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tribuna libre / OPINIÓN

La salud cognitiva en el adulto mayor

Foto: EDUARDO MANZANA
11/06/2020 - 

"Los viejos olvidan, todo quedará olvidado", pertenece a la famosa arenga que Enrique V lanza a sus tropas en la obra de William Shakespeare. Si el lector analiza bien lo que el bardo inmortal nos dice, puede observar un claro ejemplo de edadismo, considerado como prejuicio hacia las facultades de las personas de edad avanzada. No es cierto que las personas mayores olviden o tengas problemas cognitivos por el propio envejecimiento. Es completamente falso. De hecho, el profesor Beltrán Baguena ya señalaba en el prólogo de su libro Prevención de la vejez achacosa y cuidado de los ancianos (Editorial Científico Médica; 1949), las aportaciones que destacadas figuras de las ciencias, las humanidades y las artes habían aportado a edad avanzada; entre los que destacaba, por citar a algunos, a Ramón y Cajal y a Tiziano.

Estas trayectorias exitosas de envejecimiento nos ilustran sobre la ausencia de una pérdida de rendimiento cognitivo con la edad por hacernos mayores; ese deterioro, cuando aparece, es consecuencia fundamentalmente de unos malos hábitos de vida. ¿Qué hacer entonces para mantener nuestro estado cognitivo en una situación óptima?

No hay una única solución. Por una parte nuestra dieta debe de ser adecuada. Algunos buenos consejos ya nos los aportó el médico valenciano Arnau de Vilanova en el siglo XIII en sus conocidos Aforismos para la conservación de la memoria. Entre los veinticinco consejos que aporta conviene destacar la evitación de excesos de comida o beber mucho vino (bebidas alcohólicas en general), la ociosidad o reposo (hoy lo llamaríamos sedentarismo) pues deterioran la memoria y el rendimiento cognitivo. Por el contrario, aconseja el consumo de nueces que presentan un efecto positivo sobre la neurogénesis (entendida como desarrollo neuronal) por su alto contenido en ácido linolénico (omega 3). Además de una correcta dieta -a la que, además de las nueces, podemos añadir otros alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 y omega 6 como el pescado-, debemos asociar otras soluciones y, entre ellas, la mejor inversión es el ejercicio físico. La actividad física ha demostrado mejorar nuestro rendimiento cognitivo al incentivar la neuroplasticidad del Sistema Nervioso Central (definida como la capacidad cerebral para cambiar y adaptarse). Estos cambios permiten mantener, pero también recuperar en los casos en los que se haya empezado a producir cierto declinar, el rendimiento cognitivo.

Diversos trabajos han demostrado cómo el ejercicio físico presenta un efecto positivo sobre el estado cognitivo en adultos sanos. Lo que es menos conocido es como el ejercicio físico presenta resultados similares en adultos con deterioro cognitivo leve o con diagnóstico de enfermedad de Alzheimer. Esto podría ser debido, como señala un artículo publicado el mes pasado en la revista Dementia and Geriatric Cognitive Disorders, a que el ejercicio físico reduciría la neuroinflamación presente en la enfermedad de Alzheimer.

Jonathan Swift dijo en una ocasión, en el siglo XVII que "todo el mundo quisiera vivir largo tiempo, pero nadie querría ser viejo". Si el lector está de acuerdo con esta frase célebre, deberá cuidar su salud para presentar un proceso de envejecimiento saludable.

Francisco José Tarazona Santabalbina es Vocal Clínico de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Finance Director. Executive Board. European Geriatric Society (EUGMS)

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