EL TINTERO / OPINIÓN

La Resurrección

La Resurrección de Jesucristo recorre en este domingo las calles y plazas de España entera, pero en los últimos días vemos a muchos ‘resucitados’ políticamente hablando. Desde el Rajoy presidenciable al Raúl Castro legitimado por el Obama fraterno; incluso un Iglesias observante en los Pactos contra el Terrorismo

27/03/2016 - 

VALENCIA. Hoy finaliza la Semana Santa y en cientos de pueblos y ciudades se festeja con la procesión de Cristo resucitado, que vence a la muerte y lanza un mensaje de esperanza a millones de personas. Algunos se empeñan en desterrar la fe y las creencias cristianas, considerándolas innecesarias o incluso dañinas para la sociedad. Una vez más, se ha demostrado que los valores que genera son de paz, unidad, caridad y respeto, todo lo que anhela esta sociedad desnortada.

Y entretanto no sabemos si tenemos los políticos que nos merecemos, si son un reflejo de la sociedad (como suele decirse de la telebasura) o si son los responsables de haber creado una sociedad acomodaticia y pueril que lee poco, opina mucho y vota tapándose la nariz, los ojos y hasta los oídos. Andábamos escandalizados –¿a estas alturas?– con los famosos 21 días de vacaciones de los diputados nacionales, cuando la guerra del terror regresó a casa, a la Europa de la democracia y la libertad, la que no tiene guetos donde no impera ni la ley ni el orden; la que no arrincona o se avergüenza del hecho que le da sentido: el humanismo cristiano. Dejando así que el relativismo genere zozobra e incertidumbre a toda una generación criada en el bienestar de la gratuidad y la subvención. Y aún se atreven a hablar de principios y valores.

En las últimas semanas muchos pensaron que la figura política del actual presidente del gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ya estaba amortizada. Mientras Pedro Sánchez se quiso ver en Moncloa con sus 120 diputados. Pero el gallego tranquilo espera mantener su candidatura –ahora o en unas elecciones anticipadas–, con el mismo discurso que ya sirvió en el video electoral donde el enfermo España resucita a manos del médico Popular gracias a sus medidas económicas y a evitar el rescate. Que en marzo de 2016 el señor Rajoy siga pensando que el “sabio” pueblo español se fija en los datos macroeconómicos a la hora de decidir su voto, me parece kafkiano. Casualidades de la vida, recomendé que se centraran en la comunicación justo en un Tintero salpicado por los atentados de París. 

En la escena internacional, Raúl Castro, el hermanísimo, ha resucitado en su isla aislada, valga la redundancia, gracias a un Obama que sigue a pies juntillas los dictados de la política del siglo XXI –eslóganes, tweets, frases emotivas y fotos, muchas fotos aunque sean con el Che de fondo–. Y ya de paso, el presidente de los Estados Unidos de América resucita así su figura política con la visita a Cuba, que no asegura que la dictadura de los hermanos Castro vaya a convertirse a corto plazo en una democracia, pero le hará pasar a la historia como el primer presidente americano que visitó Cuba tras la revolución castrista. 

En nuestra ciudad siguen esperando resucitar los concejales populares del Ayuntamiento de Valencia, señalados desde la dirección nacional del PP que, con sus nuevos vicesecretarios de tourné mediática, necesita legitimar su discurso contra la corrupción en su partido y para ello siguen cayendo en la dialéctica que impone la izquierda político-mediática. Craso error pues la ingeniería social sólo la han desarrollado partidos como Podemos o Compromís, y sus planteamientos simplistas les hacen tener siempre razón, su razón claro está que no La Razón

Y si hay alguien que representa las ganas de resucitar para convertirse en la persona clave del actual escenario, ese es Pablo Iglesias. Quien tras poner orden en su patio/partido, no pierde la esperanza de ser el vicetodo de un gobierno que coloque en el centro –de la foto– a Pedro Sánchez. Así sin cortarse la coleta y sin unirse al Pacto contra el Terrorismo la misma semana de los atentados en Bruselas. Como ven un panorama demasiado complejo y donde hoy más que nunca les invito a que nos acojamos a la virtud de la esperanza, como anhelo de felicidad que hay en el corazón de cada hombre. 

¡Feliz Pascua de Resurrección!