La cooperativa de Segorbe rebasa el millón de euros en ventas y busca afianzar su aceite premium

CASTELLÓ. La Cooperativa Agrícola San Isidro Labrador tramita una Declaración de Interés Comunitario para regularizar su almazara de Segorbe como paso inexcusable para dar un nuevo impulso a la producción de aceite de oliva virgen extra premium.

Las dos marcas comerciales del aceite que produce la cooperativa -Segorbe Nostrum y Ducado de Segorbe, con EnVerde como eslogan que alude a su producción ecológica- acumulan una veintena de premios nacionales e internacionales por su alta calidad en puntos del planeta como Nueva York, Jerusalén, Reino Unido, Argentina o Los Ángeles. La altitud de las tierras respecto al mar posibilita que los olivos generen poca producción pero de una calidad excelsa. Las aceitunas suelen tener un peso de unos cuatro gramos y una capacidad grasa de alrededor del 23% sobre la materia natural.

El gerente de la cooperativa, Rafael Juan-Pacareu, explica que los planes de futuro de la cooperativa pasan por “reforzar el reconocimiento y prestigio de nuestra marca premium EnVerde”, ya que incrementar la cuota de mercado es muy complicado. “Nuestra inversión en los próximos años no irá en aumentar la superficie de la almazara sino en modernizar la producción”, asegura.

Los precios de la gama de productos a la venta oscilan entre los 58,5 euros de la caja de seis botellas de medio litro de aceite ecológico Segorbe Nostrum a los 112 euros de la caja de cuatro unidades de 2,5 litros del aceite Segorbe Nostrum EnVerde.

550 socios de la comarca

La cooperativa San Isidro Labrador agrupa a unos 550 agricultores de Segorbe y los pueblos del entorno. Los 335.000 litros anuales de aceite gourmet producidos con alrededor de 1,7 millones de kilos de aceituna reportan una facturación próxima al millón de euros. El gerente señala que la garrafa de 5 litros es el producto más vendido de entre la docena de envases disponibles en distintos formatos.

La almazara está emplazada en una parcela de 2.880 metros cuadrados junto al Instituto de Educación Secundaria Alto Palancia. Fue construida en 1991, cuando los agricultores de Segorbe acordaron cerrar las antiguas almazaras que estaban diseminadas por la localidad y concentrar toda la actividad en esas nuevas instalaciones, más modernas, y bajo una única marca. En aquel momento, Segorbe carecía de suelo industrial específico, por lo que la almazara se construyó sin ningún paraguas urbanístico. La última ampliación del recinto se dio en el año 2010 para dar respuesta al incremento de la producción gracias al incipiente prestigio del aceite premium.

La almazara de la cooperativa que preside desde hace seis años Julián Calpe cuenta con una zona de descarga de la materia prima, donde se eliminan las impurezas; otra zona de transformación de la aceituna a aceite; una bodega donde se almacena el líquido en depósitos; otra de envasado del aceite en distintos formatos; y un último punto donde se acumulan los residuos antes de su eliminación. La producción de aceite, una de las tres patas de negocio de la cooperativa junto a la tienda y la venta de fertilizantes, da empleo a siete personas.

Ampliación en Traiguera

La almazara de Segorbe no es la única de la provincia inmersa en los trámites para obtener la Declaración de Interés Comunitario. En Traiguera, la empresa Vicente Dellá e Hijos también espera obtener otro permiso idéntico para regularizar el almacén de su almazara, construido en 2014 en una parcela de 5.815 metros cuadrados junto a la antigua carretera N-232.

Sin embargo, en este caso la mercantil sí pretende ampliar el negocio con más superficie construida. Actualmente, el recinto cuenta con una nave para la almazara, otra usada como almacén que se pretende regularizar, una oficina y tres porches cubiertos para la entrada y el lavado de aceitunas.

La empresa produce aceite procedente de olivares de la zona bajo la marca Oli del Mas. Además, también comercializa frutos secos, algarrobas y almendra para alargar así las campañas productivas y diversificar el negocio.

El origen de esta empresa olivarera se remonta al año 1725, aunque su etapa contemporánea arrancó en 1998. Produce un aceite de oliva virgen y extra de gran calidad, de la variedad arbequina, y con el elemento diferenciador de obtenerse sin tratamientos ni refinados. Posee un sabor semi dulce con un toque almendrado y una textura espesa.