla del tesoro de los 100.000 euros mes”. En él viene publicando Santoro desde el mes de abril de 2015 todas las vicisitudes que atraviesa la empresa, desde el momento de su constitución, hasta las ayudas financieras o la gestión comercial. El compromiso es seguir así hasta alcanzar la facturación que se han propuesto: 100.000 euros al mes (van por los 51.432 euros/mes).
Su manera natural y desenfadada de contar las cosas llamaron pronto la atención de otros emprendedores, como Javier Megias o François Derbaix, pero también captó el interés de una multinacional que le ofreció comprar la empresa por un millón de euros. Santoro afirma que no era la transparencia en sí lo que perseguía, sino ayudar a otros emprendedores en sus procesos de venta aportando su propia experiencia. Reconoce, sin embargo, que esa transparencia intencionada que se le atribuye ha resultado ser, posteriormente, “la mejor estrategia de comunicación, tanto dentro de la empresa como a nivel de marketing”.
Fuera o no premeditado, el caso es que el éxito de Santoro generó imitadores. Entre ellos los fundadores de Minimalism brand quienes también recogen en su blog información detallada sobre dónde fabrican sus productos, su “año en cifras” y las cuentas “¡al desnudo!”. “Nos hemos inspirado en empresas como Buffer, blogs como el de Tomás Santoro de Suma CRM y newsletters como la de David Bonilla. Chapeau a todos ellos, no es fácil hacer lo que hacen”, afirman.
En cuanto a las razones que aluden para ser transparentes subrayan, principalmente, tres motivos: Hacer las cosas de otra manera; contar lo bonito, pero también lo feo y fidelizar a los clientes. Como debilidades de esta política de transparencia destacan la exposición de sus debilidades de cara a la competencia y, en caso de buscar financiación, “no valen trucos”.
Sin embargo, aunque las startups consultadas defienden la importancia de la transparencia empresarial, no todas comparten la necesidad de contarlo todo. Por ejemplo, Santiago Montero, CEO de Aervio, una plataforma para la gestión de viajes corporativos, sostiene que, dependiendo del tipo del clientes, a veces es preferible ser algo más reservado. “La transparencia es importante, pero con niveles. -matiza- No creo que en el caso de una empresa como la nuestra, muy enfocada a las corporate, tenga mucho sentido contar cada paso que damos y los problemas que vamos afrontando. Lo que de verdad ayuda es demostrar mucha profesionalidad, que somos gente que venimos de hacer esto desde hace muchos años y que hemos revolucionado el sector digitalizando una parte del servicio que, hasta ahora, nadie hacía”, declara antes de concluir: “Yo casi prefiero poner el acento en la sinceridad”.
De forma parecida piensa Maria Kueppers, CEO de Miss Tipsi, una solución tecnológica para la gestión de negocios de restauración. “No creo que sea necesario publicar todo lo que haces, pero ni en los negocios ni en la vida personal. Lo que sí hay que procurar es ser honesto y realista con tu equipo, con los clientes, con los inversores y, sobre todo, contigo mismo. A veces no mientes con intención de engañar, sino porque estás convencido de que vas a ser capaz de alcanzar todo lo que prometes y eso, en el caso de una startup, no siempre se cumple, porque es un sector inseguro por naturaleza donde el emprendedor no controla todas las variables. Otra cosa es que vea la necesidad de ir publicando cuáles son tus problemas y cómo los solucionas a diario”.
Pero, más allá de ser cosa de startups o de querer cultivar empresas ‘de buen rollo’, lo cierto es que el asunto de la transparencia trasciende ya a las corporate. Tommaso Canonici, director de Opinno Europa y autor, junto a Antonio Núñez, del libro ‘El líder ante la innovación’ afirma: “La transparencia actualmente es un punto fundamental para poder motivar a las personas. Al final nuestros empleados, nuestros stakeholders y nuestros clientes nos piden ser transparentes. Es algo que todos ellos van a valorarlo de manera positiva. No sé si hace falta llegar a abrir tu cuenta de resultados a todo el mundo, pero esto va de generar confianza y de ser honesto”.
También Antonio Núñez, socio de Parangon Partners, se planteaba en un artículo periodístico sobre si era rentable ser honrado en el mundo empresarial. La conclusión era esta: “En resumen, un comportamiento ético y honrado en la vida profesional es más gratificante, más divertido, más tranquilo, más relajante, más sano y mucho más rentable, para uno mismo, para la empresa en la que trabaja y para la sociedad en la que vive”.
Por otro lado, aunque en el libro escrito conjuntamente no abordan de forma directa el tema de la transparencia empresarial, sí aluden a ella de forma transversal relacionándola con la innovación abierta que ahora tanto se postula entre las corporaciones. “El espionaje industrial ha sido y es uno de los principales miedos que han atenazado históricamente a las empresas…Los actuales líderes de la innovación, sin embargo rechazan este planteamiento. Se han sacudido esos miedos y han decidido que la mejor defensa es un buen ataque”.
Y ese ataque no es otro que abrir puertas y ventanas para dejar que entre aire fresco de organizaciones emergentes y aporten savia nueva. Como ejemplos se citan Insur Space, la nueva aceleradora de Mapfre, o Start4big, una plataforma de innovación abierta multisectorial montada por cinco grandes: Telefónica, Seat, Aguas de Barcelona, CaixaBank y Naturgy. “La transparencia se convierte, en este contexto, en otro factor dinamizador de los procesos de innovación”, se afirma en el libro.