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València a tota virolla 

La València alterada: proyectos excéntricos que diseñan una ciudad del futuro

4 proyectos de diseño nacidos con el deseo de experimentar con la realidad habitual de una ciudad, jugar con sus ritmos laterales

12/01/2019 - 

VALÈNCIA. Altera la realidad que algo queda. Discrepar con la realidad, desestabilizar el confort, desconectar, generar planes excéntricos. A partir de algunas de esas premisas, y en el marco de la escuela de diseño Escola Lateral -todo un salón de juegos al lado del Convent de la Trinitat-, una parada: los proyectos que algunos de sus participantes han trazado para la ciudad. “Han surgido -cuentan en Lateral- como una forma de resistencia poderosa a los retos globales de nuestra sociedad y en respuesta a la situación convulsa que vive el mundo del diseño en la actualidad”.

Qué apetecible, qué seductor, fantasear con una factoría en mitad de la ciutat en la que talentos pensantes se dedicaran a experimentar con los usos futuros de València. Así, pero en fase de irrupción, ha sido la acometida. Seleccionamos algunos de sus trabajos tocantes con la idea más urbana. 

València 2048, por Leandra Boj

Explicando la acción: “¿Cuáles serán los espacios turísticos más visitados de València dentro de 30 años? Un diseñador gráfico que viaja habitualmente a través de Google Maps por motivos económicos cree que en el futuro la mayoría de los viajes no serán físicos sino virtuales. La creciente cantidad de imágenes por satélite disponibles permitirá a los viajeros del mañana conocer cualquier lugar del mundo sin salir de sus hogares. Al mismo tiempo que cambiarán las maneras de viajar, los cánones estéticos mayoritarios se alejarán de aquello a lo que estamos acostumbrados y cobrarán protagonismo las construcciones cuya geometría abruma y empequeñece al visitante virtual. Este diseñador se anticipa a estos cambios y transforma las imágenes aéreas en postales convencionales que se entremezclan con el resto de souvenirs habituales de la ciudad”.

-Enseñando las postales del futuro… 
-“La ciudad, las personas y la tecnología son elementos estrechamente vinculados al ámbito del diseño. Por eso me pareció interesante relacionar estos tres campos para especular sobre un futuro turismo, un tanto distópico y estrechamente vinculado al plano virtual en el que nos desvinculamos físicamente de los espacios para visitarlos a través de las imágenes aéreas sin salir de nuestros hogares.

-¿Qué buscabas generando esas postales?
-“Con este proyecto de carácter ficticio pretendo visualizar el desapego ya existente entre las personas y los espacios urbanos públicos como consecuencia del aumento del ocio en el hogar y de una sociedad cada vez más digitalizada”.

Casas para Gatos, por Laia González

Motivos para construir gateras: “Sobrevivir. Verbo intransitivo. 1. Seguir vivo después de la muerte de una persona o después de un hecho o de un momento determinados, especialmente si son peligrosos. El oído de un gato capta sonidos dos octavas más altos que el del ser humano. Su vista tiene un umbral de detección siete veces superior y su pelaje funciona como un radar táctil. Además, cuando caza, este animal se mueve como un tigre.

Sin embargo, entre todos, hemos construido un hábitat en el que la vida de los felinos se ve en constante peligro. Sus imponentes características son inútiles ante los obstáculos que, día a día, se ven obligados a sortear.

Construir esta gatera te permitirá ayudar a que gatos de comunidades cercanas lo tengan algo más fácil. No necesitarás más que tableros, una sierra, clavos, un martillo y acceder a mi web para seguir los pasos de construcción que comparto”. 

-¿Por qué el diseño para las gateras?
-“Empecé a ver la relación que algo así podía tener con el diseño y cómo podría evolucionar en un proyecto que pudiera llegar a ayudar a más gente (a ayudar). Comencé a imaginar planos e instrucciones para construir las gateras con algún guiño crítico al gigante sueco. Me formé como diseñadora de producto y, ya se sabe, la cabra siempre tira al monte.

Comencé a darle forma y a trabajar. Me gustaba pensar en el proyecto como algo puramente altruista que pudiera evolucionar con la gente. Un proyecto colaborativo que no sólo tuviera una dirección y que creara una comunidad de personas con el interés común de compartir soluciones. Que partiera de una primera persona que compartía su diseño libremente para quien quisiera usarlo y terminara como un colectivo.

