El 75% de la población mundial vive en zonas urbanas y es obligación de los estados dotar a las ciudades de infraestructuras y un tejido social y empresarial inteligente para aumentar la calidad de vida de las personas que residen en ellas. Asimismo, evitar el éxodo rural es un claro objetivo al que nos enfrentamos como sociedad y por ello es fundamental ofrecer a sus habitantes un futuro con garantías.
Hace años que las empresas dejamos a un lado la teoría para comenzar a avanzar en la investigación de los procesos y tecnologías que hacen que una población se transforme, ya sea una ciudad o un pequeño municipio rural, donde los avances tecnológicos permiten evolucionar a la ciudadanía, generando una simbiosis entre la sostenibilidad y el crecimiento en todos sus sentidos.
Las Smart Cities y los Territorios Inteligentes, por tanto, deben dejar de ser nuestro futuro para convertirse en nuestro presente, y para cosiderarlos como tal, tiene que conjugarse una serie de aspectos que, en su conjunto, servirán de indicadores del proceso. Entre estos aspectos cabe reseñar dos, que por ser recursos fundamentales son pilares de la transformación: la energía y el agua.Desde nuestro punto de vista la medición y gestión de ambos es clave, por ello, la inteligencia en las ciudades puede medirse en los parámetros de eficiencia energética y sostenibilidad, persiguiendo un equilibrio entre el medio ambiente y el uso de los recursos naturales.
Y eso es lo que buscamos en Inelcom, estamos concienciados con el entorno natural y alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la ONU. Trabajando desde nuestras diferentes áreas de negocio, a través de nuestros equipos y sistemas, contribuimos a la conservación y al cuidado del medio ambiente, fomentando así el desarrollo de las ciudades y territorios inteligentes.
Uno de los puntos en los que llevamos años trabajando e investigando es el de la eficiencia energética. De hecho, dentro de las diferentes líneas de actuación en este ámbito, hemos desarrollado sistemas de telegestión basados en tecnología IoT que, asociados a una plataforma virtual alojada en una nube, permite el control total de cada punto de luz, así como el conocimiento exacto de su ubicación gracias al sistema GPS que incorpora cada luminaria. Los equipos inteligentes de Inelcom pueden suponer un ahorro energético superior al 50% e incluso incrementarse notablemente haciendo uso de las posibilidades del sistema de telegestión, capaz de reducir el consumo de luz a determinadas horas gracias a la configuración de perfiles lumínicos.
Además, al disponer de toda la información lumínica en tiempo real, mejora el mantenimiento de los equipos gracias a la posibilidad de intervención más rápida y concreta. Con ello somos capaces de evitar la emisión anual de cientos d toneladas de CO2 a la atmósfera, uno de nuestros objetivos principales porque estamos concienciados con el entorno. Nuestra experiencia y nuestros sistemas de última generación nos han llevado a iluminar más de 150 ciudades con nuestra tecnología smart.
Pero no nos quedamos ahí, ya que como mencionaba anteriormente, la calidad de vida de los ciudadanos es el principal motor de las smart cities y debemos asegurar un futuro sostenible tanto a nivel urbano como rural. Por ello, dentro de las diferentes líneas de trabajo que investigamos alrededor del agua, hemos desarrollado un sistema de monitorización de regadíos, para hacer la vida de los agricultores más fácil y cómoda. Con nuestras unidades remotas de última tecnología IoT hacemos posible que aumente la competitividad y calidad de los campos de cultivo.
Además, con los sistemas de telecontrol de los que disponemos para la actuación y monitorización de pozos de riego, se permite la regulación y el control de los cabezales de riego ya existentes: cada usuario puede conocer en cualquier momento el estado de sus parcelas y monitorizar su regadío con unos novedosos sistemas de control y manejarlo a través de una App para móvil.
¿Y qué se consigue con ello? Además de mejorar la calidad de vida de los agricultores, que tienen todo el sistema bajo control desde su teléfono, se garantiza la eficiencia del uso del agua como bien escaso que es, evitando los vertidos de miles de toneladas de CO2 a la atmósfera.
Pero las Smart Cities no son solo las iniciativas entorno al medio ambiente (smart enviroment). Como la Comisión Europea propone en su informe Mapping Smart Cities in the EU , el concepto smart city se puede dividir en seis características: smart economy, smart environment, smart government, smart living, smart mobility y smart people. Estos proyectos en los que trabajamos aportan a la economía inteligente aumentando la productividad gracias a las TIC, y la innovación, y fomentando la última de las características, personas con nuevas capacidades digitales. Y todo ello sustentado en el talento, la creatividad y la capacidad de innovación de la que disponemos en la Comunidad Valenciana ya que todas estas novedades tecnológicas han sido pensadas, diseñadas y producidas en Xàtiva.
Como decía anteriormente, en las ciudades inteligentes los ciudadanos son una pieza fundamental y por ello las Administraciones Públicas deben tener el objetivo de ofrecer nuevos y mejorados servicios para mejorar su calidad de vida. En momentos como este, la colaboración entre lo público y lo privado es esencial para poder desarrollar todos los aspectos que hacen que una ciudad sea considerada inteligente y sostenible. Porque una ciudad inteligente es un sistema complejo, un ecosistema en el que intervienen múltiples agentes y en el que coexisten varios procesos ligados: las nuevas tecnologías, la habitabilidad de las ciudades, la movilidad, el transporte sostenible, las personas… la gestión inteligente de las ciudades no sería posible sin la intervención de las empresas privadas que investigan, innovan, diseñan, crean, construyen y producen pensando siempre en encontrar las mejores soluciones.
La Administración pública juega un papel decisivo en la prestación de servicios urbanos básicos, tales como agua, saneamiento, transporte, oportunidades de empleo, la protección del medio ambiente… y la empresa privada desarrolla las estrategias productivas para mejorar siempre en cada ámbito.
Juntos, las administraciones y las empresas valencianas somos capaces de mejorar y exigirnos la excelencia, para conseguir que la ciudadanía tenga una vida mejor y a la vez podamos contribuir al desarrollo económico y social de las ciudades. Si queremos smart cities de verdad, cojámonos de la mano. Hagámoslo posible.
Javier Quilis. CEO de Inelcom Technology