VALÈNCIA. Valencia toma posiciones para erigirse como un polo de referencia en el sector de la microelectrónica. Un sector en el que la provincia cuenta con un sólido tejido industrial, agrupado en el lobby Valencia Silicon Cluster. No obstante, uno de los principales problemas que se encuentran las empresas es la falta de perfiles profesionales, un hándicap que se quiere corregir a través del Perte Chip, que incluye un programa específico dedicado a la formación. Unas ayudas a las que optarán la Universitat de València (UV) y la Universitat Politècnica de València (UPV).
En concreto, el 'macroproyecto' está dotado de más de 12.000 millones de euros y cuenta con varias líneas de actuación y una de ellas está pensada para generar y captar talento. Ese programa es la convocatoria de 'Cátedras Chip', que contará con un presupuesto de 80 millones de euros para la formación de, al menos, 1.000 profesionales y también para la investigación en toda la cadena de valor de esta industria. La cátedra ofrecerá becas y durará cuatro años, de los que tres dependerán de las universidades públicas o privadas y el último correrá a cargo de las empresas. Y las universidades valencianas quieren participar.
Así se lo trasladaron este miércoles la UPV y la UV a la secretaria de Estado de Telecomunicaciones, María González, en un encuentro en València con el clúster valenciano, en el que se integran ambas instituciones académicas. Una cita en la que puso encima de la mesa la inminente publicación de la convocatoria, clave para iniciar una formación que dé soporte a toda la inversión que hay prevista en el campo de los semiconductores. Y más teniendo en cuenta que multinacionales como Cisco, Intel, Open Chip y Broadcom, que instalará una planta de fabricación de sustratos para la producción de microchips, ya han avanzado su intención de aterrizar en España.
Por tanto, esta línea de ayudas financiará unas 18 cátedras, según avanzó González, que serán tanto grados, másteres o títulos propios, en función del proyecto de cada universidad. Se podrán presentar tanto instituciones privadas como públicas, aunque en el primer caso solo podrán optar para labores de investigación financiables hasta un máximo de 1,5 millones, mientras que en el caso de las entidades públicas, los fondos irán a formación con un máximo de hasta 5 millones. No obstante, habrá 500.000 euros adicionales si existe cooperación internacional.
"Era necesario generar mayor talento para que vengan grandes inversiones", destacó Gonzalez en atención a los medios de comunicación tras la reunión. "El Perte Chip es uno de los proyectos más importantes que ha puesto en marcha del Gobierno de España y sin el clúster valenciano no se entendería el proyecto porque hoy en día el 50% de los ingenieros de diseño están trabajando en Valencia", reseñó.
De esas 18 cátedras, a priori, dos serán valencianas y estarán dirigidas por la UPV y la UV, que han diseñado planes de estudios alineados y en colaboración con el objetivo final de generar un campus valenciano en materia de semiconductores, con vocación internacional. "Debemos atraer a profesionales externos, además de locales, para construir en Valencia un polo de talento porque existe una carencia de formación en el sector a nivel mundial", explica a este diario Salvador Coll, Vicerrector de Innovación y Transferencia de la UPV.
Así, a falta de conocer las condiciones del programa 'Cátedras Chip', el proyecto de la UPV está diseñado como un título propio de un año de duración para reaccionar rápido a la demanda de profesionales que hay en el mercado y generar perfiles "lo antes posible". "Necesitamos ser ágiles en la generación de talento y, por ello, en esta primera fase planteamos un título propio que en el medio plazo pueda convertirse en un máster", detalla Coll.
El plan de estudios pondrá el foco en el diseño de dispositivos basados en semiconductores, así como en la arquitectura de procesadores. "Necesitamos montar la formación en pocos meses para propiciar con agilidad ese ecosistema. La voluntad sería consolidarlo con un máster oficial en el medio plazo para que las cátedras sean el germen de un campus internacional de semiconductores en Valencia, que sea capaz de generar y atraer talento", subraya.
Lo cierto es que desde el clúster valenciano de chips se ha puesto el foco desde el primer momento en la formación para atender la falta de mano de obra y de cualificación en este campo. Por ello, su proyecto insignia ha sido precisamente la creación de ese campus de semiconductores. "Esperamos que sea un referente internacional dentro de cinco años", destacó la impulsora de Valencia Silicon Cluster, Mayte Bacete, quien apostó por "hacer fuerza para que gran parte de las actividades que se generen en el entorno del Perte venga a Valencia". Una fuerza que también ejercerá en el comité de expertos del Perte Chip del que forma parte.
En este sentido, Bacete resaltó la "circunstancia única" de contar en la Comunitat con "una concentración muy importante de empresas que ya llevan años operando, han demostrado su valía internacional y han crecido durante todos estos años"."Con estos mimbres, va a ser fácil poder hacer crecer este sector con la ayuda de la administración y de las universidades para que dentro de cinco años echemos la vista atrás y estemos orgullosos del trabajo realizado y de cómo hemos conseguido hacerlo crecer", valoró.
Por otro lado, la secretaria de Estado de Telecomunicaciones avanzó que, tras la puesta en marcha de proyectos europeos de interés común (IPCEI), una especie de Perte pero a nivel comunitario, también es inminente la publicación del Real Decreto por el que España complementará esas ayudas europeas. De hecho, este programa sería una segunda pata del Perte nacional, dotado de más de 12.000 millones y de los que un tercio -350 millones- serán ayudas a empresas, sociedades privadas y comunidades autónomas.
De hecho, el Gobierno ya ha cerrado una primera convocatoria, bautizada como 'Misiones Chip' con 60 millones de euros, que está dedicada al desarrollo de las capacidades científicas en el ámbito de la microelectrónica y los semiconductores, así como la colaboración entre empresas. Unas ayudas que sacó en mayo el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovación, y cuyos proyectos se están ahora resolviendo. Y, en este programa, existe una fuerte presencia valenciana.
Una tercera pata del PERTE Chip es la puesta en marcha de instrumentos financieros que van más allá de la subvención directa para apoyar a las empresas. Ya hay varias líneas abiertas y más de una docena de proyectos que están analizando, de los que tres están en una fase más madura, detalla González a este diario.
