VALÈNCIA (EP/VP). La reunión prevista para este viernes 3 de noviembre entre representantes del Ayuntamiento de València, la Generalitat y la Secretaria de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda para hablar de la ampliación de la V-21 ha sido suspendida sine die, si bien está previsto que se determine una nueva fecha para su celebración. En este encuentro el Ayuntamiento de València pretendía trasladar a Fomento la postura del Gobierno local y autonómico respecto al proyecto, para así "sacar de cualquier duda a la administración central", como señaló el alcalde de València, Joan Ribó.
El Ayuntamiento tenía previsto reiterar al Ministerio que no renuncia a la ampliación a tres carriles y pedir que mantenga la inversión de 30 millones, pero "sin arrasar con la huerta productiva de València y Alboraia". También iba a presentar un estudio que "llega a reducir el impacto sobre la huerta" del proyecto "entre un 50 y un 60% sobre las pretensiones iniciales del Gobierno central".
El acuerdo municipal sobre el proyecto contó con los votos a favor del equipo gobierno, la abstención de Ciudadanos y el rechazo del PP. Sin embargo, este miércoles València en Comú se desmarcó con un comunicado en el que afirmaba que la ampliación de la V-21 responde a "un modelo de movilidad obsoleto" y mostraba su "sorpresa" por la decisión del Ayuntamiento de apoyar la ampliación a tres carriles con una alternativa.
Tras denunciar que la medida "no ha sido consensuada", ValC explicó que había trasladado previamente a Alcaldía que su posicionamiento se fijaría después de reunirse con las asociaciones vecinales afectadas por la obra. Eso sí, la formación quiere que la inversión se mantenga porque "es un derecho de la ciudadanía", pero que se dedique a otras inversiones.
Ante esta situación, el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, ha reclamado unidad al equipo de gobierno en València (Compromís, PSPV y València en Comú) en el proyecto de ampliación de la V-21 en la entrada a la ciudad. "Lo primero que deberían hacer es aclararse sobre cuál es la posición del Ayuntamiento, porque no es serio que cada grupo diga una cosa".
El delegado ha recordado que se trata de una inversión de Fomento de 30 millones de euros, por lo que el Gobierno local "tendrá que dar explicaciones a los más de 70.000 valencianos que todos los días entran por el norte de la ciudad". "El gobierno de Ribó es el gobierno de la desmovilidad", ha ironizado.
La actuación en la carretera de entrada a València pretende "mejorar la seguridad vial, la movilidad y la accesibilidad y reducir la peligrosidad", ha recordado Moragues. Por tanto, "que se diga que se quiere modificar el proyecto supone bloquearlo, un retraso considerable y que no se haga efectivo ni se realice esa obra tan importante".