VALÈNCIA. Las vueltas que da la vida y la política. La dimisión de la vicepresidenta primera del Consell, Mónica Oltra, la pasada semana terminó con la decisión de Compromís de que su sustituta fuera la portavoz adjunta en Les Corts Aitana Mas, quien tomará posesión de su cargo este jueves.
Precisamente ese mismo día, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se enfrenta a la habitual sesión de control en el Parlamento valenciano. En las últimas semanas y, especialmente tras las tensiones atravesadas con la situación de Oltra, desde la coalición se viene advirtiendo de que el tono de sus preguntas al jefe del Consell van a ser más incisivas, pese a ser socios en el Ejecutivo merced al Pacto del Botànic.
Una estrategia que cuadra a la perfección con el carácter más punzante y reivindicativo de la síndica de Compromís, Papi Robles. De hecho, la pregunta preparada por este grupo parlamentario para este jueves está basada en la sesión del Congreso de los Diputados del pasado 22 de junio, en la que el diputado de la coalición, Joan Baldoví, preguntó a Pedro Sánchez sobre "la baja ejecución de inversiones en algunos territorios" como la Comunitat Valenciana "en contraste con la sobre-ejecución de las inveresiones an la Comunidad de Madrid".
Así, en la pregunta de Compromís para este jueves se subraya que la respuesta del presidente del Gobierno en aquella sesión se centró en acusar a Baldoví de "fomentar el agravio territorial". Con esta antesala, la pregunta para Puig será: "¿Considera que reclamar que se cumpla el Estatuto de Autonomía en materia de inversiones es fomentar el agravio territorial y cuál es la hoja de ruta con tal de garantizar su aplicación?".
Una cuestión que no podría calificarse de cómoda para Puig proviniendo sus socios en el Botànic pero que, no obstante, no realizará Robles. El motivo es que la síndica de Compromís ha contraído la covid-19 por lo que no estará presente en la sesión de control. Así, con la portavoz en fuera de juego y con Aitana Mas sentada al lado del presidente Puig como nueva vicepresidenta, más concretamente habiendo jurado el cargo una hora antes en el Palau, el responsable de hacer la incisiva pregunta será otro de los portavoces adjuntos, Vicent Marzà, hasta hace apenas unas semanas compañero de Puig en el Ejecutivo.
De todos es sabido que el exconseller de Educación y el presidente de la Generalitat mantenían una buena relación personal sin que, a lo largo de siete años de gobierno, se haya registrado ni un sólo roce de importancia entre ambos, algo que incluso dentro de Compromís le costó a Marzà alguna crítica. Por eso la pregunta de este jueves, aparte de la dureza de la misma puesto que busca una crítica de Puig hacia Pedro Sánchez, tendrá el morbo añadido de comprobar con qué vehemencia o beligerancia es capaz de Marzà de desarrollar su tarea como representante de Compromís en una faceta crítica hacia el presidente socialista.