Hablé con bastante gente y todos veían una parte que ‘cuadraba’ de algún modo con ellos. Unos veían interesante cómo poder construir las casas con materiales que todo el mundo podía tener a su alcance, otros me hablaban acerca de comunidades de vecinos que cuidaban mucho de los gatos de su zona y cómo lo hacían, los había que se interesaban por el proceso de diseño de los planos y cómo se podía hacer para que fuera lo más global posible, otros simplemente me hablaban de los animales… Me sorprendió cómo algo tan simple era capaz de entusiasmar de ese modo. Quizá eso fue lo que aprendí, que no hay idea pequeña”.

-La necesidad de un diseño inesperado...
-“Echo de menos la sorpresa y las reacciones inesperadas y echo en falta la oportunidad del usuario de participar. Evidentemente hay propuestas maravillosas, pero es necesario salir de lo habitual y lo esperado.  Si el diseño está dirigido a las personas, ¿por qué acaban siendo relegadas a un segundo plano? Caminas por las calles y no sientes.

Tengo la sensación de que casi todo lo que consigue un efecto así proviene de los restos de otra época que aún quedan esparcidos por la ciudad. De cuando las cosas se hacían con alma, con tiempo, con dedicación”.

La Tabla del Siete, por Iván Santana y Lucas Oliete

Las farolas como ejercicio matemático: “Escribimos la tabla de multiplicar del número 7 como herramienta de comunicación y utilizamos el espacio público como lugar. Elegimos el camino de Moncada como una ubicación idónea por la cantidad de estudiantes que la recorren a diario y aprovechamos un elemento lineal y repetitivo, como son las farolas, para fomentar la enseñanza o ejercitar la memoria de una manera distinta.

Un total de 22 farolas sostienen la tabla de multiplicar. Cada factor se presenta por orden numérico en cada una de ellas. Es decir, en la primera farola veremos la fórmula «7x0=» y en la siguiente encontramos su producto «0», y así sucesivamente. La distancia entre cada farola genera tiempo suficiente para responder y pensar el resultado antes de ver la solución”.

-A quién se le ocurre hacer matemáticas en la vía pública...
-“Estábamos familiarizados con el elemento farola, pensábamos que podía ser un lugar idóneo para contar cosas. Elegimos una tipografía fácil de leer y preparamos las plantillas, las cortamos y fuimos a pintarlas. Fue divertido. Tuvimos que hacer un esfuerzo para no cometer errores con tantos números. En total pintamos 22 farolas. Cada factor se presenta por orden numérico en cada una de ellas. Es decir, en la primera farola veremos la fórmula ¨7x0=¨ y en la siguiente encontramos su producto ¨0¨, y así sucesivamente. La distancia entre cada farola genera tiempo suficiente para responder y pensar el resultado antes de ver la solución”.

-Transformar el movimiento en el espacio…
-“El diseño puede cambiar el interés por las cosas, moverte como no te movías, ir por lugares que nunca irías, leer cosas que nunca leerías, usar cosas que nunca usarías... Así que puede transformarla por completo. Estamos obligados a cambiar tanto las cosas que producimos como nuestro modo de utilizarlas. Otras maneras de construir edificios, entender el espacio donde vivimos, utilizar métodos de transporte con el fin de idear rituales que nos acostumbren a ahorrar... En definitiva, debemos cambiar ciertos hábitos para poder llegar a una sostenibilidad donde poder vivir más íntimamente con la naturaleza”.

Salir en Google Maps, por Aurora Saenz

Salir en la foto de la ciudad: “Me dedico profesionalmente al retoque fotográfico. Os voy a contar cómo surgió todo esto. Disfruto con Google Maps, me encanta observar a toda esa gente congelada en el tiempo llevando a cabo su día a día. Me imagino a mi mismo caminando por todos esos sitios, poniéndome en el lugar de todas esas personas, pensé, ¿por qué no hacerlo? Estoy seguro de que hay gente a la que le resulta útil tener una captura de pantalla de sí mismo caminando por sitios concretos. Hice unos carteles publicitando el servicio: ¿quieres aparecer en google maps? Y así fue, mi bandeja de entrada se llenó con peticiones de gente que por razones personales quería aparecer en google. [email protected]”.

-La excentricidad como posicionamiento
-“Realizamos acciones o proyectos dentro del campo de la ficción especulativa que proponen planes excéntricos en respuesta a la situación laboral actual. Me resulta atractiva la imagen virtual que se genera de la ciudad a través de la cámara de Google Maps. Me inventé un empleo excéntrico en el que una persona se dedica a editar capturas de pantalla tomadas de Google Maps para que aparezcan personas que no estaban en ese momento ahí, pero que podrían haber estado”.

-Reinventar el entorno
-“El uso de los espacios de una ciudad conforma el carácter de la misma. Si adaptamos o reinventamos ciertas estructuras podemos hacer que la gente interactúe de otra forma con el entorno”.

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