VALÈNCIA. (EP) Una treintena de alumnos de la Universitat Politècnica de València que conforma el equipo Hyperloop UPV llevan ultiman en Los Ángeles (Estados Unidos) los detalles de la puesta a punto de su prototipo 'Valentia', uno de los 18 'pod' finalistas que competirán en la Hyperloop Pod Competition 2018.
En este desafío, lanzado por el cofundador de SpaceX y Tesla, Elon Musk, para desarrollar el transporte del futuro, se enfrentan 17 equipos de todo el mundo, nueve estadounidenses, seis europeos y uno asiático.
El equipo valenciano, el único español en el concurso, "trabaja duro día y noche para conseguir superar las minuciosas pruebas que los observadores de la competición les pasan", detalla la institución académica en un comunicado
Las medidas de seguridad y procedimientos de SpaceX son los propios de los cohetes que lanzan al espacio, por lo que los participantes escrutinan con detalle cada movimiento. Validar todos estos tests, hasta nueve ensayos diferentes, significaría llevar a 'Valentia' a la prueba final dentro del tubo Hyperloop, este domingo, 22 de julio.
De acuerdo a uno de los fundadores de Zeleros, la empresa valenciana que ha surgido a partir de Hyperloop UPV y que ha viajado a EEUU para apoyar a sus compañeros, David Pistoni, "el nivel de las universidades y la exigencia de SpaceX son cada vez más altos".
"Es increíble ver cómo está trabajando nuestro equipo, manteniendo la calidad año tras año frente a las mejores universidades del mundo. Hyperlooop es, sin duda, una de las competiciones de ingeniería más complicadas del planeta. Cada pod que lleva aquí es una auténtica obra maestra de la ingeniería", ha aseverado Pistoni.
Sobre la recta fina, ha resaltado el nivel "altísimo" y la complejidad del sistema de energía de este año: "Las baterías resultan un reto complejo para todos los equipos. Se trata de vehículos de mucha potencia y todo tiene que trabajarse poco a poco y con precaución".
Desde el pasado lunes por la tarde, 'Valentia' "no ha parado de superar inspecciones de seguridad y pruebas". A lo largo de la semana tendrán que pasar por una inspección estructural, un ensayo funcional, tests mecánicos y pruebas en raíles, test de navegación, de diagrama de estado, pruebas de vacío y un ensayo en un tubo de presión atmosférica. Hasta el momento, progresan a la par que el resto de equipos, aunque han tenido alguna dificultad añadida.
Así, el pasado martes el equipo se enfrentó a un fallo en una válvula, que les obligó a reponerla "en tiempo récord" y a rediseñar el circuito afectado por su fallo. Como consecuencia, tuvieron que armar un nuevo sistema de guiado, que finalmente ha conseguido superar las pruebas para colocarse de nuevo en la misma situación que el resto de competidores.
A pesar de que algunas universidades "partían con cierta ventaja" sobre el papel, como la Universidad Técnica de Múnich --los más rápidos de 2017-- la Universidad de Delft, Lausanne, Berkeley o la Universidad de Austin (Texas), en el transcurso de la competición los equipos han tenido dificultades y aspectos que corregir, de modo que los favoritos se han diluido y "el ganador es una total incógnita", destacan desde la Politècnica.
De momento, todos los equipos tienen alguna prueba superada y otros test completados de forma parcial, de modo que cada conjunto depende de sí mismo y de su trabajo previo para llevar su prototipo de cápsula hasta la final. Los 'advisors', que supervisan el trabajo en los boxes, han dado ya el visto bueno en cuestiones previas, como seguridad y viabilidad, a cada uno de los participantes.