VALÈNCIA. La Mutant ha acogido un encuentro entre los diferentes beneficiarios de las ayudas de residencias de creación que concede el Ayuntamiento de València a través de la concejalía de Acción Cultural, con un presupuesto que asciende a un total de 30.000 euros. La principal novedad de esta edición es que, de las seis residencias seleccionadas, dos tendrán lugar en salas privadas de València —Sala Inestable y Carme Teatre—, distribuyéndose las cuatro restantes entre el Teatre El Musical (TEM) y La Mutant, sus sedes habituales, esta última sin programación propia actualmente. Los trabajos se extenderán hasta finales de marzo y comprenderán, al menos, diez funciones por espectáculo, ha informado la concejalía a través de un comunicado.
El programa de residencias del TEM para 2022 incluye dos proyectos a cargo de dos jóvenes creadoras de nuestro territorio. Por una parte, Andrea Torres propone con Escaires un proyecto de investigación centrado en la danza que nace de la necesidad de encontrar nuevos lenguajes corporales: “Queremos establecer un puente entre lo anatómico y lo laboral”, ha explicado la artista. “Dialogar entre los escollos de la sociedad, entre la inconsciencia y la explotación profesional, y ver la manera en que todo eso afecta a los cuerpos”, ha añadido. Junto a ella, la dramaturga Guadalupe Sáez ofrece con Tots els llocs on t’he estimat una reflexión muy particular sobre la sociedad postpandemia y los “locos años 20” que nos esperan después de un período de restricciones donde el ser humano ha reprimido su búsqueda del placer y del deseo, así como su tendencia innata al contacto físico con los demás.
Por lo que se refiere a La Mutant, las residencias apuestan claramente por la convivencia entre diferentes disciplinas y posibilidades artísticas. Por una parte, Laia Lloret plantea en Ramas y rizomas una fusión entre performance, teatro de texto y arte visual alrededor de los conceptos de individualismo y colectividad, adentrándose en cuestiones como “las diferencias de clase, género u orientación sexual derivadas de la individualización capitalista”. Por otra parte, el proyecto 1,1º, de Roser Domingo y Jorge Dabaliña, aborda desde un entorno virtual el misterioso “ángulo mágico” que se crea al superponer dos capas de un material, que sirve en este caso para tratar las relaciones que se establecen entre arte y ciencia.
Finalmente, desde su residencia de Sala Inestable, Aurora Diago investigará en Viejoven sobre los encuentros y desencuentros corporales y verbales entre juventud y vejez, mientras Merce Tienda llevará hasta Carme Teatre Perpetuum Mobile, su particular estudio sobre los objetos y aquello que sucede cuando se mezclan con otros códigos. La concejala de Acción Cultural, ha valorado que los proyectos están “muy conectados con la realidad actual”, y ha destacado que a través de estas residencias “apoyamos la creación, la innovación, la investigación y la experimentación escénica”. Por su parte, el coordinador artístico del TEM, Juanma Artigot, ha indicado que “el objetivo principal de estas residencias se centra en la fase de investigación y pone la mirada en el proceso inicial de cada proyecto. Desde este punto de partida, se concibe como una oportunidad para la exploración y la indagación, proporcionando acompañamiento desde los espacios que puedan generar un intercambio de ideas dentro de cada proyecto e incluso entre las propias residencias”.